VRS
Estas son las graves consecuencias que deja el virus respiratorio sincitial en los mayores de 65 años
Las vacunas disponibles para lactantes y mayores de 65 años auguran futuras temporadas de VRS más benignas
El virus respiratorio sincitial (VRS) es un viejo conocido en el campo de las infecciones respiratorias. Sin embargo, sigue siendo un extraño para la mayoría de la población, sobre todo entre los adultos mayores de 65 años, sepultado en gran medida por el protagonismo que acapara la gripe cada invierno.
A pesar de ese desconocimiento, las cifras no dejan lugar a dudas: el VRS es un peligroso compañero de viaje, más incluso que la gripe en personas vulnerables, pues «en adultos hay más mortalidad intrahospitalaria relacionada con casos de VRS que por culpa de la gripe», asegura Ángel Gil, profesor de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, quien detalla que «la tasa de letalidad de los mayores de 65 años que enferman por VRS supera el 7%, mientras que el porcentaje de letalidad por gripe ronda el 5%».
Y esta temporada no se ha quedado atrás. A pesar de que lo peor ya ha pasado, «hemos visto que el impacto del VRS en los adultos ha aumentado ligeramente respecto a temporadas atrás, sobre todo si se compara con el descenso producido entre los lactantes gracias a la incorporación de la vacuna preventiva», reconoce José Antonio Navarro, pediatra y consultor honorario permanente de la Dirección General de Salud Pública del Ministerio de Sanidad. «La tasa de infección por VRS ya está en descenso pronunciado en nuestro país y podríamos decir que lo más peligroso esta temporada ha sido el riesgo de concatenación de virus respiratorios en personas vulnerables», añade Navarro.
En términos de gravedad, desde el inicio de temporada, los casos hospitalizados por infección por VRS presentan un 20,9% de neumonía, un 10,9% de admisión en UCI y un 3,1% de letalidad, tal y como confirma el último informe de vigilancia centinela de infección respiratoria aguda elaborado por el Centro Nacional de Epidemiología. Un dato que también confirma Francisco Sanz, neumólogo del Hospital General de Valencia y secretario del Área de Infecciones Respiratorias de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), quien destaca que el VRS produce la hospitalización de hasta el 15% de los adultos infectados».
La explicación a este importante impacto reside en que «el VRS afecta principalmente el aparato respiratorio y, además de desencadenar sintomatología aguda durante la infección, provoca un daño importante en la mucosa del mismo, lo que hace que pueda quedar resentido, incluso años después de ese primer episodio, convirtiéndose en personas más frágiles ante futuras infecciones y neumonías, algo determinante cuando se trata de pacientes con otras patologías de base que pueden desestabilizarse o agravarse», explica Navarro. Es el caso, sobre todo, de las personas inmunosuprimidas, con enfermedad cardiaca, asma, EPOC, patología renal, hepática o diabetes, sin olvidar que también tienen más riesgo las personas fumadoras», insiste el profesor Gil. Y es que si a esos factores se suma una edad avanzada, «en la que el sistema inmune es más débil, lo que podría pasarse como una infección leve puede agravarse hasta llegar al ingreso por la aparición de síntomas más intensos como la disnea», explica Sanz.
En este contexto hay motivos para la esperanza gracias a la reciente aparición de las vacunas contra el VRS diseñadas para adultos, una herramienta ya disponible en España que «podrá significar un punto de inflexión en el abordaje de esta infección, ya que aumenta la protección de las personas más vulnerables con unos índices de eficacia muy positivos», reconoce Navarro. Así, «después de que la vacuna frente al VRS en lactantes ya sea una realidad en nuestro país con una bajada de casos espectacular esta temporada, cabe pensar que si también se logra una buena cobertura en los adultos podremos acorralar al VRS y enfrentarnos a futuras temporadas mucho más benignas», el portavoz de Separ.
El desafío de una vacuna triple
La denominada «tripledemia» de gripe, SARS-CoV-2 y virus respiratorio sincitial que esta temporada ha puesto en jaque al sistema sanitario español evidencia la necesidad de mejorar la protección. «La industria farmacéutica ya trabaja en la investigación de vacunas combinadas que permitan reducir la gravedad de las infecciones respiratorias agudas. Si se logra inmunizar a los adultos frente a estos tres virus con un solo pinchazo sería un paso de gigante para mejorar la tasa de cobertura, que en los mayores todavía está por debajo de lo deseable en España», lamenta Gil.
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