Proyecto Hombre

Cocaína y alcohol, principales adicciones por las que se pidió ayuda en pandemia

Un 39,1% de los ingresos en Proyecto Hombre fueron a causa de la cocaína, seguida del alcohol con un 36,1%

El porcentaje de mujeres en tratamiento ha aumentado ligeramente, aunque siguen encontrando más dificultades para acceder y solo representan un 16,5% del total
El porcentaje de mujeres en tratamiento ha aumentado ligeramente, aunque siguen encontrando más dificultades para acceder y solo representan un 16,5% del totalEuropa press

El 39% de las personas que solicitaron tratamiento en Proyecto Hombre en 2020, en plena pandemia de Covid-19, lo hicieron por estar enganchados a la cocaína, cuatro puntos más que un año antes y por delante del alcohol, motivo por el que un 36,1 por ciento requirió ayuda. Así de desprende del Informe 2020 del Observatorio de Proyecto Hombre, presentado este viernes, en el que se constata que la adicción a la cocaína sigue en aumento en España.

Según el Observatorio, que cuenta con el apoyo del Plan Nacional sobre Drogas, en los últimos cuatro años, los tratamientos por consumo de cocaína se incrementaron un 8 por ciento, y si bien en 2016 representaban el 31,1 por ciento de los casos atendidos, en 2019 el dato era del 35,3 y un año después, ascendía ya al 39,1 por ciento. Si se atiende a los sexos, en los hombres el consumo de cocaína ha crecido un 12,9 por ciento en los últimos ocho años. En las mujeres este dato es del 8,1%.

La normalización del consumo y la invisibilidad de las adicciones en la sociedad pueden ser factores determinantes para que estos datos sigan en ascenso”, indicó Elena Presencio, directora general de la Asociación Proyecto Hombre.

El alcohol continúa siendo una sustancia que genera gran cantidad de demandas de tratamiento tanto en mujeres como en hombres; si bien entre las mujeres el alcohol tiene mayor prevalencia mientras que en los hombres es mayor la adicción a la cocaína. Respecto al alcohol, las atenciones más frecuentes se refieren a un consumo en grandes cantidades y la edad media de inicio que reconocen las personas en tratamiento es los 16 años.

Otro consumo regular que se inicia a edades tempranas es el del cannabis (16, 8 años), mientras que el consumo de alucinógenos, inhalantes y cocaína se presenta entre los 19 y 21 años . En el caso de alcohol en grandes cantidades, heroína y otros opiáceos, la edad de inicio se sitúa entre los 22 y 25. El consumo más tardío se da en las benzodiacepinas (26,5 años) y la metadona (28,5 años).

Por sexos no se observan diferencias relevantes, si bien las mujeres tienden a iniciar el consumo regular o problemático más tarde que los hombres y de manera especial en el alcohol en grandes cantidades (cuatro años más tarde).

Las personas con adicción que acuden a tratamiento a Proyecto Hombre responden a un perfil que apenas varía año tras año: varón, de unos 38 años de edad, con empleo y vida sociofamiliar estable. Si bien es cierto que las mujeres en tratamiento solo suponen el 16,5% de las personas atendidas, esta cifra ha subido ligeramente en 2020 respecto al año anterior (16,1%). Las causas de por qué solo un 16,5% de las mujeres acuden a tratamiento principalmente responden a un mayor estigma social sobre la mujer que consume alcohol y/u otras drogas, y a que ellas tienen más cargas familiares (hijos/as o padres, madres a cargo).

En cuanto a la fuente de ingresos, desde 2013 se ha ido dando un aumento del empleo y, paralelamente, un descenso de la dependencia de los compañeros y familia. Sin embargo, esta tendencia en lo que respecta al empleo, ha sufrido un importante retroceso en 2020, probablemente debido a la situación de falta de empleo general causada por la pandemia de COVID-19 y a las restricciones que ha supuesto. El resto de fuentes de ingresos presentan oscilaciones poco significativas. En el caso de la prestación por desempleo, en 2020 aumenta el porcentaje. Podemos pensar que por los mismos motivos por los que desciende el empleo.

Durante la pandemia, las demandas de ayuda se han mantenido estables en general y, lo más importante, la adherencia al tratamiento también. “Ahora lo que nos debe preocupar es el futuro de estas personas, que, si ya son vulnerables, lo son aún más en momentos de crisis como estos”, señala Jesús Mullor, director del Observatorio.

Durante la peor parte de la pandemia, el confinamiento, desde Proyecto Hombre se prestó atención a más de 6.000 personas desde los Centros de Proyecto Hombre; más de 700 siguieron con su recuperación en los recursos residenciales. También más de 4.500 familias, un pilar en la recuperación, siguieron acompañadas de manera telemática. Y esto fue posible gracias al compromiso de 310 personas trabajadoras que continuaron de manera presencial, apoyadas por otras 600 que lo hicieron telemáticamente.

Con motivo del Día Internacional de la lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas, que se celebra mañana 26 de junio, Proyecto Hombre ha lanzado la campaña #CombateLoInvisible paraponer de relieve la actual percepción que la sociedad tiene del alcohol y otras drogas, normalizando e invisibilizando consumos y adicciones, percibiendo de forma muy baja el riesgo que suponen.

En 1994 el consumo de drogas ocupaba el segundo lugar en los temas de mayor preocupación de los españoles. Más de 20 años después, ocupa un lugar anecdótico, con un 0,2% de preocupación. Sin embargo, España es uno de los principales consumidores de drogas ilegales en el mundo, sobre todo en jóvenes de 14 a 35 años”, explica Elena Presencio, directora general de la Asociación Proyecto Hombre.