Exploración urbana
Estos son los 10 edificios abandonados más espectaculares e icónicos de España
Urbex es el acrónimo de “urban exploration” (“exploración urbana”) y consiste -como su nombre indica- en explorar lugares abandonados y de acceso restringido
De un tiempo a esta parte, se ha puesto de moda eso que han acertado en llamar Urbex, que es el acrónimo de “urban exploration” (”exploración urbana”). Y consiste -como su nombre indica- en explorar lugares abandonados. Evidentemente, es una práctica que entraña sus riesgos, porque uno de estos edificios podría estar en tan mal estado, que fuese susceptible de sufrir el derrumbe de una viga o de un cascarón de cemento, por ejemplo. Sin embargo, la adrenalina que se siente al entrar en un lugar que pocos conocen o en el que nadie ha puesto un pie en mucho tiempo, puede hacer que -para muchos- este sea un riesgo aceptable.
Y eso sin hablar de la cuestión legal... que nunca ha quedado del todo clara. Al fin y al cabo, “abandonado” no significa “sin dueño”. Y sin embargo, nuestro Código Penal no castiga entrar en una vivienda, en una fábrica o en un edificio público que haya sido abandonado, porque no hay nadie que lo use o que lo habite y tampoco existe una intención de ocuparlo. Es decir, que es una práctica que no podría considerarse “allanamiento de morada” o “delito de usurpación”; en cuyo caso sí que serían susceptibles de ser considerados delito.
Pero también hay otra cosa que debemos tener en cuenta: que tenga un aspecto deteriorado no implica necesariamente que esté abandonado. Es posible que se trate de la segunda residencia de una familia. Y con eso sí hay que tener muchísimo cuidado. De la misma forma, también debería ser bastante evidente que es absolutamente ilegal entrar en un inmueble que tenga una puerta cerrada o que esté expresamente restringida por las autoridades.
Pero lo más importante que debemos tener en cuenta cuando nos proponemos practicar Urbex es: primero, respetar siempre el lugar y no llevarnos nada o causar ningún desperfecto. Porque el titular del edificio podría llegar a demandarnos por haber ocasionado daños en el inmueble... y estaría amparado por la Ley. Concretamente, por el artículo 1902 del Código Civil. Y segundo, si alguien nos ordena que nos marchemos, ya sea la Policía, el propietario o un guardia de seguridad, debemos obedecer inmediatamente.
A continuación, podrás encontrar una lista con los 10 localizaciones abandonadas más espectaculares de nuestro país:
1. Belchite (Zaragoza)
El primer lugar en la lista no podía ocuparlo otro que no fueran las ruinas del pueblo de Belchite (Zaragoza). A pesar de su deterioro, es una pieza esencial en el Patrimonio Histórico de España. Es uno de los lugares más visitados por los españoles, ya que esta pequeña localidad a 50 km de Zaragoza fue el escenario de una de las batallas más sangrientas de la Guerra Civil. En Belchite perdieron la vida alrededor de 5.000 personas entre republicanos y sublevados. Y es algo que se puede sentir cuando uno se pasea por sus calles. Sobre todo cuando te fijas en los agujeros de bala de las paredes.
2. Sanatorio de La Barranca (Madrid)
El Hospital del Santo Ángel, más conocido como el Sanatorio de La Barranca, fue concebido inicialmente como un sanatorio para tuberculosos. Y funcionó como tal hasta que los avances médicos permitieron que dejase de ser necesario aislar a los afectados. La elección del lugar en el que fue construido no es -en absoluto- fortuita, sino que se escogió este lugar tan aislado, porque el aire de la Sierra de Guadarrama resultaba perfecto para tratar la enfermedad. Después de su cierre como centro para el tratamiento de la tuberculosis, se convirtió en un hospital psiquiátrico que estuvo en funcionamiento hasta el año 1995. Un elemento que no hace más que añadirle un carácter tétrico y siniestro a este lugar ya de por sí apartado de la mano de Dios.
3. Cortijo del Fraile (Almería)
Y si hablamos de lugares siniestros, no podemos dejar de lado el Cortijo del Fraile, situado en el campo de Níjar (Almería). Sus atractivos son muchos. El primero, que fue una de las localizaciones predilectas para películas comoel bueno, el feo y el maloo la muerte tenía un precio. Pero hay otro elemento que también puede darle cierto atractivo oscuro al lugar.
Y es que esconde una historia realmente trágica. Ocurrió el mes de julio del año 1928. Francisca Cañadas, la hija del aparcero del cortijo, estaba comprometida con Casimiro Pérez. Sin embargo, el enlace nunca se llegó a celebrar. La novia huyó en la víspera con su primo, Francisco Montes. De quién siempre había estado enamorada. Durante la huida, el hermano de Casimiro, José Pérez, asesinó a Francisco e hirió a Francisca. La historia del llamado “crimen de Níjar” inspiró la novela Puñal de claveles (1931) de la escritora Carmen de Burgos, así como la obra Bodas de sangre (1931) de Federico García Lorca.
4. Estación de Canfranc (Huesca)
Es muy posible que la Estación Internacional de Canfranc sea la estación de trenes más bonita de España. Se convirtió en internacional en el año 1928, cuando permitió -por primera vez- la unión por ferrocarril con Francia, a través del túnel fronterizo de Somport. En realidad, una de las cosas que más llaman la atención de este lugar, es que no es -en rigor- un punto de paso de trenes, sino que es -más bien- un punto de trasbordo. Las vías españolas tienen un ancho diferente a las europeas, por lo que los ferrocarriles europeos no pueden moverse por España... y viceversa. Entonces, la solución que ofrecía la Estación de Canfranc era hacer coincidir dos vías paralelas. Siendo la estación el punto final de ambos trayectos. Así, cualquier persona o cualquier mercancía que quisiese cruzar los Pirineos en tren, debía hacer transbordo en la Estación de Canfranc.
El túnel fue cerrado durante la Guerra Civil por el bando rebelde, porque el riesgo de una incursión militar desde el país vecino era demasiado grande como para ignorarla. Sin embargo, se volvió a abrir durante la Segunda Guerra Mundial, cuando el ejército alemán ocupó el sur de Francia. Allí se producía un curioso intercambio: desde España partían trenes llenos de wolframio gallego, y en sentido contrario llegaban trenes llenos de oro... que solían tener como último destino Portugal. Aquella aduana era tan importante que el mismísimo Hitler envió allí a las SS y a la Gestapo para custodiarla.
El 27 de marzo de 1970, el accidente que sufrió un tren de mercancías francés provocó el hundimiento del puente de L’Estanguet, en el valle de Aspe. Y su consecuencia inmediata fue el cierre de la línea transfronteriza y -por tanto- el cierre de la emblemática Estación de Canfranc.
5. Turruncún (La Rioja)
Este pueblo no solo no tiene nada de tétrico, sino que -además- es uno de los pueblos abandonados más bonitos de nuestro país. En el año 1929, este pequeño municipio situado entre Arnedo y Cornago, en la Sierra de Prejano de La Rioja, fue el epicentro de un terremoto de 5,1 grados en la escala Ritcher, lo que afectó gravemente al lugar. Pero lo que marcó realmente el inicio del fin, no fue este evento, sino que fue la Guerra Civil. Que golpeó con especial dureza a sus habitantes porque acabó con la actividad minera y la extracción de carbón, que era la principal industria de la zona. A partir de entonces, cada vez nacían menos niños en Turruncún. Y con una población cada vez más envejecida, pasó de tener cientos de habitantes a comienzos de siglo, a contar con solo tres en los años 80. A día de hoy, no queda ninguno.
6. Granadilla (Cáceres)
Este antiguo pueblo medieval quedó abandonado en los años 60. Pero sus habitantes no se fueron por propia voluntad, sino que les echaron para poder construir el Embalse de Gabriel y Galán. Un historiador extremeño, autor del libro “Granadilla al hilo de la historia” llamado Sebastián Caballero, explicó que “fue un cúmulo de despropósitos. En un principio no se pensaba desalojar el pueblo, pero lo hicieron tan mal que se fueron inundando terrenos y algunos quedaron sumergidos. Ahí empieza el drama que termina con el desalojo”. Y es que, los habitantes de Granadilla se encontraron aislados de la noche a la mañana, con todos los alrededores inundados y sin agua potable. Por los que no quedó otra que abandonar sus hogares. Por suerte, el núcleo urbano de la localidad nunca llegó a inundarse. Y además hay un interés especialmente en mantenerlo en pie, porque es una auténtica joya medieval
7. Real Fábrica de Armas y Municiones de Orbaiceta (Navarra)
Quién conozca la historia, sabrá por qué la región se convirtió en el principal centro industrial militar de España. El complejo fabril fue construido en el año 1874, y mantuvo su actividad durante -exactamente- 100 años, hasta el año 1884. Un agente francés describió así la Fábrica de Armas de Orbaiceta: “Situado a dos leguas del Bidasoa, cerca de la Selva de Irati, tan renombrada por la abundancia y excelencia de sus maderas de construcción, y rodeada de numerosas fábricas que fabrican el mejor hierro conocido, que se vende a muy bajo precio”. Y es que, la fábrica recibió mucha atención por parte de Francia, porque está muy cerca de la frontera entre ambos países. Lo que también provocó numerosas incursiones, saqueos y ataques a lo largo de los años. Cuando visitamos hoy la Fábrica de Armas de Orbaiceta, podemos conocer -de primera mano- cómo vivían los más de 150 trabajadores que se alojaban allí con sus familias.
8. Fuerte de San Cristóbal (Navarra)
Oficialmente se llama Fuerte de Alfonso XII, pero se le conoce popularmente como Fuerte de San Cristóbal porque está situado sobre el monte de San Cristóbal. Se edificó en el siglo XIX, durante el reinado de Alfonso XII (de ahí su nombre), con el objetivo de defender Pamplona durante la última Guerra Carlista. Sin embargo, más tarde se convirtió en presidio. De hecho, es cuando el edificio hacía las veces de prisión, cuando tuvo lugar el momento más icónico de la historia del fuerte: ocurrió durante la Guerra Civil. Concretamente, el 22 de mayo de 1938, cuando 795 presos republicanos huyeron de golpe. Lo que convirtió aquel suceso en la mayor fuga de la Historia de España. Aunque para que estos consiguieran completar tal hazaña, otros 221 tuvieron que caer en el intento.
9. El sanatorio de Cesuras (La Coruña)
Al igual que ocurre con el Sanatorio de La Barranca, la localización del sanatorio de Cesuras también se escogió por su altitud y por la calidad del aire... para favorecer la recuperación de los enfermos tuberculosos. Su construcción se planteó en el año 1920. Sin embargo, la obra nunca se llegó a completar. La falta de fondos provocó que en el año 1931 se paralizase definitivamente. A día de hoy, lo que podemos encontrar en Oza-Cesuras (La Coruña) es un tercio de la construcción inicialmente prevista, invadida por un bosque de pino y eucalipto.
10. El SS América (Islas Canarias)
Aunque no es un edificio propiamente dicho, no podemos dejar pasar la oportunidad de recordar que este majestuoso buque está hoy varado frente a las costas de Fuerteventura. Lo construyó la United States Lines en el año 1940. Y fue considerado el buque de pasajeros más grande que se había construido en Estados Unidos hasta el momento. En un principio se diseñó como un lujoso transatlántico que alojaría a “la crème de la crème”de ambas orillas.
Sin embargo, no fue hasta unos años más tarde, cuando pudo ejercer como tal. La participación estadounidense en la Segunda Guerra Mundial obligó a la nave a transformarse en barco de guerra... o de transporte de tropas para ser más concreto. Eso sí, para hacer este trabajo fue rebautizado como USS Westpoint.
Una vez acabado el conflicto, volvió a desempeñar el propósito para el que había sido diseñado. Y así fue hasta el año 1993, cuando los costes de las reparaciones superaban ya los de los posibles beneficios que podían sacar de él. En este momento, se vendió la nave a un empresario tailandés, que pretendía convertirlo en un hotel flotante en Bangkok. Sin embargo, este impresionante buque nunca llegó a su destino, sino que naufragó frente a la playa de Garcey, en las costas de Fuerteventura.
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