Mascotas

¿Tratas a tu perro como un hijo? Puede ser un síntoma de que tienes alguna de estas graves enfermedades

Interpretar el comportamiento de nuestros animales desde una perspectiva tan humana puede provocar problemas en las mascotas y en nosotros mismos

Dog paw touches human hand as a sign for trust, love and for a feeling of security
Dog paw touches human hand as a sign for trust, love and for a feeling of securityDreamstimeLa Razón

Los perros son considerados como el mejor amigo del ser humano. Leales, fieles y que proporcionan una importante compañía (sobre todo a esas personas que, por desgracia, están solas), estos animales son adorados por todo el mundo. Aquellos que no han tenido nunca uno, seguramente lo desearían. Y muchos que lo tienen, hasta los crían y los tratan como si fuera su propio hijo. Pero esto último no es positivo, o al menos, puede ser un síntoma de problemas de salud mental.

Es cierto que cuando un perro entra en nuestras vidas, nos pensamos que no solo será un simple animal de compañía o una mascota, sino también alguien especial. Mimos constantes, conversaciones, fotos, regalos... Es tan fuerte ese sentimiento que acabamos desarrollando un vínculo que es medible y cuantificable.

Algunas de las señales de que tienes un “perrhijo” (es decir, de que tratas a tu perro como un hijo), son, por ejemplo, saludar primero a tu mascota antes que a cualquier otra persona, que conviva o duerma contigo, hablarle y dirigirse como si fuera un bebé o compartir tu propia comida con la mascota. También puede ser gastar dinero en cualquier accesorio o abrir su propia cuenta en alguna red social.

Esto se conoce como antropomorfismo, es decir, humanizar y atribuir características, emociones o motivaciones humanas a los animales. Pero según un estudio de la Universidad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, se relacionan estos comportamientos con la posibilidad de padecer algún tipo de trastorno psicológico, como depresión o carencias afectivas.

Pero no solo para las personas generan problemas, sino también para las propias mascotas. El académico del centro, Moisés Heiblum, aseguraba que tratar a los animales como a hijos provoca que las criaturas se vuelvan sumamente dependientes y las consecuencias para ellos no son buenas, ya que, en tu ausencia, pueden sufrir ataques de pánico e incluso desarrollar desórdenes alimenticios.

Por eso, interpretar el comportamiento de nuestros animales desde esta perspectiva tan humana hace más difícil encontrar una solución apropiada para sus malos comportamientos, lo que hará que se vuelvan a repetir y los animales tengan reiterados hábitos negativos. Según explica la científica Alexandra Horowitz, el perro no se sentirá culpable.

No obstante, no está de mal humanizarlos y darles cariño y amor. Por supuesto, también hay ocasiones en la que humanizarlos resulta útil, ya que beneficia el bienestar de nuestros amigos peludos. Según la ciencia, los perros, al igual que los gatos, son animales emocionales, y sienten ansiedad, miedo, frustración, depresión, felicidad o alegría al igual que lo sentimos nosotros.