Alimentación
¿Qué hay que comer para esquivar los virus respiratorios?
No hay alimentos que curen una infección respiratoria, pero la dieta mediterránea es el mejor escudo del sistema inmune
En pleno invierno, lo que toca ahora es lidiar con los virus respiratorios que campan a sus anchas estas semanas y en ese desafío la alimentación juega un papel determinante, ya que se trata del sostén de nuestras defensas. «Indudablemente, un estado nutricional óptimo mantiene en buenas condiciones a nuestro sistema inmune y, por el contrario, la desnutrición nos hace más vulnerables a las infecciones; o hace que éstas sean de mayor gravedad», asegura Francisco Botella, coordinador del Área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).
En este escenario, tal y como aclara Botella, «una alimentación saludable, en nuestro medio basada en los patrones de la dieta mediterránea, contiene todos los nutrientes necesarios para el normal funcionamiento de nuestro sistema inmune (energía, proteínas, vitaminas y oligoelementos) sin que sea necesario una “sobredosis” de ningún alimento en especial». Pero sí es importante lo que no debemos incluir en el menú, ya que «la principal recomendación a nivel de alimentación para favorecer un buen funcionamiento del sistema inmunitario es reducir el consumo de ultraprocesados, refrescos, bollería industrial y snacks. Puede parecer algo muy obvio, pero estos productos aportan calorías al organismo, pero no nutrientes», añade Almudena Seijido, miembro del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas (Cgcodn).
La recomendación de eliminar estos productos ultraprocesados nos lleva a incluir otros en su lugar, y ahí es donde entra en juego la dieta mediterránea. «No pueden faltar las frutas y las verduras que formen la base de la alimentación, teniendo en cuenta que van a aportar una buena fuente de oligoelementos. También debería haber mayor presencia de legumbre, ayudando a disminuir el consumo de carnes rojas y a que los pescados sean de consumo frecuente», recomienda Rita Allegüe, también miembro del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas.
Creencias erróneas
Los remedios de la abuela salen a relucir en estas fechas más que nunca, pero no todo vale. «Existe la creencia de que la vitamina C ayuda a curar los catarros, pero hay que matizar bastante. El consumo diario de un buen aporte de vitamina C favorece un correcto funcionamiento del sistema inmunitario, y se ha visto que puede ayudar a reducir la duración de los catarros, pero tomar vitamina C cuando ya tenemos la infección respiratoria no va a facilitar su curación», aclara Allegüe.
Otro básico que cada vez llena más despensas es el jengibre, «que posee un efecto antiinflamatorio que ayuda a reducir la hinchazón de las vías respiratorias, facilitando la eliminación del moco. En este caso, los principales beneficios de las infusiones, en general, es el placer que nos genera tomar algo caliente y el ayudar a aumentar el consumo de agua que va a facilitar la expulsión del moco. Pero hay que tener cuidado con el jengibre porque puede estar contraindicado si se consumen ciertos medicamentos como los fármacos antiplaquetarios», advierte Seijido.
Sin necesidad de suplementos
Preparar a nuestro sistema inmunitario para combatir las infecciones respiratorias «es una carrera de fondo, por lo que cambiar la alimentación dos días antes del invierno o llenarnos de suplementos en el momento que la tenemos no va a ayudar a evitarlo o reducir duración y síntomas», advierten las especialistas del Cgcodn, quienes insisten en que «un aporte extra de zinc puede ayudar a que un resfriado dure entre uno y tres días menos o incluso prevenir la infección, pero no lo va a curar, mientras que en el caso de la vitamina D puede reducir un poco la posibilidad de contraer el resfriado, pero en personas con problemas renales o embarazadas su uso podría estar contraindicado. Tan solo deberíamos tomar suplementos cuando tenemos carencias, bajo prescripción médica y en caso de no ser suficiente la ingesta por medio de la alimentación». Y así lo ratifica Botella, quien hace hincapié en que «la dieta mediterránea contiene todos los nutrientes necesarios para el normal funcionamiento de nuestro sistema inmune sin que sea necesario ningún tipo de suplementos».
La fruta, mejor entera
Las frutas son necesarias en cualquier época del año y «es importante consumir la pieza entera mejor que en zumo o batido para aprovechar al máximo sus nutrientes», recomienda Seijido. La naranja de temporada ahora resulta ideal, «pero no existe evidencia científica de que una dosis elevada de vitamina C sea la panacea contra las infecciones respiratorias, ya que el cuerpo absorbe 1000mg de esta vitamina y el exceso se elimina por la orina», recuerda Allegüe.
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