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Sobrepeso

Un estudio identifica alteraciones en el cerebro en los niños obesos

ISGlobal y el Hospital del Mar han localizado dos zonas cerebrales con hiperexcitación

La «comida basura» es una de las causas del sobrepeso y la obesidad en este colectivo
La «comida basura» es una de las causas del sobrepeso y la obesidad en este colectivolarazon

En Cataluña, en torno al 40% de los niños de entre 6 y 11 años sufre sobrepeso u obesidad . Esa obesidad se relaciona con los malos hábitos alimentarios, así como con la gran disponibilidad de alimentos calóricos, pero un estudio, liderado por investigadores de la Unidad de Investigación en Resonancia Magnética del Servicio de Radiología del Hospital del Mar y el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación «la Caixa», ha puesto de evidencia que existen factores relacionados con el cerebro que están también implicados en la obesidad.

Gracias a imágenes del cerebro de 230 menores de entre 8 y 12 años obtenidas con resonancia magnética, los investigadores han comprobado que hay determinadas zonas del cerebro de los niños obesos que presentan alteraciones si se comparan con niños de la misma edad con peso normal o, incluso, con sobrepeso. Como señala el doctor Jesús Pujol, autor del estudio y responsable de la Unidad de Investigación en Resonancia Magnética, gracias a este estudio ha sido posible «detectar un salto cualitativo en los niños, que va de un mal hábito en el caso del sobrepeso, a una ‘enfermedad’ cerebral en forma de alteración funcional cuando el sobrepeso pasa a ser obesidad. Es claramente una obsesión por la comida», añade. Y es que como demuestra la investigación, hay dos zonas en el cerebro que tienen alteraciones y están hiperexcitadas. Una de ellas es la corteza orbitofrontal y la amígdala, que son los centros que regulan la sensación de recompensa y la de castigo y su relación con la parte del cerebro que regula las necesidades básicas. La otra, es la corteza somatosensorial, en la que nuestro cerebro representa la imagen de nuestro propio cuerpo.

Y una hiperexcitación de estas zonas del cerebro genera una ansiedad constante en los niños con obesidad y, paralelamente, altera la propia percepción del cuerpo. Estas alteraciones, las mismas que se evidencian en las personas que sufren un trastorno obsesivo-compulsivo y aquellas que padecen Prader-Willi, enfermedad genética que genera un trastorno compulsivo y deriva en obesidad, hacen que el niño tenga obsesión por la comida y ésta no le tranquiliza, simplemente le quita la ansiedad de forma parcial. Los resultados del estudio apuntan que, dado que la alteración del sistema que regula la conducta se puede considerar que llega al nivel de patología cerebral, es necesario tratar la obesidad desde un punto de vista multidisciplinar, lo que incluye una intervención terapéutica, ya que el niño se encuentra aún en proceso de formación de su personalidad y de las estructuras y conexiones cerebrales.

Pese a que el estudio no permite aún determinar si las alteraciones cerebrales son las causantes de la obesidad o bien si es la obesidad la que produce esas alteraciones, sus resultados permiten concluir que, para combatir la obesidad, es necesario abordarla desde el factor relativo a la alimentación, pero también desde el que se refiere a la patología cerebral.