Vuelta a la actividad

El Papa vuelve a casa... por su propio pie

Francisco se recupera ya en el Vaticano diez días después de su operación de colon y reactiva su agenda de verano

Francisco, ayer, tras abandonar el policlínico Gemelli donde ha estado internado
Francisco, ayer, tras abandonar el policlínico Gemelli donde ha estado internadoRiccardo De LucaAP

El Papa ya está en casa. Ayer, en torno a las diez y media de la mañana recibía el alta médica del policlínico Agostino Gemelli de Roma, después de permanecer internado durante diez días y tras superar una operación programada de una obstrucción en el colón, que obligó a extirparle una parte del intestino grueso. A las doce de la mañana Francisco llegaba a la residencia de Santa Marta de Vaticano. Eso sí, hizo una parada intermedia en la basílica de Santa María la Mayor del Roma. ¿El motivo? Siempre que el Pontífice culmina un viaje de relevancia acude de vuelta a una imagen de María a darle las gracias y encomendarle los frutos de su peregrinación. Así ha querido también hacerlo al rematar su particular periplo por el quirófano. Aunque ya puede caminar sin necesidad de muletas, para su desplazamiento por el interior del templo optó por la silla de ruedas para evitar sobresfuerzos.

«Ante la imagen de la Virgen Salus populi romani ha dado gracias por el resultado satisfactorio de la operación y ha orado por todos los enfermos, en especial por los que ha visitado durante su convalecencia», exponía ayer a través de una nota de prensa el director de la Oficina de Comunicación del Vaticano, Matteo Bruni.

Al igual que sucediera con su llegada al Gemelli, donde acudió acompañado únicamente de su chófer y un estrecho colaborador, no querido ningún tipo de despida oficial en su salida. Sin embargo, en este caso, los fotógrafos sí pudieron captar su imagen abandonando el centro en el asiento delantero de su vehículo.

De la misma manera, a su llegada a la Ciudad del Vaticano, a través de algunos vídeos difundidos en redes sociales se puede comprobar cómo Francisco pidió detener el coche oficial justo cuando cruzaba la Porta del Purugino, la entrada más cercana a Santa Marta. Allí saludó de pie, sin ayuda de andador o bastón, a un grupo de policías que estaban velando por su seguridad en las inmediaciones.

Aunque en un principio el internamiento previsto para Francisco era de una semana, su salida se ha demorado unos días más por recomendación de los propios médicos que preferían garantizar que su regreso al Vaticano para evitar cualquier riesgo a posteriori. Entre otras cosas, porque si en un principio el equipo médico apostó por una intervención no invasiva a través de laparoscopia, finalmente se optó por la laparotomía, lo que requiere un postoperatorio más lento.

De hecho, desde que el domingo presidiera el rezo del ángelus desde el balcón de su habitación en la décima planta del centro, el Obispo de Roma ha ejercido de alguna manera de capellán del Gemelli. Primero, visitó a sus vecinos de pasillo. En estos días, también se ha desplazado hasta la zona de oncología infantil, donde pudo conversar tanto con los menores como sus familias.

A la par Francisco ha continuado con sus actividades de trabajo, a pesar de que, a priori, el 2 de julio inició sus vacaciones. Así, ha ejercido de improvisado despacho el llamado ‘Vaticano III’, esto es, en el apartamento del Gemelli rebautizado así por Juan Pablo II en el que además de una habitación, también hay una salita de estar y una pequeña capilla donde ha celebrado diariamente la misa.

El próximo acto público que tiene previsto será el ángelus del próximo domingo, que esta vez se celebrará de nuevo desde el ventanal de su estudio privado en el palacio apostólico. De la misma manera, también se hará presente el próximo 25 de julio en la basílica de San Pedro. Allí presidirá por primera vez la Jornada Mundial de los Abuelos, una efemérides instituida por él y que busca reconocer a las personas mayores coincidiendo con la festividad de los abuelos de Jesús, san Joaquín y santa Ana.

Con estos gestos, Francisco, de 84 años, busca restar importancia a la intervención y tumbar cualquier rumor sobre la gravedad de su estado de salud. Prueba de ello es que ya está más que cerrada su agenda para la gira europea que iniciará nada más comenzar el curso. Del 12 al 15 de septiembre, viajará a Budapest y a Eslovaquia. En Estambul le esperan para la clausura del Congreso Eucaristía Internacional que tuvo que suspenderse el pasado año por culpa de la pandemia.

,