"Movembrer"
España prueba el cribado en cáncer de próstata
Los primeros resultados del proyecto piloto desarrollado en Galicia, que busca implantar un screening en Europa y se presentarán oficialmente el año que viene, demuestran que un programa de tres fases reduce el número de biopsias realizadas
Noviembre es desde hace 20 años el mes dedicado a concienciar sobre los problemas de salud masculina. Símbolo de este movimiento, denominado «movember», es el bigote (moustache, en ingles) que en estas fechas muchos se dejan crecer en señal de apoyo. Un acto sencillo y necesario que pone el foco en la importancia de prevenir enfermedades que les afectan específicamente a ellos y con una alta tasa de impacto, como son el cáncer de próstata (el más frecuente en varones) o el de testículo, y cuyo diagnóstico y pronóstico pueden cambiar de forma dramática tan solo identificándolo de manera temprana.
Y es en este punto en el que queda camino por recorrer y margen de mejora. Porque, como recuerdan desde la Asociación Española de Urología, que este año ha querido sumarse a esta iniciativa, cuidarse también es cosa de hombres. De hecho, explica Luis Llanes, presidente de la Sociedad Urológica Madrileña, «ambos cánceres son potencialmente curables o cronificables con las nuevas terapias disponibles. Esto es especialmente importante en el de testículo, ya que afecta a población joven. De ahí el valor de la detección precoz y las revisiones urológicas, porque aumentamos las posibilidades de tratamientos con opciones curativas y menos agresivos que si se diagnostican más avanzados». Y de ahí también el llamamiento a que los hombres se autoexploren y acudan a la consulta del urólogo.
Pero en este camino a la prevención todavía se puede ir un paso más allá: «Queremos un cribado poblacional dirigido al cáncer de próstata. En 1990 se empezaron a hacer los primeros de mama. Hace 35 años. A día de hoy, aunque tenemos muy buenos profesionales, ese cribado hace ya muchísima falta. El cáncer de mama es primo hermano nuestro. Tienen una incidencia muy semejante, un índice de mortalidad prácticamente idéntico, ¿por qué no existe la prevención organizada? No lo puedo entender. Si se coge a tiempo la supervivencia es muy alta», reclama César Comuñas, vicepresidente de la Asociación Nacional de Cáncer de Próstata (Ancap).
Porque la diferencia entre detección precoz y cribado radica en que este último es una estrategia de prevención secundaria en población sin síntomas que busca el cáncer en fases preclínicas de la enfermedad para aplicar tratamiento con intención curativa. Mientras que la detección precoz se hace desde la consulta del médico y se buscan tumores u otras cosas, pero en fase clínica. La buena noticia es que, aunque con un poco de retraso, hay en marcha un proyecto europeo que busca, precisamente, implementar un screening en cáncer de próstata.
Aunque el uso del antígeno prostático específico (PSA) marcó el inicio de una era en la detección temprana de este tumor, prometiendo mejor pronóstico y mayor tasa de supervivencia, esto no estuvo exento de polémica, pues ocasiona un mayor riesgo de sobrediagnóstico y sobretratamiento. Precisamente por esa controversia, así como la necesidad de implementar una prueba capaz de detectar precozmente el tumor más frecuente en el hombre, y en línea con las recomendaciones del Consejo de la UE (de diciembre 2022), se formó el consorcio PRostate cancer Awareness and Initiative in the EU (Praise-U). Liderado por la Asociación Europea de Urología (EAU), su objetivo es proporcionar evidencia concreta sobre un enfoque estratificado por riesgo, conocido como «detección temprana inteligente», a fin de reducir su mortalidad controlando efectos no deseados. Este cribado contaría con tres fases: un primer filtro por PSA mediante analítica de sangre que orientaría un segundo filtro, por resonancia magnética (RM), y solo en los casos indicados por esta se realizaría una biopsia. Para ello se están llevando a cabo 5 proyectos piloto, dos de ellos en España: uno en Manresa y otro en Ferrol.
Primeros resultados
El de Galicia comenzó en junio de 2024 (otros más tarde) y su objetivo es validar un algoritmo de estratificación del riesgo diseñado en Praise-U. Está previsto que finalicen las invitaciones en marzo del próximo año y la evaluación de resultados en octubre del 2026. «Se planificó invitar a participar a 12.000 hombres de 50 a 69 años en el área sanitaria de Ferrol. Las invitaciones se hicieron una vez al mes durante un año. No obstante, se ha ampliado el periodo temporal del proyecto y esto nos permitirá continuar con las invitaciones hasta marzo del próximo año 2026», explica Marina Tarrazo, responsable de estas pruebas dentro del Servicio de programas poblaciones de cribados de la Dirección General de Salud Pública de la Xunta.
Las invitaciones se realizan por SMS y correo postal y los que aceptan participar son citados para extracción de muestra de sangre. La prueba primaria se basa en la determinación del PSA con un punto de corte de 3 ng/ml. Para casos de PSA >3 ng/dl, se realiza una estratificación inicial mediante una calculadora de riesgo validada por la EAU. Si el resultado es de bajo riesgo, se seguirán las recomendaciones de seguimiento del Servicio de Urología; si el riesgo es medio/alto, se indica una resonancia magnética. Si el resultado de esta es Pirads 1-2, el paciente se considera de bajo riesgo, mientras que aquellos con Pirads 3 se someten la una segunda estratificación de riesgo. Para los casos con Pirads 4-5 y aquellos con riesgo medio/alto en la segunda estratificación, se indica una biopsia.
Los hombres diagnosticados con cáncer de próstata de bajo riesgo tras la biopsia pueden ser monitorizados según el protocolo clínico, y los de alto riesgo son derivados para tratamiento. El seguimiento/tratamiento se determina de manera consensuada entre el paciente y los profesionales sanitarios. «Con este proyecto, se espera una mejora en el diagnóstico precoz, con la consiguiente reducción de la mortalidad, y también una merma de tratamientos innecesarios. Además, el proyecto investigará el impacto psicosocial y las percepciones de los participantes sobre el cribado», Tarrazo.
En cuanto a los resultados preliminares, tras las 12.000 invitaciones realizadas entre junio de 2024 y julio de 2025, 4.966 aceptaron (41,4%). Del total de participantes con prueba primaria realizada, el 9,13% tienen un PSA >3 (423); el 4,6% de aquellos entre 50 y 59 años y el 13,5% de los de entre 60 y 69 años tiene una PSA elevada. Tras llevar a cabo la estratificación del riesgo a 414 hombres, a 166 (40,1%) se les ha indicado la realización de una RM. De las 65 biopsias realizadas que disponen de resultado de APA, 40 son cánceres de próstata, lo que supone un valor predictivo positivo (VPP) de la indicación de biopsia del 61,54% para cáncer. De los 40 pacientes con cáncer de próstata, el 82% pertenecen al grupo de edad de 60 y 69 años y el 67% se corresponden con grado 1-2 de Gleason (estadios precoces)
«Es demasiado temprano para sacar conclusiones, pero la estratificación del riesgo parece reducir el número de hombres que se someten a una biopsia y aumentar el VPP de la resonancia magnética», asegura la experta.
Las primeras informaciones agregadas de los cinco estudios pilotos se intentarán presentar en el Congreso de Londres de la EAU, en marzo del año que viene. Habrá que ver cómo esto se encajará con la fecha límite de 2027 que ha dado la UE para instaurar el screening.
Posibles problemas
Mientras tanto, como señala Francesco Sanguedolce, experto en cáncer de próstata de la Fundación Puigvert y director de la Sección de Diagnóstico por Imagen de la EAU, aún quedan muchas cosas por definir y problemas que resolver. La primera de ellas, el rango de edad para realizar el cribado: «No puede ser a una población tan amplia. Hacerlo de 50-70 años es prácticamente imposible. Un editorial de la European Urology sugiere enfocarnos en los más jóvenes, los que cumplen los 50 años».
Otro obstáculo que ve es la penetración del programa en zonas donde no hay los mismos recursos que en las ciudades, sobre todo cuando implica una resonancia magnética. «En Reino Unido se está explorando una RM portátil, pero las dudas son sobre la calidad de la imagen porque cuando es transportable se asocia a una disminución de la calidad de la imagen, que es precisamente la clave de un cribado eficiente y lo que va a marcar un antes y un después», asegura Sanguedolce.
«Es necesario y se realizará, estoy convencida, pero tenemos que ser prudentes en esta primera fase para que el diseño que han realizado los investigadores luego nos diga cuándo, en qué momento, a qué personas y con qué pruebas tenemos que realizarlo», asegura Carmen González Enguita, presidenta de la AEU.
En cualquier caso, de lo no hay dudas es de los beneficios que conllevará su puesta en marcha: «Seguramente no vamos a cambiar la historia natural del cáncer, porque no sabemos por qué se origina, pero sí el pronóstico, la supervivencia y la calidad de vida de quienes lo padezcan si lo descubrimos en las fases más tempranas, que es cuando tenemos que hacerlo porque sabemos que la curación existe», concluye la experta.