Guardia Civil
43 órdenes internacionales de detención para desmantelar una macroestafa bancaria
La Guardia Civil ha concluido una investigación que comenzó en el primer confinamiento
Comenzaron a investigar justo al inicio de la pandemia y ahora han logrado cerrar la operación con la detención ocho personas por los supuestos delitos de estafa, falsificación de documentos de identidad, blanqueo de capitales y constitución de organización criminal
La Guardia Civil, en el marco de la «operación Chrimata», ha desarticulado en Alicante a una red dedicada a cometer estafas bancarias a nivel internacional y de forma masiva mediante el método del «phising», en su modalidad de smishing. Invertían el dinero sustraído de la cuentas de los perjudicados en criptomonedas, para así poder blanquearlo sin dejar rastro.
Ataque masivo
Todo comenzó en abril de 2020, después de que los autores realizaran, durante tres días consecutivos, un ataque masivo a un gran número de clientes de una entidad bancaria española, mediante «smishing» a los móviles de los perjudicados. Consiguieron estafarles 600.000 euros a un total de 106 perjudicados de todo el territorio nacional. La banda recababa los datos necesarios para acceder a las cuentas de los perjudicados enviando un mensaje de texto a las víctimas haciéndose pasar por su banco. Una vez que los perjudicados caían, los autores se hacían con el control de sus cuentas desde la plataforma online de la entidad.
Tras tener el control de las cuentas, hacían transferencias masivas de unos 5.000 euros cada una, desde las de los perjudicados a cuentas de personas utilizadas como «mulas», dadas de alta en empresas financieras en línea.
Estas personas, conocidos como mulas del dinero, transfieren dinero de origen ilegal recibido en su cuenta, y a cambio les dan una comisión. Los investigadores localizaron hasta 28 de estas mulas, comprobando que por sus cuentas pasaron 462.000 euros del total del dinero estafado a los perjudicados. Los 128.000 euros restantes fueron estafados a distintos comercios en París (Francia).
Tras transferir el dinero a las cuentas de las mulas, lo invertían en la adquisición de monedas virtuales o criptomonedas, consiguiendo así, además de blanquear el dinero negro, eludir el rastreo por parte de los investigadores, ya que la principal característica de la criptomoneda, es que los datos de origen y destino están cifrados haciendo muy difícil su seguimiento. Una vez adquiridas las monedas virtuales, eran transferidas a cuentas de miembros de los principales miembros de la banda, que lograban así permanecer en el anonimato.
El uso de medios digitales, facilita a los delincuentes, además, operar desde o hacia cualquier punto geográfico, característica que supone un añadido al trabajo de investigación policial.
90 personas
Tras el estudio de la información obtenida, los agentes han podido identificar un complejo entramado criminal compuesto por 90 personas de nacionalidades letona, rusa, checa, kazaja, bielorrusa, francesa, alemana, camerunense y ucraniana. En España, se ha detenido a ocho personas, de entre 40 y 59 años y de nacionalidades española, rumana y ucraniana; en las localidades de Málaga, Sevilla, Murcia, La Coruña, Zaragoza, Gerona, Valencia y Elche.
Además, se han bloqueado y puesto a disposición judicial un total de 25 cuentas bancarias. Por otro lado, se ha solicitado a la autoridad judicial competente 43 órdenes internacionales de detención correspondientes a los principales integrantes del grupo criminal. Las diligencias, que fueron puestas a disposición del Juzgado de Instrucción de Alicante, han sido traspasadas a la Audiencia Nacional
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