Opinión

Cáritas

El Papa Francisco ha destituido a toda la cúpula de Cáritas Internationalis de un plumazo

Uno de los almacenes de Cáritas destinado a proporcionar alimentos a los más necesitados
Uno de los almacenes de Cáritas destinado a proporcionar alimentos a los más necesitadosManu ReinoAgencia EFE

Cada día del año miles de personas sobreviven gracias a la ayuda de Cáritas. La organización humanitaria de la Iglesia española distribuye alimentos, ropa, medicinas, paga recibos de la luz y del gas, proporciona trabajo y a veces alojamiento; muchas familias acuden a diario a sus dispensarios para solucionar sus problemas.

Los últimos datos certifican que más de un millón y medio de españoles fueron atendidos por Cáritas el año pasado; cuatrocientos millones fueron necesarios para cubrir las necesidades de los menesterosos y ese dinero proviene sobre todo de aportaciones privadas.

La red de Caritas en nuestro país dispone de 70 sedes diocesanas y de más de 6.000 parroquiales, en ellas trabajan unas 4.700 personas contratadas pero su tarea sería imposible si no contara con la inapreciable colaboración de 80.000 voluntarios.

La noticia de que Francisco, de un plumazo, ha destituido a toda la cúpula de Cáritas Internationalis ha causado sensación pero conviene aclarar que se trata solo del organismo romano que agrupa a las 162 Cáritas que existen en el mundo pero que funcionan autónomamente y no se ven afectadas por esta medida.

El Papa ha tomado tan drástica medida no para corregir una mala administración financiera o comportamientos inapropiados de carácter sexual. El objetivo es mejorar el funcionamiento y la coordinación de la Confederación para servir mejor la misión de ayuda a los más pobres y vulnerables.

El Comisario nombrado por el Pontífice Pier Francesco Pinelli ya está al frente de la operación de reforma; ésta deberá concluirse dentro de seis meses cuando se celebre la Asamblea General que elegirá a los nuevos directivos.

Durante este período el cardenal Luis Antonio Tagle, elegido Presidente de la Caritas Internationalis en el 2015, servirá de puente con las iglesias locales y las Cáritas nacionales para que todos se pongan en camino y colaboren en la renovación de una institución que hoy más que nunca es indispensable.