Coronavirus

El lado positivo que podemos descubrir de la pandemia del Coronavirus

Olvidemos la queja y saquemos partido a la situación

Recuperemos lo paseos
Recuperemos lo paseosNg Han GuanAP

El miedo se va apoderando del mundo entero ante la pandemia del Coronavirus que se extiende sin freno, una reacción normal ante cualquier amenaza. Pero no todo es malo. Podemos aprovechar, dado que tampoco tenemos posibilidad de ignorar o escapar de ella, la situación que nos ha tocado vivir y nos desconcierta. Darle la vuelta a los pensamientos negativos y descubrir la parte positiva:

  • Solidaridad. Sí, de repente, dejamos de pensar en nosotros mismos y nuestro entorno más cercano y decidimos proteger a los más “débiles”. Tomamos precauciones y decisiones no solo para protegernos sino para evitar contagios en personas de mayor riesgo.
  • Paciencia. Una virtud de la que nos olvidamos con demasiada frecuencia. Estamos acostumbrados a vivir con prisa y deprisa, a obtener de inmediato lo que buscamos. Y de repente, toca parar, o, al menos, frenar. Una cuarentena puede ayudarnos a relativizar y a replantearnos nuestra forma de vida y sus prioridades. A darnos cuenta de que hay cosas que pueden esperar y no sucede nada grave.
  • Concienciación. Somos privilegiados y vivimos en un mundo privilegiado. Llegar al supermercado y ver los estantes vacíos, ver denegada nuestra entrada a determinados países, reducir o eliminar nuestro ocio fuera de casa, nos acerca un poquito a lo que viven miles de personas a diario. En vez de dejarse llevar por la queja, podemos pensar en que nuestra situación es pasajera y adquirir consciencia de la suerte que tenemos.
  • Tiempo en familia. Los niños en casa, sin colegio. Los abuelos, como grupo de riesgo, descartados para cuidarlos. La vida social con amigos, restringida. Aprovechemos para recuperar los tiempos en familia, para hablar, para jugar, para reconquistar un espacio que nos vemos obligados a ceder a otras personas en tiempos sin pandemias.
  • Ocio, sin gasto. Si debemos restringir nuestras salidas, si debemos evitar aglomeraciones y lugares públicos, bares y restaurantes, gimnasios, si los museos cierran... ¿qué pasa con nuestro tiempo de ocio? Es momento de recuperar la lectura, de sacar los juegos de mesa olvidados en el armario, de volver a viejos estudios, intereses, aficiones... y, ¿por qué no? de explorar la meditación que nos ayuda a manejar las situaciones de estrés.
  • Naturaleza. Es un momento perfecto para pasear, mirar al cielo, escuchar el canto de los pájaros...
  • Tiempo para la reflexión y para recordar (o establecer) prioridades. Aprovechemos esta etapa en el que estaremos más tiempo a solas para reflexionar sobre nuestros miedos y cómo los gestionamos, sobre nuestras prioridades y nuestras relaciones. Es tiempo para valorar gestos que ahora nos vemos obligados a evitar como besos y abrazos.