Pandemia
La predicción puede sonar catastrofista, pero los expertos lo confirman con seguridad y preocupación. «En 2050, el 50% de la población será miope. Un estudio de la UCM ha demostrado que la incidencia de aparición de síntomas visuales asociados al uso de pantallas es del 50% en adultos y del 20% en niños», asegura Laura, doctora en Optometría y Visión, así como profesora de la Universidad Complutense de Madrid.
Esta tendencia hacia una sociedad más «ciega» se ha visto reforzada los dos últimos años con motivo de los largos tiempos de confinamiento obligados por el coronavirus. Esta situación ha conducido a un mayor uso de las pantallas: ordenadores, móviles y videojuegos. Las clases online tampoco han ayudado a remar en contra. ¿La consecuencia? Una exponencial subida de los pacientes oftalmológicos con notables grados de miopía desde edades muy tempranas.
«El uso de dispositivos digitales es, en muchos casos, superior a las ocho horas diarias, una cifra que está muy por encima de un uso sano. Nuestro sistema visual está adaptado para la visión de lejos, para unas condiciones de aire libre y relación social. Esto ha cambiado por un mayor tiempo frente a pantallas y, encima, por debajo de los 60 centímetros de distancia que es lo correcto», añade Batres.
El lado oscuro de TikTok
Si a finales de los años 70, tan solo el 15% de la población sufría miopía, ahora, en España, la prevalencia en niños ha mostrado un incremento, llegando a ser del 20% entre los niños de 5 a 7 años y del 62,5% entre los adolescentes y adultos-jóvenes de 17 a 27 años. Este preocupante dato está íntimamente relacionado con que, en 2020, el tiempo promedio dedicado por día en aplicaciones sociales aumentó en un 100% en todas las plataformas en comparación con 2019.
TikTok, Instagram y Snapchat se clasificaron como las aplicaciones sociales más populares en todos los mercados clave. «En España, el tiempo promedio por día en las redes sociales aumentó de 37 minutos en enero de 2019 a 83 minutos en febrero de 2020», puntualiza esta experta basándose en estudios recientes. De hecho, ella se encuentra inversa en varias investigaciones sobre la eficacia y seguridad de distintos dispositivos para el control de la progresión miópica y buscan voluntarios para implementarlos.
«Los datos no son buenos y menos aún si nos fijamos en los jóvenes de secundaria, donde se aprecia una incidencia de hasta el 70% de ellos con miopía. Y es que, aunque pueda parecer que una persona de 14 años con 3 dioptrías no es un problema, a lo largo puede serlo. En la cuarta o quinta década de su vida puede sufrir un desprendimiento de retina», añade.
Según los expertos, en Europa nos encaminamos a las alarmantes cifras sobre salud visual de los países asiáticos: «Tanto en Taiwán como en Hong Kong el 90% de la población es miope. Allí, la escolarización es muy exigente y competitiva lo que implica un uso excesivo de la visión corta para el estudio. De hecho, en las aulas de la ex colonia británica han instalado unas barras de seguridad en cada pupitre para evitar que los alumnos se acerquen demasiado a los libros. Tienen un serio problema de salud pública», indica la profesora de la Universidad Complutense.
Aunque todavía no hay estudios concluyentes sobre el efecto de estos dos años de confinamiento en la visión, todos los expertos en la materia afirman que «al menos, en las consultas, se ha notado un aumento muy significativo de menores con problemas de miopía, lo cual induce a pensar que es debido a un uso excesivo de las pantallas en este tiempo», dicen.
«Hay tres efectos de las pantallas que inciden directamente en las patologías visuales: la luz azul, la visión corta y los ciclos biológicos o circadianos», puntualiza Genís Cardona Torredeflot, profesor de la Facultad de Óptica y Optometría de Terrasa de la Universidad Politécnica de Cataluña.
La regla 20-20-20
El primero de estos factores, la luz azul, es uno de los más daño. Según relata Cardona «nuestro ojo tiene el pico máximo sensibilidad en el color amarillo y es en el azul donde se muestra menos sensible». Es precisamente esta segunda luz la que se utiliza en los dispositivos electrónicos «la cual provoca un estrés oxidativo de la mácula lo que deriva en problemas de visión. La luz azul obliga al ojo a trabajar más», puntualiza.
Hasta el momento, hay pocos estudios sobre la incidencia de este factor en humanos, pero sí se han realizado varios con animales, exponiéndoles durante días enteros a la luz de tabletas electrónicas y se detectaron daños significativas en la mácula.
«El segundo de los efectos dañinos de las pantallas es la aparición de la miopía. Si pasamos muchas horas al día con la visión de cerca, el ojo se adapta a esa distancia y provoca que nuestro ojo se haga más alargado y aparezcan las dioptrías. Esto es una explicación adaptativa del ojo, un principio darwiniano», dice Cardona.
Por lo que si en estos dos años de pandemia se ha reforzad la visión de cerca debido al uso abusivo de pantallas, resulta lógico que la población se haya hecho un poco más ciega. El último de los factores que pone sobre la mesa el experto de la Universidad Politécnica de Cataluña es cómo ha afectado esta situación a los ciclos biológicos o circadianos.
«Nuestro cuerpo está preparado para que cuando apagamos la luz por la noche nos durmamos y por la mañana, cuando vuelva la luminosidad, nos despertemos. En nuestra retina, además de las células fotosensibles que nos permiten ver, se localizan otras que sirven para detectar si tenemos luz o no. Así, cuando identifican que hay luminosidad, más aún si hay luz azul, nos mantiene alerta y cuando hay oscuridad nos proporciona el sueño. Se ha visto que utilizando el móvil antes de dormir nos cuesta más conciliar el sueño y que ese sueño sea reparador. Por lo tanto, se alteran los ciclos del sueño».
Otro situación curiosa en la que coinciden los profesionales que afecta de manera directa a la salud visual es el uso de aplicaciones como TikTok, donde vídeos muy cortos obligan a una concentración elevada que ocasiona una sequedad contraproducente en el ojo: «En condiciones normales parpadeamos unas 20 veces por minuto. Sin embargo, en una situación de concentración, como ocurre con las redes sociales, lo hacemos cinco veces por minuto. Esto conlleva la mutación a un ojo más seco y problemas derivado de ello», afirma Laura Batres.
Por este motivo, ante esta situación que se ha agudizado durante la pandemia, los oftalmólogos coinciden en la necesidad de ser conscientes de la salud visual, ya que si desde pequeños se descuida, las consecuencias en la edad adulta son irreversible. Ni si quiera la operación de dioptrías supone una solución, ya que aunque se elimine la mala visión «el ojo seguirá siendo miope, con todo lo que eso conlleva», confiesa Cardona.
«Es muy importante la regla del 20-20-20, es decir, cada 20 minutos, levantar la vista de la pantalla durante 20 segundos y mirar a una distancia de 20 pies, es decir unos 6 metros. Y por supuesto, mantener una distancia con la pantalla de, al menos, 40 cm», recomienda la doctora Batres.