Salud

El nutriente bueno para el corazón, que reduce hasta un 20% la pérdida de oído y que apenas tomamos en España

Un nuevo estudio ha descubierto cómo reducir el deterioro auditivo relacionado con el envejecimiento a través de una sustancia presente en varios alimentos

El salmón lo contiene
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La subida de casos de sordera está apremiando al sistema de salud público español a formar a nuevos especialistas. ¿A qué se debe este aumento en la pérdida de la audición y cómo podemos solucionarlo? En primer lugar, el envejecimiento de la población y el uso inadecuado de los dispositivos electrónicos conlleva un crecimiento exponencial de la cifra de personas que sufren hipoacusia (sordera) entre leve y profunda. Ya afecta al 20,3% de las personas de todo el mundo, según la OMS. Y el futuro no parece mejor: para 2050, este problema afectará a una de cada tres personas.

En España, el 75% de las personas con una pérdida de audición discapacitante tiene 65 años o más. Cabe destacar que el deterioro auditivo no puede detenerse, hasta donde ha llegado la ciencia. Sin embargo, la población puede tomar medidas para proteger su audición, como evitar los ruidos fuertes y utilizar protectores auditivos en situaciones de mucho ruido. A estas soluciones podría sumarse un nuevo enfoque preventivo.

Investigadores de la Universidad de Guelph y del Instituto de Investigación de Ácidos Grasos de la Universidad de Tufts han descubierto que los adultos de mediana y avanzada edad con niveles más altos de ácido docosahexaenoico (DHA) en la sangre tenían entre un 8 y un 20% menos de probabilidades de sufrir problemas auditivos relacionados con la edad que los que tenían niveles más bajos.

Pero ¿qué es el DHA? El ácido docosahexaenoico es un ácido graso esencial poliinsaturado de la serie Omega 3 con múltiples beneficios. De hecho, sus propiedades le resultaron extremadamente interesantes al autor principal de este estudio, el doctor Michael McBurney.

El también profesor de Ciencias de la Nutrición explica que él y su equipo decidió estudiar el efecto de los omega-3 en los problemas auditivos relacionados con la edad porque ya que estaban intrigados por los hallazgos descubiertos en animales. Según estudios previos, el desarrollo auditivo de las crías se veía afectado por la ingesta materna de omega-3 durante el embarazo.

"Decidimos explorar la relación entre los niveles plasmáticos de omega-3 y la pérdida de audición autodeclarada, en un estudio transversal muy amplio", señala McBurney. La investigación resultante se presentó de manera reciente en Nutrition 2023, la principal reunión anual de la Sociedad Americana de Nutrición, que ha celebrado hasta el 25 de julio en Boston, Estados Unidos.

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¿Qué son los ácidos grasos Omega 3?

Los ácidos grasos omega-3 son un tipo de grasa "buena" que el cuerpo necesita para diversas funciones, lo que los convierte en grasas "esenciales". En los últimos años, se ha investigado mucho sobre los omega-3 y su efecto en otras áreas de la salud corporal, como la reducción de la inflamación, la mejora de la salud ocular y la protección contra la neurodegeneración relacionada con la edad.

Además, estudios anteriores demuestran que estos ácidos grasos pueden ayudar en ciertas enfermedades, como las cardiovasculares, la artritis reumatoide, enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple, la depresión e incluso algunos tipos de cáncer. Aunque el cuerpo necesita omega-3, no es capaz de producirlo por sí mismo. En su lugar, debe obtenerlo a través de alimentos y suplementos.

Entre los alimentos ricos en ácidos grasos omega-3 se incluyen: pescados grasos como el salmón, la caballa, las anchoas, el atún y las sardinas, nueces, semillas de lino, semillas de chía, algas marinas y edamame, además de ciertos aceites, como el aceite de oliva, canola o soja.

Sin embargo, los estudios demuestran que España no alcanza la ingesta diaria recomendada por la Organización Mundial de la Salud, ni por la Agencia Europea: 250 miligramos al día. De hecho, hasta el 85% de la población en nuestro país toma menos omega-3 del aconsejado.

Resultados del estudio

El McBurney y su equipo utilizaron el estado auditivo autodeclarado y los niveles de DHA en sangre de más de 100.000 personas de entre 40 y 69 años del Biobanco del Reino Unido, un gran repositorio con los datos médicos de más medio millón de personas.

Tras el análisis, los investigadores descubrieron que los participantes del quintil más alto de niveles de DHA en sangre tenían un 16% menos de probabilidades de responder "sí" a la pregunta "¿tiene dificultades auditivas?" en comparación con los del quintil más bajo de niveles de DHA.

Los participantes del quintil más alto también tenían un 11% menos de probabilidades de responder "sí" a la pregunta "¿Tiene dificultades para seguir conversaciones cuando hay ruido de fondo?" en comparación con el quintil más bajo.

"Nuestra hipótesis era que habría una relación inversa entre las concentraciones plasmáticas de omega-3 y la pérdida de audición ajustada por edad y sexo", afirma McBurney. "Fue gratificante confirmar esta hipótesis, incluso cuando se ajustó aún más por la pobreza, las características de comportamiento (IMC, el tabaquismo y el consumo de alcohol) y biomarcadores de inflamación".

Sobre los próximos pasos en la investigación sobre omega-3 y DHA, el doctor declaró al medio especializado MedicalNewsToday que este estudio no prueba que un bajo nivel de este ácido graso cause pérdida de audición. "Esta determinación requerirá ensayos de intervención con omega-3 aleatorizados y controlados con placebo en humanos", añadió.

"Sin embargo, existen pruebas considerables de que un estado elevado de omega-3 se asocia a efectos positivos sobre la función cerebral, visual y cardiovascular. El riesgo de muchas enfermedades crónicas, los partos prematuros y la mortalidad por todas las causas se asocian a una ingesta y un estado bajos de omega-3."

"Es importante consumir alimentos ricos en DHA y/o utilizar un suplemento de omega-3", subraya McBurney. "Animo a medir los niveles de EPA+DHA en sangre seguidos de una orientación dietética, y a cambiarla si es necesario, para alcanzar el estado de EPA+DHA recomendado."

Para quienes deseen aprovechar los beneficios potenciales para la salud de los omega-3, la dieta mediterránea y la dieta atlántica son ricas en este nutriente. El pescado, como la caballa o el salmón, así como otros mariscos como las ostras, son grandes fuentes de ácidos grasos.