Lorca: cinco años para volver a ponerse en pie

Los vecinos han recuperado la normalidad pero el temor a volver a sufrir un terremoto similar sigue muy presente. Algunos decidieron dejar Lorca, otros como Francisco prefirieron quedarse.

A Francis, Francisco Javier García Morenilla, el 11 de mayo de 2011 se le vino casi literalmente el mundo encima. Un año antes, él y su familia acababan de remodelar el supermercado Estrella en el barrio de La Viña, en Lorca. Han transcurrido cinco años desde el terremoto, pero es un día que ni él ni ningún lorquino puede olvidar. “Al ser un negocio familiar estábamos mis padres, mis compañeros y yo en el establecimiento. Tuvimos un primer temblor y después el segundo, que nos pilló recogiendo estanterías para intentar abrir al día siguiente. Al caérsenos todo encima tardamos en salir unos tres o cuatro minutos, nos habíamos quedado encerrados entre latas y demás”. “Hoy, al mínimo temblor pensamos que puede volver a haber un terremoto como aquel”. “Fue un susto demasiado grande. Se me pasó por la cabeza irme de Lorca, la verdad. Pero son cosas que piensas en caliente”. Además del supermercado, Francisco tenía una almacén en el edificio de enfrente que también se vio muy dañado. Y aunque al vivir a las afueras su vivienda “sobrevivió”, la de sus padres, que estaba en frente del cuartel de la Guardia Civil, también se vio dañada. “A las 24 horas del terremoto volvimos y todo era un caos”.

Pasado un tiempo, pensé en alquilar un bajo de la zona para abrir el negocio. Pero los precios de los alquileres eran muy caros. Recuerdo que mi padre, que es muy de refranes me dijo: ‘’ Más vale medio muerto que muerto entero”. Vamos que me estuviera quieto”. La familia de Francisco ha sobrevivido estos tiempos gracias a que su mujer trabaja fuera del negocio familiar, así como por las cestas de navidad y demás iniciativas que se le ocurrían a Francisco. “Pero sobre todo hemos sobrevivido gracias a la ayuda de los padres y de los préstamos”. De hecho, el pasado 11 de abril (hace cinco años menos un mes) que abrió un nuevo negocio: “Carnicería Estrella, un establecimiento tipo gourmet, situado en el mismo barrio, en la zona cero”.

“Jamás pensamos que se iban a tardar cinco años en construir los edificios. Ahora estoy pagando los préstamos de la rehabilitación de 2010 y de los de levantar los edificios”. De hecho, a Francis y a su familia los problemas les vinieron tras el terremoto. “Éramos trece vecinos, pero seis no querían volver a construir. Decidimos comprar entre los vecinos la parte del suelo y venderlos al mismo precio. A los tres o cuatro meses se vendieron”.

El edificio en el que Francisco tenía el supermercado se empezó a construir en octubre de 2013 y la obra no terminó hasta agosto de 2015. La obra del bajo donde tenía en almacén concluyó en diciembre del pasado año. Lo han vendido para poder abrir la “Carnicería Estrella” e ir pagando los préstamos.

“Todo el barrio, todo Lorca lo ha pasado fatal. No había alegría por las calles, los bares estaban vacíos. Ahora se ve un poco más de movimiento pero hay cosas que no se olvidan. La pasada semana hubo un pequeño terremoto y los recuerdos volvieron. Mi madre y medio pueblo tiene miedo. Yo también y mucho. Temo que pueda volver a suceder un terremoto como el de 2011. Pero esta es mi tierra. Es aquí donde tenemos a la familia, a los compañeros, a los amigos”.