Asociacionismo

Luchan juntos contra las tragedias que ha traído el coronavirus

Perjudicados por la pandemia reciben ayuda de asociaciones que velan por sus derechos sanitarios y económicos, demandan a culpables de su situación y crean redes sociales de apoyo mutuo

Susana Matarranz, profesora
Susana Matarranz, profesoraLuis DíazLa Razón

Nada más perder su condición de aforado como ministro de Sanidad, Salvador Illa, para presentarse a las elecciones catalanas, la Asociación Nacional de Víctimas y Afectados por Coronarivus (ANVAC), impulsada por su actual presidente, Jaime Sánchez, presentó ante el Tribunal Supremo una querella contra Illa, así como contra Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Estratégicas de Sanidad “por homicidio, lesiones y prevaricación en la pandemia del covid-19”.

Según la Agencia Europa Press, se trata de la primera acción penal presentada tras el cese de Illa en su cargo y publicarse en el Boletín Oficial de Estado (BOE), al perder su aforamiento. Para el abogado firmante, Pedro Tabares, “intervenimos como acusación particular no solo por los hechos de la primera ola, que ya eran muy graves, sino por los numerosos ciudadanos que fallecieron por la mala gestión en el primer trimestre de 2020 y por otros posteriores, como los referidos a decisiones adoptadas por Sanidad entre julio y septiembre pasados”. En declaraciones a LA RAZÓN por parte de Jaime Sánchez, presidente de ANVAC, la querella se presenta “como acusación particular en representación como acusación de varias decenas de familias cuyos seres queridos se han visto afectados gravemente por el coronavirus”.

“Todavía no sabemos –añade- si será admitida a trámite, pero confiamos en ello si hemos emprendido el proceso. Lamentamos de corazón que todavía se sigan produciendo fallecimientos por la desagradable certeza de una incorrecta gestión, que es conocida por todo el mundo, como el encargo al principio, por ejemplo, de mascarillas a una empresa china no homologada. Y esto es solo un botón de muestra”.

Además Sánchez insiste en que ANVAC no tiene el menor ánimo de lucro ni ninguna filiación política, “pese a que yo en algún momento haya votado por Vox, pero la maledicencia intenta hacer daño como sea y algunos nos atribuyen color político, cuando no es así; somos unos 3.500 afiliados, de ámbito nacional, sin cuota, solo voluntaria para sostener una mínima infraestructura, y tenemos personas de todos los colores políticos, por suerte”.

ANVAC nació a finales de marzo de 2020 con sede en Santander, sensibilizados por la muerte de un ser querido, y, según su presidente, empezaron a repartir de modo gratuito mascarillas, EPIS a los hospitales e informando del grave problema a la población. “Hemos llegado en España a la cifra de 100.000 fallecidos, que resulta moralmente intolerable –sostiene el presidente de ANVAC- y nuestros expertos han elaborado un informe de casi 100 folios, absolutamente pormenorizado y detallado, por lo que confiamos que sea admitido a trámite y los afectados puedan ser damnificados como se corresponda en justicia”.

Sin ánimo de lucro, multidisciplinar, atiende problemas médicos, legales y laborales y permite la comunicación de cualquier afectado o familiar gracias a la plataforma de comunicación YAcovid.com

ASACOVID-19, la primera Asociación Nacional de Afectados por el Coronavirus, sin ánimo de lucro, comienza su andadura en España a primeros de marzo de 2020, al principio de la pandemia, " con el apoyo del despacho de Aliter Abogados y el firme objetivo de asesorar y dar respuesta práctica a los diferentes casos de quienes se hayan podido ver perjudicados directamente por la enfermedad y sus consecuencias, fruto de las deficiencias que en la gestión de la crisis se evalúe que hayan podido existir en materia de prevención, contención o adopción de las medidas más adecuadas para evitar su expansión e iniciando acciones legales más adecuadas frente a sus responsables en cada caso”. Así lo explica Amparo Trinidad, portavoz de Comunicación de ASACOVID-19.

Esta asociación no solo actúa en nombre de perjudicados en materia médica, sino también en relación con las subvenciones y dudas relacionadas con la declaración del Gobierno por el Estado de Alarma, como ERTES, autónomos, alquileres, familias, PYMES, ICO, moratorias hipotecarias, etc.

“Aquí les resolvemos esas dudas y el despacho de abogados si hay que intervenir jurídicamente, para eso está. Pero es que además disponemos de unas plataforma de comunicación, YAcovid.com, que va a más allá y pretende paliar y llenar la soledad de muchas de estas personas, de ahí que se hayan hecho diferentes perfiles: por síntomas, por necesidad de comunicarse con los demás, por problemática común…. Pensamos que este aspecto es muy importante , porque puede llenar un gran vacío en ellos. La plataforma es de uso sencillo, como una red social. Los ayuntamientos colaboran para que llegue desde casa absolutamente a todos los rincones de España”, explica Miguel González, creador de forma altruista de YAcovid.com .

Como explica su fundador, un elemento fundamental de esta plataforma de ayuda a los afectados, previo registro, y sin la obligación de ser socio de ASACOVIV-19, es asimismo dar respuestas a cuestiones muy concretas, del tipo: “Si no hago un viaje, ¿me devolverán los billetes?” o “¿Cómo procedo si no me permiten ver a mi padre, que está en una residencia?”.

Una de las primeras personas que acudió a la primera Asociación de Afectados por el Coronavirus fue Noelia P. R., 22 años, de Valencia, no como enferma, sino económicamente: “Vivimos mi madre, viuda, y cuatro hijos y yo soy la mayor. Teníamos una economía modesta, pero con sacrificios, hasta que mi madre, que trabajaba en un hotel, perdió el trabajo”.

Esto ha supuesto no poder matricularse este curso en tercero de grado universitario. Podía haber sido el próximo curso el último y haberse graduado, pero, según comenta, hay muchos gastos de libros y material escolar y otros muchos más de sus hermanos, que son más pequeños, y prefiere renunciar por ellos. Además se muestra afortunada, porque, con la ayuda de la asociación, ha encontrado “digamos que un buen trabajo, tal y como está la situación” y aporta ingresos en casa.

Más triste y grave, pero finalmente feliz, fue el caso de P.R.S., 45 años, médico de un gran hospital público de una gran ciudad, que prefiere preservar su identidad, se contagió del covid-19 en el mes de abril y llegó a permanecer poco más de dos semanas en la UVI.

“Llegué a estar más para allá que para acá –dice ahora con cierto sentido del humor-, si bien yo nunca fue consciente del todo de mi extrema gravedad, porque mis compañeros médicos que me trataban me engañaban cariñosamente. Me contaba un colega del hospital, cuya esposa estaba también en la UVI, que cuando iba a verla a ella y miraba su evolución clínica, también observaba la mía, que era peor, y se asustaba”.

No tiene ni idea de cómo pudo contagiarse. Todo ocurrió muy rápido después de una reunión del servicio en Londres. Al cabo de varias horas del volver empezó a sentirse mal y aquel día ya pernoctó en el hospital. También se contagiaron otros colegas de la reunión, si bien el debut de la enfermedad presentó un cuadro diferente según los casos. El suyo fue el más desafortunado.

“Ha sido muy duro y es muy distinto ser médico como paciente. Te humaniza, te ayuda a empatizar con el enfermo y, desde luego, a hacerte un replanteamiento de vida de 180 grados. Cuando ves tan de cerca la cara de la muerte, minimizas los problemas que no lo son, pones cada cosa en su sitio y aprendes a valorar de otro modo la vida, a las personas y lo que posees. Y no me refiero ni mucho menos solo a lo material, sino a la familia, los amigos…”, narra con apasionamiento.

Juan Ignacio Navas, titular del despacho de Navas Cusí Abogados, con sede en Madrid pero con cobertura para toda España y considerado uno de los bufetes con más prestigio en demandas sanitarias, admite que el sistema sanitario español, como sucedió en todos los países desarrollados, se ha visto desbordado por una pandemia que nadie esperaba y para la que nadie estaba preparado.

“Creo que la Administración Central, con todos sus fallos, y sobre todo la Administración Autonómica de Madrid, han actuado de la mejor forma que ha podido ante una avalancha como esta”, dice. Añade que han tenido peticiones de demandas para solicitar desagravios económicos, pero “nosotros les hemos disuadido, primero por honradez deontológica, y segundo porque creíamos que tal vez ni siquiera serían admitidas a trámite”, indica Navas.

La Long Covid ACTS, que hasta ahora integraba a pacientes del covid-19 con la enfermedad persistente de las comunidades de Andalucía, Cataluña, Madrid, País Vasco y Valencia, acaba de constituirse en Aragón. Aquí explican que “hay pacientes que siguen de baja laboral, otros han recibido el alta al dar una PCR negativa y, sin embargo, no pueden consigo mismos…”. Su objetivo es dar visibilidad a su situación y fomentar protocolos específicos para estos pacientes de complejo manejo clínico, social y laboral.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado “una enfermedad” a la covid-19 persistente, que supera los seis meses entre un 10% y un 20% de los casos y se estima que en España puede afectar a 200.000 personas. Una encuesta de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMGF) y del colectivo Long Covid ACTS, realizada entre julio y septiembre de 2020, con una muestra de 2.000 pacientes persistentes, constata ese periodo de medio año con hasta 36 síntomas de media por enfermo.

Teresa Domínguez, profesora de educación especial:

“Solo he estado ingresada tres días, pero desde marzo me siento mal, no me tengo y sufro coagulopatías indetectables”

A pesar de su ánimo positivo, con 55 años y de ser una madre coraje con dos hijos en casa en Madrid, Teresa Domínguez confiesa que desde marzo del año pasado no sabe lo que es sentirse bien: “La mayoría de los días no puedo conmigo misma, a veces sufro alteraciones neurológicas, que, de repente me desoriento, parece que pierdo la memoria y que casi ni sé quién soy. Un día me pasó haciendo la compra con el carrito y, súbitamente, perdí el sentido de la realidad. Solo con lo que ya llevaba, me fui a la caja a pagar y no pude terminar la lista, porque me encontraba perdida.”

Teresa, que conoció en un programa de televisión Long Covid ACTS, es plenamente consciente de que se contagió por su hermano, que padece síndrome de Down, y, sin embargo, él sufrió la infección muy levemente. Ella cuenta que acudió a urgencias el 8 de marzo con fiebre muy alta, dolor de cabeza y tos, “pero de garganta”, matiza. La mandaron a casa, “porque no presentaba ningún síntoma respiratorio”, con un tratamiento y mejoró. Relata que le han dado varias veces el alta, esto es, que estaba de baja y ha vuelto a trabajar y de nuevo a casa.

“Lo más paradójico es que jamás sufrí neumonía –cuenta, contrariada-, pero sí mucha disnea o dificultad para respirar, como si me faltase el aire. Empezó a tratarme un internista y desde entonces solo he visto una malpraxis médica, que no sé qué habría hecho si no hubiera podido apoyarme, en todos los aspectos, por mi médico de cabecera, que es una mujer excelente”.

Su problema de eventuales consecuencias más graves empezaron a ser las coagulopatías, que revela un trastorno en la coagulación de la sangre, pero no se sabe dónde están los coágulos, de ahí que no pueda establecerse el pronóstico: si el coágulo puede emigrar al pulmón, a las arterias coronarias o al cerebro, que serían las situaciones más graves.

Según Teresa, esto lo indica en los análisis un valor, que es el dímero D, y cuyas cifras tenía disparadas: “Cómo puede entenderse” –se pregunta, indignada- que en los controles el

internista no me pida el valor conociendo mi problema? Es inadmisible. A veces dudo de si habrá hecho el juramento hipocrático”.

Susana Matarranz, profesora de Enseñanza Primaria en un colegio de Madrid:

“Me quedé de golpe sin gusto ni olfato y con molestias gástricas y sigo teniendo alterados estos sentidos y con muchas alteraciones digestivas”

Enamorada y entregada a su profesión de dar clases a niños en edades entre 6 y 12 años, Susana Matarranz, con 44 años, profesora de Enseñanza Primaria actualmente de pequeños de 8 años, y con un hijo de 7, fue contagiada por sus alumnos a finales de noviembre de 2019, según afirma ella, y ahí empezó su largo camino del calvario. Sin embargo, lamenta de corazón cuando está de baja, “porque los niños te transportan a un mundo mejor y te dan la vida y una alegría especial”.

“Yo no sabía lo que me pasaba –dice-, pero no me encontraba bien, hasta que a finales de febrero tuve un síntoma muy significativo en mí cuando algo me ocurre y es que me duelen los ojos al moverlos. Después, súbitamente, perdí los sentidos del gusto y del olfato, que desde entonces tengo alterados, pues hay olores, como el de las flores, que los tengo completamente distorsionados, y mi perfume me huele a trapos sucios. Son solo algunos ejemplos. A pesar de que he adelgazado bastante, y yo ya era delgada, he ido recuperando algo el apetito, pero para mí no es ningún placer comer ni lo que me gustaba”.

Si el punto flaco de Susana habían sido los trastornos digestivos, con el covid-19 se agudizaron notablemente alterando su calidad de vida. Y más complicaciones: un tipo de virus en el exterior de los ojos, que tuvo que ser extirpado; la infección de un simple padrastro en la uña, que le causó durante 15 días una gran

inflamación en el dedo; más diarreas y diarreas… hasta que llegó algo peor: una inflamación en el hombro derecho, que le impedía levantarlo doblado. Empezó un peregrinaje del traumatólogo, al reumatólogo y al fisioterapeuta, con el que lleva tratándose poco tiempo.

También sufrió una tremenda inflamación en las articulaciones de las dos manos, hasta que cedió con un tratamiento. A veces siente asimismo que tiene sangre en la boca y los médicos no saben a qué se debe y van a estudiarlo.

“El médico de digestivo piensa que tal vez tenga un reservorio del covid-19 en el intestino delgado y desde ahí esté actuando y por eso no me encuentro bien del todo”, explica Susana.