
Estados Unidos
Picnics y coitos. Las faltas de respeto que obligaron a clausurar la Tumba del Soldado Desconocido durante 73 años
Ayer se celebró el centenario de la instalación del monumento en el cementerio militar de Arlington (EEUU)

El pasado martes, 9 de noviembre, los estadounidenses pudieron visitar la Tumba del Soldado Desconocido por primera vez desde el año 1948. La reapertura se planificó para coincidir con el centenario de la instalación del monumento, que se celebró ayer.
Así lo anunció en una rueda de prensa el portavoz del Departamento de Defensa de EE UU, John Kirby: “El público estadounidense podrá seguir los mismos pasos que los guardianes de la tumba y poner flores al soldado desconocido”.

La Tumba al Soldado Desconocido está situada en el cementerio militar de Arlington, a las afueras de Washington DC. (EE UU). Fue instalada en el año 1921 para honrar a todos los soldados estadounidenses caídos en combate, y que no pudieron ser identificados.
El sargento Edward Younger fue el encargado de elegir los restos del primero de los cuatro soldados que tendrían el honor de yacer en el interior del sarcófago. El afortunado sería un soldado anónimo que murió en Francia durante la I Guerra Mundial, donde fue recibido por 90.000 personas que se acercaron al cementerio para presentar sus respetos.
Años más tarde, los soldados estadounidenses desconocidos de la Segunda Guerra Mundial y las guerras de Corea y Vietnam fueron colocados en criptas frente a la tumba. Aunque este último fue identificado mediante un análisis de ADN y sus restos fueron devueltos a su familia.
Tim Frank, historiador del cementerio militar de Arlington, señaló que “es poco probable que otro soldado desconocido sea sepultado en el cementerio, porque ahora cada miembro en activo proporciona una muestra de ADN” por el que puede ser identificado.

Durante los 73 años desde su clausura, el monumento siempre ha estado custodiado por un guardia de honor que impedía que nadie se acercase al monumento. Ya podía llover, tronar o nevar... que siempre había un centinela apostado a su lado.... las 24 horas del día.
Esta medida tan drástica se tomó para evitar las faltas de respeto que tenían lugar en el monumento. En un artículo del New York Times recordaban cómo algunos visitantes pisaban la tumba, hacían picnics (en alguna ocasión, el sarcófago hizo las veces de mesa improvisada para la comida), (...) las faltas de respeto llegaron a un punto en el que el mármol de la Tumba al Soldado Desconocido se convirtió en el lecho de algún que otro escarceo amoroso.
✕
Accede a tu cuenta para comentar