Religión
La rodilla de Francisco no se toca
A punto de cumplir 86 años, el Papa descarta la operación y continuará su terapia no invasiva contra la artritis
Audiencia general en la Plaza de San Pedro. De buena mañana. «¿Sabéis lo que necesito para mi pierna? Un poco de tequila». Con el buen humor que le salva de superar no pocos obstáculos en su pontificado –y no solo físicos–, Francisco se dirigía así a un grupo de sacerdotes preocupados por su salud.
Atrás quedaron los rumores del pasado verano que hablaban de una posible renuncia, así como la insinuación de algún purpurado sobre una petición dimisionaria por incapacidad. Hoy por hoy alterna silla de ruedas con bastón y muletas, aunque ha tenido que frenar su agenda y adaptar su participación en las eucaristías.
«El Papa es un hombre perseverante y paciente a la hora de poner en marcha cualquier proyecto, como puede verse en las reformas que está poniendo en marcha. De hecho, podría parecer que no está siendo tan revolucionario como se esperaba, cuando él ha optado por poco efectismo cortoplacista y sí por iniciar procesos de cambios profundos pero irreversibles», explica una persona cercana al pontífice, que apostilla cómo en el caso de su rodilla ese tesón se ha traducido en testarudez.
Miedo a la anestesia
«No quiere operarse. Ya lo ha decidido y no va a cambiar. Achaca las complicaciones a su recuperación de la operación del colón del año pasado a la anestesia y ya ha dicho que no vuelve a pasar por quirófano», mantiene este colaborador.
Esta decisión del Papa, que cumplirá 86 años en tres semanas, ha traído consigo lentitud en su recuperación, dificultades en su movilidad, dependencia de la silla de ruedas y un dolor crónico prolongado. Y, sobre todo, que el equipo médico que le trata haya tenido que programar un plan B basado en terapias no invasivas, como infiltraciones, unido a unas sesiones cotidianas de rehabilitación y fisioterapia.
Todo para buscar la manera de hacer frente a la artrosis de su rodilla derecha que condiciona a varias articulaciones. De hecho, le ha llegado a afectar un ligamento y también le ha generado lo que se conoce como una «beata», esto es, una bursitis.
Terapias alternativas
En estos días, se ha afirmado que Francisco se habría puesto en manos del doctor José María Villalón, jefe de los servicios médicos del Atlético de Madrid, en busca de una terapia alternativa para curar su dolencia. Sin embargo, desde la Santa Sede confirman a este diario que el tratamiento del Papa sigue su ritmo confiando plenamente en los profesionales sanitarios que le acompañan, ahora liderados por el médico Roberto Bernabei.
Lo cierto es que el 16 de noviembre Villalón participó en el habitual besamanos de la audiencia de los miércoles, donde pudo saludar al Papa, como parte de la comitiva de la Fundación Internacional de la Artrosis (OAFI). «Nos pusimos a disposición de Su Santidad para lo que él necesitara», explica el presidente de esta plataforma solidaria, el doctor Josep Vergés, al que también acompañaron María Teresa Vergés, como directora del área de pacientes de OAFI, y la doctora Ingrid Möller, especialista en reumatología y artrosis.
«Fue una gran alegría, es una gran persona que transmite mucho entusiasmo y personalmente le vi muy animado y con ganas de seguir adelante», comparte Vergés a LA RAZÓN, que detalla cómo se fraguó la cita: «A través de la nunciatura y del cardenal Juan José Omella solicitamos formalmente este encuentro porque queríamos trasladarle en persona cómo es el día a día de los pacientes con artrosis, algo que experimenta en primera persona, y cómo estamos trabajando desde la fundación».
La actividad de OAFI va desde la prevención y el tratamiento a personas sin recursos de la dolencia, pero también de todas sus aristas, como explica este experto en salud articular: «Es una enfermedad con poco ‘glamour’ que incapacita y que puede traer consigo ansiedad y depresión, por lo que el acompañamiento y los talleres de hábitos de vida saludables son claves».
Se va a doblar la población artrósica
En este breve saludo, pudieron entregarle una imagen de la Virgen de Monserrat y compartir además el proyecto en ciernes de la entidad, que arrancará en 2023. Se trata del programa «OAFI With You», «con el que buscamos ayudar a todas las personas que ven comprometida la práctica de su fe por el dolor de la artrosis», con la mirada puesta especialmente en la vida religiosa.
Sin embargo, Vergés aclara que no se trató ni mucho menos de una consulta médica, por lo que se muestra cauto a la hora de elaborar un diagnóstico sobre la salud papal: «Francisco tiene un equipo muy bueno, pero no me atrevería yo a adentrarme en detalles sobre su estado».
Eso sí, se muestra convencido de que una combinación entre medidas higiénico-dietéticas para perder peso, una rehabilitación personalizada y el apoyo de medicamentos permiten «mejorar muchísimo» a pacientes con un cuadro clínico similar. «No hay que olvidar que en treinta años se va a doblar la población artrósica por el envejecimiento de nuestro país», añade.
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