
Congreso de la Sociedad Europea de Radioterapia y Oncología
La radioterapia transforma el abordaje del cáncer colorrectal
En dosis reducidas o en combinación ofrece alternativas a la cirugía tradicional más seguras, eficaces y preservando los órganos

El cáncer de recto es un tipo de tumor que se desarrolla en los últimos centímetros del intestino grueso, justo antes del ano. Es uno de los más comunes en Europa, con más de 125.000 personas diagnosticadas cada año. El tratamiento consiste en la extirpación quirúrgica del tumor, una operación mayor que puede afectar la función sexual, la continencia y la calidad de vida. Si bien la radio y la quimioterapia ya se usan para reducir su tamaño antes de la cirugía, cada vez están más en auge estrategias que la evitan en pacientes cuyo tumor ha desaparecido tras el tratamiento y buscan preservar el recto.
En cambio, el cáncer anal afecta los primeros centímetros del intestino. Aunque es poco frecuente (se diagnostica anualmente en unas 14.000 personas en Europa), es más sensible a la radioterapia, y ensayos clínicos previos han demostrado que una combinación de radio y quimio puede evitar la necesidad de una cirugía mayor y una colostomía permanente. Sin embargo, el enfoque estándar actual conlleva altas tasas de efectos secundarios a corto y largo plazo.
Ahora, cinco estudios presentados en el congreso de la Sociedad Europea de Radioterapia y Oncología, muestran cómo la radioterapia está transformando este panorama. Desde tratamientos de dosis reducidas hasta combinaciones novedosas con inmunoterapia y quimio, estas innovaciones ofrecen alternativas a la cirugía tradicional más seguras, eficaces y preservando los órganos.
Los estudios
Un ejemplo es el ensayo ACT4 Plato, que ha demostrado que una técnica de radioterapia altamente focalizada (IMRT) de dosis reducida y ciclo corto ofrece un excelente control tumoral con menos efectos secundarios en el cáncer anal en etapa temprana. El trabajo, fase II, realizado en 28 centros del Reino Unido, mostró una eficacia y niveles de toxicidad tardía similares usando un régimen de IMRT de dosis reducida 4,5 semanas y uno de IMRT estándar 5,5 semanas. «Nuestros resultados respaldan el avance hacia una radioterapia más corta y personalizada», afirma su director David Sebag-Montefiore.
Otro trabajo, el STAR-TREC ha demostrado que las estrategias de preservación de órganos son viables tanto para pacientes tratados con radioterapia sola como para pacientes tratados con radio y quimioterapia. Entre 344 pacientes en 37 centros internacionales, el 80% de los tratados con quimiorradioterapia y el 61% de los tratados con radioterapia sola pudieron evitar la cirugía al año. «Esto ayuda a preservar la función intestinal y la calidad de vida», afirma Corrie Marijnen, del Instituto Oncológico de los Países Bajos. «Demuestra que las estrategias basadas en radioterapia (ya sea sola con un tratamiento más intensivo o combinada con quimio) pueden ser una alternativa viable para muchos pacientes».
Por su parte, el Prime-RT, un ensayo realizado en el Reino Unido, encontró que el 67% de los pacientes evaluables que recibieron un tratamiento corto de radioterapia, es decir solo 5 sesiones ambulatorias (sin internación) de radio, combinadas con inmunoterapia, tuvieron una respuesta completa, lo que significa que no quedaron signos de cáncer. «Al combinar la inmunoterapia con la radioterapia, estamos viendo tasas de respuesta más altas de lo esperado, especialmente con la de corta duración», afirma Campbell Roxburgh, de la Universidad de Glasgow.
De manera similar, en el ensayo Stellar II de China, la inmunoterapia agregada a la radio y quimioterapia de corta duración elevó la desaparición completa del tumor al 45,5%, en comparación con el 25% con el tratamiento estándar. «Al combinarlas, podríamos mejorar las tasas de supervivencia y ayudar a más pacientes a evitar tratamientos invasivos», dice Jing Jin, del Centro Nacional del Cáncer de China. El Stellar fase III hizo un seguimiento de 591 pacientes en China con cáncer de recto localmente avanzado durante cinco años. Se observó que la radioterapia de corta duración seguida de quimio mejoró la supervivencia en un 8,4% comparado con la quimiorradioterapia estándar, sin ningún impacto negativo. «Esto podría ser un gran avance, ofreciendo una opción más rápida, igualmente segura y potencialmente más efectiva», concluye el Dr. Jing.
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