Psicología

Estas son las 7 fobias más comunes

Hasta un 15% de la población mundial podría padecer algún tipo de fobia. Los más frecuentes son estos siete

Hasta un 15% de la población mundial podría padecer algún tipo de fobia. Los más frecuentes son estos siete | Fuente: Dreamstime
Hasta un 15% de la población mundial podría padecer algún tipo de fobia. Los más frecuentes son estos siete | Fuente: DreamstimeDreamstime

En el año 2018 se publicó un estudio que estimó que en torno al 15% de la población mundial podría padecer algún tipo de fobia; que es un subtipo dentro de los trastornos de ansiedad que se caracteriza por un temor irracional y extremadamente intenso a algo que representa poco o ningún peligro. El origen de estas fobias todavía es una materia muy debatida. Y diferentes corrientes de la psicología sostienen diferentes teorías al respecto:

La corriente cognitivo-conductual defiende que las fobias se originan a raíz de recompensas y castigos durante el aprendizaje; las corrientes biológicas -en cambio- sostienen que el génesis de estos miedos irracionales se encuentra en las predisposiciones genéticas heredados de nuestros padres; y las teorías integradoras -que son las que más aceptación tienen- entienden las fobias como un fenómeno multifactorial. Es decir, que se originan por una mezcla de factores biológicos, ambientales, sociales y psicológicos.

Los afectados por estas fobias tienden a vivir una vida llena de límites autoimpuestos, con tal de no verse expuestos a los estímulos que provocan el pánico | Fotografía de archivo
Los afectados por estas fobias tienden a vivir una vida llena de límites autoimpuestos, con tal de no verse expuestos a los estímulos que provocan el pánico | Fotografía de archivolarazonlarazon.es

Pero sea cual sea su origen, la realidad es que hay muchas personas afectadas por estos miedos irracionales; lo que puede empujarles a vivir una vida llena de límites autoimpuestos, con tal de no verse expuestos a los estímulos que provocan el pánico. Normalmente, estas fobias se manifiestan con pensamientos catastróficos; aunque dependiendo de la gravedad de la alteración, podrían llegar a aparecer síntomas físicos, como las nauseas, las elevaciones de la tensión arterial, la taquicardia, la sequedad de la boca, los temblores, el dolor de cabeza o la sudoración excesiva.

Las fobias más comunes

Existen algunas fobias que son realmente extrañas, como la Xantofobia, que es miedo al color amarillo; la metrofobia, que es el miedo a la poesía o la hexakosioihexekontahexafobia, que es el miedo al número 666. Sin embargo, la mayoría de las personas que padecen este trastorno psicológico (un 15% de la población) sufre alguna de estas siete fobias:

  • Zoofobia: Miedo irracional a los animales. No significa que no haya motivos racionales para tener miedo a los animales (en muchos casos, los hay... y muchos), sino que es un temor desproporcionado a la amenaza que suponen realmente. Dentro de la categoría de la zoofobia, las más comunes son la aracnofobia (fobia a las arañas), la cinofobia (a los perros) y la ofidiofobia (a las serpientes).
  • Hematofobia: Esta fobia consiste en el miedo extremo a la sangre, las heridas y las agujas. Los afectados pueden llegar a marearse o incluso a desmayarse si están e presencia de este tipo de estímulos
  • Acrofobia: Más conocido como miedo a las alturas. Aunque no exista realmente el peligro, las personas afectadas por la acrofobia lo viven con absoluto terror. Cuando se asoman a un balcón, a una terraza, a un precipicio o a cualquier lugar a muchos metros del suelo... experimentan una sensación paralizante de inestabilidad y mareo.
  • Aerofobia: “Los aviones son el medio de transporte más seguro”. Podemos decírselo mil veces... pero las personas que padecen aerofobia no nos van a escuchar. La mente de estas personas se inunda de miedo irracional a padecer un accidente o que el avión pierda inestabilidad y se estrelle.
  • Claustrofobia: Esta es una fobia muy común, que consiste en el miedo extremo a los espacios cerrados y pequeños. Normalmente, los lugares que provocan este miedo son los ascensores, los sótanos o los túneles. Las personas con claustrofobia suelen tener dificultades para respirar porque sienten que se van a quedar encerrados. También experimentan una sensación de agobio muy aguda... como si las paredes se encogieran y le estrujasen.
  • Astrafobia: Es el miedo desproporcionado a los ruidos fuertes y los destellos de los truenos, rayos y tormentas. Estos estímulos resultan aterradores para algunas personas.
  • Hipocondría. Se siente un miedo irracional a padecer enfermedades. La persona hipocondríaca lleva al extremo cualquier cambio interno o externo que nota en su cuerpo, atribuyéndole una enfermedad grave. Es un pensamiento obsesivo que genera un círculo vicioso de preocupación constante... y que se alimenta continuamente en la mente.
Realidad virtual: cómo vencer las fobias desde un ordenador
Realidad virtual: cómo vencer las fobias desde un ordenadorlarazon

¿Cómo se tratan las fobias?

Por todos los motivos señalados anteriormente, no puede considerarse que las fobias sean un trastorno de ansiedad menor... o que sean algo frívolo o extravagante. Más bien, deben considerarse trastornos de gravedad que necesitan abordarse con cuidado. Y en función de las particularidades del caso... y en función de como se manifieste en cada persona, las recomendaciones de un profesional calificado pueden ser radicalmente distintas.

Para tratar esta clase de fobias, una de las opciones más aceptadas es la terapia cognitiva conductual; que tiene por objeto adaptar los esquemas mentales del paciente, para desechar los pensamientos catastróficos que origina el estímulo que da lugar a la fobia. Una vez que el afectado es capaz de afrontar este estímulo (en este caso, los objetos de gran tamaño) poniendo en práctica los nuevos recursos que ha aprendido, la respuesta de huida irá desapareciendo.

Una mujer en la consulta del psicólogo
Una mujer en la consulta del psicólogoLa RazónLa Razón

Otro método que también suele ser recomendable en este tipo de casos es la terapia de exposición controlada. Gracias a este procedimiento, los miedos del paciente se van disipando gradualmente y a medida que las sesiones avanzan. Es lo que se conoce como desensibilización sistemática. En algunos casos de gravedad, podría ser necesario la utilización de ansiolíticos para calmar los síntomas físicos de la ansiedad, como la taquicardia o los temblores. De modo que el paciente pueda enfrentar mejor la terapia.