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ChatGPT y privacidad: el detalle que debes revisar antes de seguir usándolo
Si no quieres que OpenAI use tu información debes desactivar esta opción

Millones de personas utilizan cada día ChatGPT para resolver dudas, automatizar tareas o redactar documentos. Sin embargo, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) advierte que la información compartida por los usuarios, podría estar siendo utilizada para entrenar la inteligencia artificial de OpenAI, incluso en algunas versiones de pago.
Por defecto, la versión gratuita ChatGPT Free y dos de sus versiones de pago, ChatGPT Plus y ChatGPT Pro permiten que las conversaciones y archivos compartidos se usen para mejorar y seguir entrando la IA. Solo las versiones Team y Enterprise garantizan la privacidad de los datos del usuario sin necesidad de configurar nada adicional. Aunque aclaran que no usan esta información con fines comerciales, la OCU recomienda desactivar la opción de entrenamiento del modelo para proteger mejor la privacidad. Para hacerlo, solo hay que seguir estos pasos:
- Accede a tu cuenta en chatgpt.com.
- Haz clic en tu foto de perfil (arriba a la derecha) y selecciona “Configuración”.
- En el menú emergente, entra en “Controles de datos”.
- Desactiva la casilla “Mejorar el modelo para todos”.
Aun así, aunque esta opción se desactive, OpenAI sigue recopilando ciertos datos por motivos operativos, de seguridad y legales. Esto incluye datos de la cuenta (nombre, email, método de pago), de uso (número de interacciones, funciones empleadas), técnicos (IP, navegador, sistema operativo), metadatos de sesión (duración, longitud de los mensajes) y otros necesarios para cumplir con normativas legales.
Además, la OCU recuerda que desde febrero de 2024 están prohibidas varias prácticas por la normativa europea sobre inteligencia artificial, entre ellas:
- Manipular a personas vulnerables por edad, discapacidad o situación socioeconómica.
- El “social scoring” o clasificación de personas según su comportamiento o características personales.
- Predecir delitos solo a partir del perfil de una persona.
- Recopilar imágenes faciales masivamente desde internet o videovigilancia.
- Inferir emociones en contextos laborales o educativos (excepto por razones médicas o de seguridad).
- Deducir rasgos sensibles como raza, religión, orientación sexual u opiniones políticas.
- Uso de reconocimiento biométrico en tiempo real en espacios públicos, salvo excepciones como amenazas terroristas.
Ante estas nuevas reglas, la OCU insta a las administraciones a informar debidamente a la ciudadanía y reforzar la Agencia Española de Supervisión de Inteligencia Artificial (AESIA), que será la encargada de velar por el cumplimiento de esta normativa y proteger los derechos de los usuarios.
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