Europa parece dirigirse, irremediablemente, hacia su siguiente ola decovid. Su sexta, que en España sería la séptima. Lo muestran con nitidez indicadores como los nuevos casos y los ingresos hospitalarios en países de nuestro entorno, como Reino Unido, Alemania, Austria, Suecia, Dinamarca, Noruega o Grecia.

El pasado sábado, Eric Topol, fundador y director del Scripps Research Translational Institute, de EE.UU – y uno de los expertos más reconocidos internacionalmente por sus completos análisis sobre la evolución de la pandemia tuiteó: “La próxima ola en Europa ha comenzado”, una frase que acompañaba con gráficos de casos de covid y hospitalizaciones en los países europeos que más cantidad de datos reportan a la plataforma Our World in Data. “Hay signos definitivos de una nueva ola en muchos países de Europa, algunos de los cuales también muestran aumentos en las hospitalizaciones por covid. Es difícil, en este momento, determinar si la causa es la reducción o la eliminación de las restricciones, la mayor tasa detransmisión de BA.2 – la subvariante de Ómicron– o la disminución de la protección inmunológica de las vacunas”, matizó. De hecho, la confluencia de todos estos factores también es una vía para poder explicarlo.

En lo que respecta al avance BA.2, hay algunas evidencias que están claras. Su número reproductivo es 1,4 veces mayor que el de la Ómicron original (BA.1). Y hasta aquí las malas noticias, ya que no se ha visto que tenga mayor escape inmunitario, ni que provoque síntomas más graves. Respecto a las reinfecciones en personas contagiadas con la BA.1, aunque si se han observado, han sido en una cantidad poco significativa estadísticamente para los expertos.

Tambien hay evidencia de que las nuevas terapias contra la covid – anticuerpos monoclonales – funcionan frente a BA.2. Aun así, el avance de este sublinaje se observa desde cerca. La OMS ratificó a finales de febrero que la considera una «variante de preocupación», fundamentalmente por lo rápido que ha ganado terreno a las otras variantes en juego en la mayoría de los países.

En esta rápida expansión influye un factor esencial, y es la tendencia global a «terminar» con la pandemia antes de tiempo. Países, como Dinamarca, Noruega, Suecia o Finlandia optaron hace un mes por eliminar todas las restricciones hasta entonces vigentes y volver a la normalidad prepandémica. Todos ellos han tenido repuntes en la incidencia, en las hospitalizaciones y en el número de fallecimientos. En el caso de Alemania, el domingo que viene está previsto que finalizaran todas las medidas vigentes, pese a que se enfrenta a cifras récord de más de 1.500 casos por cada 100.000 habitantes a siete días. Francia, por su parte, elimina desde hoy la obligatoriedad del uso de mascarilla en espacios interiores, y del pasaporte covid para acceder al ocio y la vida social.

BA.2 y los vulnerables

La subvariante está teniendo el mismo comportamiento en nuestro país que en el resto de Europa. Así lo refleja el documento «Evaluación rápida de riesgo del linaje BA.2», publicada por el Ministerio de Sanidad el pasado viernes. En él, aunque se reconoce que la subvariante se convertirá en dominante “en las próximas semanas”, también se incide en su bajo riesgo de provocar una nueva oleada. “La probabilidad de que BA.2 se imponga al resto de linajes en este momento se considera muy alta. Sin embargo, el riesgo de que este cambio por sí mismo genere un aumento en la transmisión se considera bajo. El efecto sobre el impacto se considera muy bajo para la población general y moderado para población vulnerable», detalla. El mantenimiento de la mascarilla en interiores podrá darnos algo de margen, pero no nos mantendrá fuera de la ola.

En opinión de Estanislao Nistal, virólogo y profesor de Inmunología de la Universidad San Pablo-CEU, “El problema está ahora en el riesgo moderado de la población vulnerable, ahí es donde deberían centrarse todos los esfuerzos”. En su opinión, la estretegia para enfrentar con éxito una supuesta septima ola, deberia de basarse en definir quienes son “los más vulnerables de entre los vulnerables” y analizar si estas personas han respondido o no a la vacunación. “Si es que no, su opción los tratamientos antivirales, pero se debe estecer de de antemano quien los debería recibir”.