Nuevo Papa

Los 60 minutos que tuvieron en vilo a los católicos de todo el mundo

Tras la elección, el nuevo Pontífice ha de seguir un ritual específico, que aquí detallamos, antes de presentarse frente al mundo en la Plaza de San Pedro

Los 133 cardenales electores
Los 133 cardenales electores Europa Press

El 8 de mayo de 2025 el mundo ha presenciado uno de los momentos más solemnes y esperados de la Iglesia Católica: la elección del nuevo Papa. Desde la fumata blanca hasta la aparición en el balcón de la Basílica de San Pedro transcurrieron aproximadamente 60 minutos cargados de emoción, tradición y significado espiritual que aquí recorremos.

El humo blanco: la elección

A las 18:07 horas, la chimenea de la Capilla Sixtina emitió la esperada fumata blanca, indicando que los 133 cardenales reunidos en cónclave habían alcanzado el consenso necesario para elegir al nuevo Pontífice. La multitud congregada en la Plaza de San Pedro estalló en júbilo ante la señal de que la Iglesia tenía un nuevo líder.

La emoción se extendió por todo el mundo, siendo compartida en directo a través de medios de comunicación y redes sociales, que seguían minuto a minuto el histórico acontecimiento. La fumata blanca se produjo después de varias votaciones intensas, marcadas por la reflexión y la oración de los cardenales, quienes se encomendaron al Espíritu Santo para discernir al sucesor de Pedro.

Los 60 minutos: paso a paso

1. Confirmación y aceptación en la Capilla Sixtina

Una vez producida la fumata blanca, el cardenal decano se acerca al elegido y le formula la histórica pregunta: «¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice?». Si el elegido acepta, se le pregunta el nombre con el que quiere ser conocido como Papa. En este caso, respondió: León XIV, el Papa número 267 de la Iglesia Católica. Este momento, cargado de solemnidad, se realiza en la Capilla Sixtina, rodeado de los frescos de Miguel Ángel y en un ambiente de profundo silencio.

2- La Sala de las Lágrimas

Tras su aceptación, el nuevo Papa es conducido a la «Sala de las Lágrimas», un pequeño espacio junto a la Capilla Sixtina. Este nombre se debe a la intensa emoción que muchos pontífices han experimentado allí, conscientes de la gran responsabilidad que asumen. En ese lugar, se le entregan las vestiduras papales en tres tallas diferentes para ajustarse perfectamente. El nuevo Pontífice se viste por primera vez de blanco y se prepara en un momento de recogimiento y oración personal.

3. Regreso a la Capilla Sixtina

Una vez vestido, regresa a la Capilla Sixtina, donde todos los cardenales se acercan para realizar el acto de obediencia. Uno por uno, le expresan su respeto y le prometen fidelidad. Este gesto simbólico refuerza la unidad y el compromiso del Colegio Cardenalicio con el nuevo Sucesor de Pedro.

4. Visita a la Capilla Paulina

Terminada la ceremonia en la Sixtina, el Papa se dirige a la Capilla Paulina, donde se encuentra el Santísimo Sacramento. Allí, reza en silencio, pidiendo la gracia y la fortaleza para cumplir su misión. Esta visita simboliza su entrega total al servicio de Dios y de la Iglesia, poniendo su pontificado en manos del Señor.

5. El anuncio al mundo

A las 19:15 horas, el cardenal protodiácono, Dominique Mamberti, aparece en el balcón central de la Basílica de San Pedro y pronuncia la tradicional fórmula: «Annuntio vobis gaudium magnum: habemus papam! Eminentissimum ac Reverendissimum Dominum, Dominum Robertum Franciscum Sanctae Romanae Ecclesiae Cardinale Prevost, qui sibi nomen imposuit León XIV».

La multitud estalla en aplausos y vítores al conocer el nombre del nuevo Pontífice. En ese instante, la Plaza de San Pedro se llena de emoción y esperanza.

6. La primera bendición desde el balcón

Minutos después, el nuevo Papa aparece en el balcón central y saluda por primera vez al mundo. Con una mirada serena y un gesto humilde, imparte su primera bendición urbi et orbi (a la ciudad y al mundo). En su breve discurso, pide oraciones por su pontificado y expresa su deseo de ser un pastor cercano y comprometido con los más necesitados, repitiendo en varias ocasiones su deseo de paz.

Nuevo capítulo para la Iglesia

Con la elección de León XIV, el Papa número 267 de la Iglesia Católica, la institución inicia una nueva etapa en su historia. Los próximos días estarán marcados por las primeras decisiones del nuevo Pontífice, su encuentro con los cardenales y la preparación para su misa de inicio de pontificado, que se espera sea un acontecimiento multitudinario y lleno de simbolismo.

Los momentos que transcurrieron desde la fumata blanca hasta la aparición del nuevo Papa en el balcón de San Pedro quedarán grabados en la memoria de millones de fieles como un testimonio de fe, esperanza y continuidad en la Iglesia. Este profundo simbolismo refleja la unidad y la fortaleza de la Iglesia, guiada por el Espíritu Santo.

La llegada de un nuevo Papa trae consigo no solo un liderazgo renovado, sino también un mensaje de esperanza y comunión. Su nombre, León XIV, encierra una promesa y un legado que están por descubrirse, descubrirse, y que el mundo católico seguirá con devoción y mucha expectativa.

Justicia social

León XIV, nacido Robert Francis Prevost el 19 de febrero de 1956 en Chicago, Illinois, Estados Unidos, es el nuevo Papa de la Iglesia Católica. Fue ordenado sacerdote en 1980 y rápidamente se destacó por su dedicación al trabajo pastoral y su profundo conocimiento teológico. Su vocación de servicio y su atención a los más necesitados lo llevaron a desempeñar una serie de importantes responsabilidades dentro de la Iglesia.

Antes de ser elegido Papa, el Cardenal Prevost ocupó diversos cargos en la Curia Romana, desempeñándose en especial en la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, y siendo parte activa de la promoción de la labor misionera en África y América Latina. En 2017, fue nombrado Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, donde trabajó por fortalecer la vida religiosa dentro de la Iglesia.

El Cardenal Prevost fue creado cardenal por el Papa Francisco en 2018 y se destacó por su enfoque pastoral, su firme defensa de la doctrina católica, y su carisma para acercar a la Iglesia a los desafíos sociales contemporáneos. A lo largo de su carrera, ha sido un ferviente defensor de la justicia social, la dignidad humana y la importancia de la solidaridad, especialmente en un mundo globalizado y en crisis.

En su elección como Papa, tomando el nombre León XIV, muchos observadores han interpretado una señal de renovación en la continuidad de la enseñanza de la Iglesia y un llamado a un liderazgo firme, centrado en la fe, la justicia y el servicio. Con su compromiso hacia los más necesitados y su enfoque pastoral, se espera que el pontificado de León XIV marque una nueva era de esperanza y acción en la Iglesia Católica. Todos los ojos siguen puestos en Roma.