Opinión

Hacienda se forra con los impuestos a los fumadores

El Ministerio de Hacienda ha conseguido una recaudación récord de 8.965 millones de euros gracias al tabaco

Señal de prohibido fumar frente a la entrada de un Hospital en Madrid.
Señal de prohibido fumar frente a la entrada de un Hospital en MadridJesús G. FeriaLa Razón

Como en tantas cosas, los gobiernos hacen con frecuencia una cosa y su contraria. Por ejemplo, en materia de tabaco. Se sabe que fumar es pernicioso para la salud desde hace décadas, pese a lo cual no se empezaron a tomar duras medidas restrictivas o informativas para los ciudadanos hasta hace un par de décadas o tres. Los diputados fumaban en el Congreso y los médicos en los hospitales, aun sabiendo políticos y sanitarios que inhalar el humo y el cóctel de decenas de tóxicos que llevan dentro los pitillos es nocivo para la salud. Resulta cruelmente irónico que el mayor contaminante que ataca a los seres humanos es expresamente fabricado para su consumo deliberado y que las víctimas pagan por él.

Hemos sabido esta semana que el Ministerio de Hacienda ha conseguido una recaudación récord de 8.965 millones de euros gracias al tabaco, curiosamente en plena ofensiva del gobierno contra los fumadores, a los que les espera una nueva subida fiscal. Ponen en las cajetillas que el tabaco genera cáncer, pero no lo han hecho hasta muchos años después de saber que eso es así, y sólo conminados por las decenas de demandas interpuestas por particulares contra los gobiernos y las tabaqueras por vender algo que, inhalado de manera continuada durante años, puede provocar diferente tipo de patologías. Algo siempre difícil de acreditar, lógicamente, pues es complicado que un fumador que fallece de cáncer de pulmón puedan demostrar sus familiares que murió a causa del tabaco. De manera que vivimos ahora la enésima campaña hipócrita de nuestras autoridades contra el tabaquismo. Agobian a los fumadores pero en realidad lo que quiere Hacienda es que la gente fume sin parar, para así seguir llenando las arcas del Estado, aunque sea a costa de la salud de los ciudadanos.