Erupción en Cumbre Vieja

Bombardear el volcán de La Palma, la idea del presidente de la Gomera para encauzar la lava

“Me da la impresión que desde el punto de vista tecnológico hay que probarlo”, asegura Casimiro Curbelo, líder de la Agrupación Socialista Gomera (ASG)

El portavoz del Grupo Parlamentario Agrupación Socialista Gomera (ASG), Casimiro Curbelo
El portavoz del Grupo Parlamentario Agrupación Socialista Gomera (ASG), Casimiro CurbeloCEDIDO POR ASGCEDIDO POR ASG

El presidente del Cabildo de La Gomera, Casimiro Curbelo, ha planteado en las últimas horas la medida de bombardear el volcán de La Palma con aviones militares con el fin de encauzar las coladas de lava del volcán, y evitar de ese modo los destrozos que la erupción están ocasionando en edificaciones, cultivos e infraestructuras.

“¿No hay un avión que vuela y que pueda hacer caer? Llegar y hacer caer ¡blooom! y yo, oriento la lava en una dirección. Igual lo que yo digo es un disparate. A mí me da la impresión que desde el punto de vista tecnológico hay que probarlo”, expresó Curbelo en una entrevista en Radio Faycan.

“Situémonos en una realidad de una balsa que pierde agua y queremos que fluya de golpe, habrá que actuar con un sistema que haga caer una pequeña bomba explosiva y destruir una parte de pantalla y que salga todo a la vez”, argumentó el también líder de la Agrupación Socialista Gomera (ASG).

La lava del volcán de La Palma, que continúa fluyendo con profusión en las últimas horas, ha aumentado la altura de las coladas ya existentes, mientras continúa la actividad sísmica en la zona, con terremotos de hasta 4,8 de magnitud que han podido sentirse en otras islas del archipiélago.

La elevación del terreno en las inmediaciones del centro eruptivo en Cumbre Vieja, de 10 centímetros en las últimas 24 horas, y las altas tasas de emisión de dióxido de azufre -40.800 toneladas según la última medición- presagian que hay volcán para rato.

La deformación del suelo que preocupa a los expertos podría anticipar un aumento del canal de lava o la apertura o cierre de algún punto de emisión, siempre dentro de la zona de exclusión, según explicó la directora en Canarias del Instituto Geográfico Nacional, María José Blanco.

Según el último cálculo del sistema europeo de satélites Copernicus, son 908,2 las hectáreas arrasadas y 2.162 las edificaciones destruidas, además de otras 124 posiblemente afectadas.