Salud

Las mujeres mayores que adelgazan rápido tienen un 50% más de riesgo de morir en 10 años

Un estudio advierte que perder peso así a cierta edad puede estar relacionado con una enfermedad vascular subyacente

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Relacionan la pérdida de peso en personas mayores con una enfermedad vascularFreepik

Perder peso o adelgazar no siempre es un objetivo deseable. Hay situaciones en las que supone un grave peligro para la salud. Especialmente, en mujeres a partir de cierta edad, cuando una pérdida rápida de peso podría reducir la oportunidad de vivir hasta los 90 o los 100 años.

Un nuevo estudio de la Universidad Edith Cowan (ECU), en Australia, arroja aún más datos sobre por qué adelgazar puede ser más perjudicial que mantener el peso a esta edad. Además, aporta nuevas pistas sobre por qué hay mujeres mayores que experimentan pérdidas repentinas de peso aunque sigan comiendo lo mismo. Según sus resultados, una pérdida de peso rápida puede indicar un riesgo mayor de enfermedad vascular, aquellas que afectan a la arterias o a las venas.

La nueva investigación de la Dra. Cassandra Smith, investigadora postdoctoral de la ECU, contó con la participación de 929 mujeres mayores, con una edad media de 75 años. Durante el estudio, se midió su nivel de calcificación aórtica (formación de depósitos de calcio en la válvula de la aorta), un marcador de enfermedad vascular avanzada.

Durante los primeros cinco años del estudio, el 39,4% de las pacientes sufrió una pérdida rápida de peso. Esto, según el estudio, se asoció a casi un 50% más de riesgo de morir en 10 años. En concreto, se observó un incremento del 49% del riesgo de perecer en los 9,5 años siguientes. Y no solo eso: este riesgo de muerte aumentó hasta el 87% en las mujeres que experimentaron una pérdida rápida de peso de más del 10% en un intervalo de 12 meses.

"La pérdida rápida de peso, cuando se produce en mujeres de edad avanzada, puede ser un síntoma de que se avecinan cosas malas, como la institucionalización precoz, el deterioro cognitivo, la enfermedad de Alzheimer y un mayor riesgo de caídas y fracturas", afirma la Dra. Smith. En el estudio, se consideró que una pérdida de peso rápida era aquella en la que se perdía el 5% del peso corporal en cualquier intervalo de 12 meses.

Aún no se conocen bien los factores que pueden contribuir a la pérdida rápida de peso, y los tratamientos actuales incluyen la corrección de conductas dietéticas y de la actividad física. Pero el estudio advirtió que las mujeres con calcificación aórtica de moderada a extensa tenían entre un 36 y un 58% más de probabilidades de sufrir una pérdida de peso rápida en los cinco años.

Los resultados siguieron siendo similares tras ajustar los factores dietéticos, la presión arterial y el colesterol. Y lo que es más importante, esta relación siguió observándose en las mujeres que cumplían las recomendaciones proteínicas, energéticas y de actividad física.

¿Cambiar el tratamiento en mayores que pierden peso rápido?

La doctora señala que la relación entre la calcificación aórtica y la pérdida rápida de peso sigue sin estar clara. Una hipótesis es que la acumulación de depósitos de calcio en esta zona podría limitar el flujo sanguíneo al intestino, lo que podría afectar a la absorción de nutrientes.

"Esto podría cambiar la forma de tratar a las personas mayores que presentan una pérdida rápida de peso", afirma Smith. "El enfoque tradicional sería aumentar la ingesta de proteínas y energía, pero los datos nos están mostrando que en realidad podría ser la enfermedad vascular la que está impulsando esa pérdida de peso, en cuyo caso el uso de los enfoques tradicionales podría no ayudar con la composición corporal", añade.

"Dados los malos resultados que suelen asociarse a la pérdida rápida de peso en los adultos mayores, la calcificación aórtica puede ser una herramienta para identificar a las mujeres mayores con mayor riesgo", apunta la investigadora. Y concluye que "también abre la puerta a una oportunidad para la detección del riesgo de enfermedad cardiovascular y para considerar la enfermedad en otros órganos que puedan estar influyendo en la composición corporal".

Los próximos pasos de esta investigación, dice, consistirán en replicar estos hallazgos en otras cohortes de voluntarios, realizar estudios con medidas de flujo sanguíneo y rastrear la absorción de macronutrientes.