Opinión
Salud mental, cosa de todos
Marina Díaz Marsá es presidenta de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental, jefe de Sección del Hospital Clínico de Madrid y profesora titular de Psiquiatría de la Universidad Complutense de Madrid
El 60% de los pacientes que necesita tratamiento psiquiátrico no lo está recibiendo. Una de las razones es la escasez de profesionales de salud mental que hay en el Sistema Nacional de Salud, pero otra es el estigma que rodea tanto a las enfermedades mentales como al propio profesional médico que las trata: el psiquiatra. Esto, sin duda, a quién más perjudica es a la persona enferma, porque no puede acceder al tratamiento adecuado.
Por eso valoro especialmente la iniciativa que han tomado las farmacias de convertirse en agente activo de salud mental. La confianza del paciente en el farmacéutico es muy sólida, lo que favorece que estos profesionales puedan ayudar en gran manera a detectar síntomas y conductas de riesgo en la población, pero también a cambiar la imagen instalada en la sociedad de que la enfermedad mental es cosa de débiles, incapaces o extravagantes.
Igualmente, pueden contribuir a percibir al psiquiatra como lo que realmente es: un médico que ayuda a la persona con trastorno mental a abordar su sufrimiento y que indica un tratamiento específico para conseguir reducir los síntomas que entorpecen su calidad de vida con la intención de que estas personas consigan una situación de bienestar emocional.
Para ello, es necesario que los profesionales de las farmacias cuenten con herramientas para la identificación de síntomas y de conductas de riesgo, pero también para ofrecer información de calidad, comprensible y adecuada a los pacientes que ya están en tratamiento. Está demostrado que explicar algunos aspectos básicos sobre la toma de medicación y los efectos adversos más frecuentes mejora la adherencia considerablemente, fundamental para la prevención de recaídas y para la remisión de los síntomas. Además, el farmacéutico puede ayudar también a detectar el uso inadecuado de algunos psicofármacos.
Hoy sabemos que uno de cada cuatro individuos padecerá un trastorno mental. La enfermedad mental común, que incluye trastornos de ansiedad, depresiones e insomnio, afecta al 15-20% de la población, mientras que la enfermedad mental grave, que engloba trastornos como la esquizofrenia, el trastorno bipolar, las depresiones graves o los trastornos de personalidad, tiene una prevalencia de en torno al 5%. En todos estos trastornos, el tratamiento adecuado y la prevención tienen que constituir nuestra principal línea de actuación y contamos con la red de farmacias para llegar a este objetivo común.
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