
Psicología
¿Qué significa que una persona camine muy despacio según la psicología?
La velocidad a la que caminas podría decir mucho más sobre ti de lo que imaginas, desde tu estado emocional hasta tu salud cognitiva

Caminar es un acto cotidiano tan automático que rara vez pensamos en él. Sin embargo, cada paso que damos podría estar revelando pistas sobre cómo nos sentimos y, en algunos casos, sobre nuestra salud mental y emocional. Diferentes estudios en psicología y neurociencia han encontrado que la forma de caminar -su velocidad, postura y energía- no solo refleja la condición física, sino también el estado de ánimo y la personalidad.
A lo largo de la última década, la investigación científica ha mostrado que caminar más lento, sin una causa médica aparente, puede asociarse con síntomas de depresión, ansiedad e incluso con un mayor riesgo de deterioro cognitivo en la vejez. Al mismo tiempo, en otras circunstancias, una caminata tranquila puede reflejar introspección, calma y un estilo de vida más consciente.
Lo que revela tu manera de caminar sobre tu estado emocional

Un estudio liderado por Johannes Michalak, observó que personas con depresión severa presentaban una marcha más lenta y con los hombros caídos. Cuando se les pidió adoptar una postura más erguida, mostraron mejoras leves en su estado de ánimo, lo que respalda la idea de que cuerpo y mente están profundamente conectados.
La psicología define este vínculo bajo el concepto de corporeidad, según el cual las emociones y los movimientos corporales se influyen mutuamente. Así, la tristeza puede llevar a caminar más despacio, con una postura encorvada, mientras que la ansiedad tiende a producir pasos cortos y rápidos, casi inestables. "Un paso lento puede reflejar introspección o cautela, mientras que caminar con los hombros erguidos y la cabeza alta transmite seguridad y control. La postura corporal habla tanto como las palabras", asegura Michalak.
La relación entre caminar más despacio y el riesgo de deterioro cognitivo
La velocidad al caminar también se ha relacionado con la función cognitiva. Un estudio publicado en la Biblioteca Nacional de Medicina con más de 17.000 adultos mayores encontró que aquellos que caminaban cada año un 5% más lento y mostraban deterioro en la velocidad de procesamiento mental tenían un riesgo significativamente mayor de desarrollar demencia.
Un estilo de vida más consciente
No toda caminata lenta es negativa. El llamado Movimiento Slow, creado por el periodista Carl Honoré, propone precisamente reducir la velocidad para vivir de manera más consciente y presente. En este contexto, caminar despacio puede reflejar calma, autocontrol y la capacidad de disfrutar el momento, lejos de la prisa que domina la vida moderna.
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