A veces más es demasiado

Las señales para empezar a cuidarnos y renunciar a los malos hábitos están en todas partes, otra cosa es que cada uno le hagamos más o menos caso. En España se ha disparado el consumo de productos de suplementación oral, situándose en unos de los países de la UE con mayor número de adeptos.

El acceso a dichos productos por lo general se produce en farmacias o herbolarios, aunque cada vez son más los que deciden hacerse con este tipo de productos a través de diferentes páginas webs sin ningún tipo de consejo o supervisión médico.

El problema surge al intentar poner límites a este mercado que crece a pasos agigantados. Hoy en día los requisitos para su compra son escasos y eso hace que mucha gente esté completamente desinformada acerca de lo que realmente está consumiendo y que los beneficios de dichos suplementos no sean realmente tan eficaces como prometen serlo.

Los estudios revelan que una correcta alimentación, siempre basada en un alto consumo tanto de verduras como de proteínas de calidad, debería de cubrir las necesidades mínimas siempre y cuando no exista una patología de base que lo impida.

Pero, ¿qué pasa si incorporo estos productos a mi alimentación sin mostrar ningún déficit vitamínico? El cuerpo es una máquina perfecta y es en estos casos cuando se observa, ya que ante un exceso toma la sabia decisión de eliminar los excesos.

En determinados casos en los que dicha limpieza no puede llevarse a cabo, es cuando hacen aparición determinadas complicaciones derivadas del acúmulo de cantidades excesivas. Las vitaminas liposolubles son las más peligrosas por su fácil acúmulo en tejidos grasos.

Vivimos en un país que nos pone en bandeja el mejor tratamiento que existe: una correcta alimentación y un buen clima, disfrutémoslo.