Lucha sin tregua
Cáncer de mama y embarazo: vida tras la enfermedad
A Estrella le diagnosticaron cáncer cuando había dado el paso de ser madre. Congeló sus óvulos y tras la operación y la radio fue a por su objetivo. No fue sencillo. Interrumpió el tratamiento asesorada por los médicos y dará a luz en tres semanas. Ver la cara de Eva, su primogénita, la ayudará a seguir su lucha con más fuerza
A los 35 años, Estrella Aparicio tomó la decisión de ser madre y ahora, cumplidos los 39, está a punto de hacer su sueño realidad. En menos de tres semanas sale de cuentas y Eva, así se llamará a su primogénita, vendrá a este mundo sin ni siquiera intuir las vicisitudes que su madre tuvo que pasar para tenerla entre sus brazos. Y es que cuando por fin dio el paso y junto a su marido comenzaron la búsqueda de su bebé, un cáncer se les cruzó por el camino.
«Acudí a mi ginecóloga para comentarle la decisión que había tomado y me comentó que me realizaría unas pruebas genéricas que les hacen a las mujeres que quieren ser madres para asegurarse de que todo estaba bien. Yo estaba tranquila porque como todos los años me hacía las revisiones ginecológicas oportunas, no pensaba que nada pudiera salir mal. Pero en aquella revisión me detectaron un bulto sospechoso. Realizaron una biopsia y me confirmaron que tenía cáncer de mama», relata a LA RAZÓN, mientras recuerda todavía como si fuera ayer esos 10 minutos en los que tuvo que esperar para que le confirmaran la tipología de su tumor: «Fueron los más largos de mi vida». El diagnostico fue tumor infiltrante hormonal en la mama izquierda, «que en cierto modo es algo positivo porque al final son los estrógenos y la progesterona los que me lo provocan y esto supone un arma más de los médicos para luchar contra él».
Mientras Estrella se pasa la mano por su tripa, cuenta que cuando te comunican algo así «el tiempo se para»: «Dejas tu vida en un punto determinado, el mío justo en el momento en el que quería ser madre. Por este motivo, mi ginecóloga me aconsejó preservar los óvulos para que, si todo iba bien, retomara mi intención pasado el tratamiento». Y es que hay mujeres a las que esta enfermedad les puede provocar esterilidad o afectar de algún modo a su fertilidad. Según la Universidad de Navarra, el 0,033 de los tumores de pecho se detectan durante la gestación.
Clínica específica de fertilidad para mujeres con cáncer
Estrella acudió a la clínica IVI de Madrid, una de las más reputadas del país, para explicar su situación antes de someterse a la operación del pecho. Allí, la doctora Susana Rabadán se convirtió en «su ángel de la guarda»: «Ella está especializada en mujeres con problemas oncológicos y desde el primer momento me fue de gran ayuda». Esta madrileña de adopción, pero natural de Toledo, consiguió congelar siete óvulos. «Eso sí, ya sabía que, al menos, hasta dentro de dos años, y si todo iba bien, no podría ser madre». Días después comenzó su proceso oncológico: «Me operaron en octubre de hace tres años y me extirparon el tumor, un margen de seguridad, así como un pequeño nódulo. Pudieron preservarme la mama, fue una cirugía conservadora.. Tras analizar el tumor, evaluaron que tendría que someterme a 21 sesiones de radioterapia y un tratamiento con tamoxifeno».
Cada día, durante tres semanas, se sometió a la sesión de radiación, así como la dosis del fármaco cuya finalidad era mantener bajos los niveles hormonales que, en su caso, eran los que le produjeron su tumor. «Este tratamiento tiene efectos parecidos a la menopausia, provoca dolor óseo, falta de deseo sexual. Aun así, yo tenía mi objetivo futuro de ser madre. A los dos años, mi oncóloga me comentó que había llegado el momento. El tratamiento de tamoxifeno es de cinco años, pero a los dos puede interrumpirse y retomarse al siguiente año. No lo dudé. Esperé dos menstruaciones para limpiar la medicación y después acudí a mi médica de IVI para llevar a cabo la transmisión del óvulo fecundado», explica Estrella. En este centro existe un programa de preserva gratuita de óvulos para pacientes oncológicos y desde 2007 ha tratado a más de 1.400 mujeres diagnosticadas de cáncer y han nacido 48 bebés. Eva será el 49.
Por suerte, Estrella se quedó embarazada con la primera transmisión de embrión y recalca «con suerte» porque hubo problemas ajenos al proceso en sí, como por ejemplo una indeseada infección de orina o el contagio de Covid. «No me lo podía creer, los meses pasaban y comencé a agobiarme. La cuenta atrás del año que me había dado la doctora corría y me preocupaba tener que volver al tratamiento y olvidarme de la maternidad».
Además, su inquietud era doble ya que al haber suspendido el tratamiento oncológico para quedarse embaraza temía que el cáncer pudiera aprovechar para reproducirse. «Por este motivo me programaron ecografías cada tres meses. A la primera revisión acudí con miedo, ya que durante el embarazo las hormonas se disparan y precisamente en mi caso suponía un peligro. Además, noté como uno de los pechos, el sano, crecía normal, mientras que en el operado sentía fuertes pinchazos que me recordaban a la radio. Cuando mi oncóloga me dijo que todo estaba bien me relajé, pero la preocupación siempre estaba ahí».
Problemas previos
Más allá de las peculiaridades de su caso, el embarazo de Estrella ha sido «de libro». No ha padecido problemas que sufren algunas madres primerizas, y en estos días que ya está a punto de dar a luz, «ni si quiera me da guerra. Creo que los de la clínica IVI colocaron el embrión en su punto exacto», dice con una sonrisa. Y es que para ella la positividad es algo que la ha acompañado en todo este proceso: «Para mí es necesario que mis seres queridos me vean feliz para que ellos también lo estén. No es sencillo porque hay momentos duros, pero siempre fue muy objetivo»
En lo que hace hincapié esta mujer todorreterno que trabaja como comercial de software, es que existe mucha información sobre embarazos generales, pero poca para casos con pacientes oncológicas como es su caso. «Si me hubieran contado lo que me iba a pasar me hubiera preocupado menos, por eso, ahora, siempre que algún conocido me habla de algún caso cercano que quiere ponerse en contacto conmigo para que le cuente, no lo dudo. Es necesario hablar las cosas y explicarlo con detalle. Yo tuve mucha suerte tanto con mi oncóloga como la doctora que me trató en la clínica IVI. Me he sentido segura y apoyada por ellas en todo momento».
Pero no todo acaba con el embarazo y ella más que nadie es consciente de la situación. «Ya sé, al menos, algunas de las cosas que me pasarán en el postparto. En primer lugar, con el tema de la lactancia. Yo quiero intentar que sea natural y no debería de haber problema. Con el pecho sano todo irá bien y con el radiado, me he encontrado con diversidad de opiniones. Algunos me dicen que no tendré leche y otros que sí, pero con una producción por debajo del 25%. Además, la leche de la mama radiada contiene más sodio y hay bebés que lo rechazan. Iré viendo», dice con la serenidad de quien ha luchado sin tregua por conseguir ser mamá y por fin, ha llegado ese momento. Pronto verá la cara de Eva y la lucha habrá merecido la pena.
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