Volcán

350 seísmos en La Palma en un día: la cifra más alta desde la erupción

Ningún científico se aventura aún a predecir el final dos meses después del desbordamiento de la lava en el volcán

El volcán de Cumbre Vieja se ha vuelto a reactivar a última hora de esta tarde, cuando mañana se cumplen 60 días desde que entrara en erupción
El volcán de Cumbre Vieja se ha vuelto a reactivar a última hora de esta tarde, cuando mañana se cumplen 60 días desde que entrara en erupciónMiguel CaleroEFE

El catálogo de terremotos que publica el Instituto Geográfico Nacional (IGN) suma en 71 días la barbaridad de 6.466 sismos detectados en La Palma. Desde el 19 de septiembre hasta el 17 de noviembre ha alcanzado su pico máximo diario para sorpresa de todos los científicos.

Con la reactivación detectada de la energía sísmica del volcán, se han alcanzado los 350 terremotos en 24 horas, el mayor número diario en todo este proceso eruptivo, incluso más que cuando se detectó el enjambre sísmico que provocó el disparo de salida del volcán, cuando se produjeron unos 320 terremotos en un día.

El sismólogo Itahiza Domínguez, del IGN, publicó que durante la tarde del miércoles se produjo un destaponamiento y posterior aumento de emisión de cenizas, con una reducción del tremor ante la apertura del conducto. Ese proceso, aclaró, «posiblemente haya tenido relación con la sismicidad de las últimas 24 horas».

La mayoría de estos terremotos se han producido a nivel intermedio, con profundidades de entre los 16 y los 35 kilómetros. Además, la sismicidad no ha presentado migración respecto a la de pasadas semanas.

El volcán en La Palma cumple hoy dos meses desde que comenzara su erupción sin que existan certezas de que vaya, efectivamente, a menos, como parecían intuir los científicos. Hasta que hace solo 48 horas hubo un aumento de la sismicidad y de la señal de tremor. A día de hoy, la isla vive el momento de mayor sismicidad del proceso desde que entrara en erupción.

La incertidumbre sobrevuela entre los científicos. Nadie se atreve a ponerle fecha de caducidad porque a lo largo del proceso eruptivo ha habido diferentes altibajos, tal y como viene advirtiendo el Comité Científico desde el minuto uno. Su portavoz, María José Blanco, del Instituto Geográfico Nacional (IGN), ya avisó de que, aunque la tendencia de la energía del volcán era descendente, la erupción no iba a acabar «a corto plazo» y al día siguiente habló abiertamente de un «cambio apreciable» de dinámica.

«Aunque se esté portando mejor en comparación con semanas anteriores, la pregunta del millón, cuándo acabará la erupción, tiene que esperar un poco más», entre otras razones porque «podemos tener un pulso, un reseteo, y empezar de nuevo».

El que así opina es Stavros Meletlidis, investigador científico del IGN, quien señala que «hemos esperado dos meses y no pasa nada por esperar un poco más. Hay que comprender que esto es un proceso geológico, no es una tormenta o un incendio».

Meletlidis comprende que exista «mucha expectación» respecto a cuándo podría finalizar la erupción, «pero es mejor esperar y asegurarse. Si la erupción fuera en una isla perdida del Pacífico, nos iríamos, pero aquí está ligada a una emergencia». «Precipitarse en cerrar el capítulo podría afectar a la gestión de la emergencia de protección civil asociada a la erupción volcánica», apunta. Recalca que no es una cuestión de «curarse en salud».