Medio ambiente

Combatir la contaminación por plástico sin "demonizarlo", otro reto para la COP30

Alcanzar un Tratado global sobre plásticos sigue siendo una asignatura pendiente

FOTODELDÍA BANDA ACEH (Indonesia), 22/10/2025. Montones de residuos plásticos se encuentran varados en el puerto tradicional cerca de la zona costera de Banda Aceh, Indonesia, este miércoles. Los residuos plásticos de las zonas residenciales son arrastrados por los ríos durante las fuertes lluvias e inundaciones, terminando en los mares frente a las costas de Indonesia. EFE/ Hotli Simanjuntak
Contaminación por plásticos HOTLI SIMANJUNTAKAgencia EFE

La COP30 tiene entre sus retos idear soluciones para rebajar la contaminación por plástico, un material "demonizado" en el contexto medioambiental que debería abordarse, en cambio, como un elemento "óptimo y reciclable", según algunos expertos.

Alcanzar un Tratado global sobre plásticos sigue siendo una asignatura pendiente para los diferentes gobiernos, afanados en los últimos tres años en consensuar fórmulas para combatir la polución plástica.

Las visiones dispares sobre el tema quedaron patentes en la última ronda de negociaciones celebrada el pasado agosto en Ginebra, cuando no hubo avances por la presión de los países productores de petróleo y potencias como China, reacios a incluir recortes en la producción de ese material o listas de productos prohibidos.

Esta COP30 podría ser una oportunidad, creen los expertos del sector, para encauzar las conversaciones a fin de forjar un acuerdo para regular la cadena del plástico -que se fabrica, en su mayoría, a partir de combustibles fósiles con sus consiguientes emisiones de gases de efecto invernadero-.

Elemento "óptimo"

El director general de la compañía Cartonplast Iberia -fabricante de embalajes reutilizables de transporte-, José María Carrasco, cree que existe una "demonización del plástico en términos generales" y dice a EFE que le gustaría que en la COP30 se enfocara esta cuestión "de una forma más académica y más profesional".

Según él, ese material debería verse "como una opción, siempre y cuando sea un elemento reutilizable y reciclable, y siempre cuando esté asociado al concepto de 'ecodiseño', dentro de un modelo compartido, cerrado. Y es el futuro".

"Hay una dirección hacia su reducción, que me parece una de las claves, pero, también, que se considere, dentro de la reutilización, un elemento clave", observa.

En base a estudios de 'vida útil' llevados a cabo por su compañía se ha observado que un pallet de plástico, por ejemplo, en diferentes sectores, "tiene un impacto en huella de carbono inferior a un elemento de un solo uso, como el cartón".

"El plástico, al final, dentro de un modelo de reutilización de alta rotación, es el elemento óptimo", subraya el directivo.

Su empresa va ya en esa dirección: "tiene residuo cero" y recicla al cien por cien todos los elementos que se dañan, "con lo cual es una solución óptima".

Soluciones biodegradables

Hay otras visiones dentro del sector. Isabel Abascal, fundadora de Compostree -fabricante de protectores para árboles y arbustos elaborados con materiales 100 por cien compostables a partir de residuos de la industria agroalimentaria-, dice a EFE que es acuciante "poner sobre la mesa el problema de la utilización de los plásticos en las plantaciones y el medio rural, en los cultivos". Finalista en la categoría 'Ideación' en los Women Start up Awards 2025, Abascal ambiciona que los países "propongan medidas para combatir su uso, al igual que se ha hecho con los microplásticos, en el transporte o con el uso de las pajitas o en los embalajes y se favorezcan soluciones biodegradables". Su empresa, donde priman la "coherencia y la responsabilidad con el medio ambiente", tiene como objetivo reducir los plásticos de la naturaleza" aunque no quiere "demonizar al sector". En lugar de eso, "faltan medidas, alternativas o investigación en materias más sostenibles y con visión más a largo plazo, no cortoplacistas". Escepticismo ante la COP

Por su parte, la pamplonesa Amaia Rodríguez, consejera delegada y cofundadora de la empresa Gravity Wave, se pregunta "si se puede conseguir realmente sustituir materiales vírgenes y dejar de extraer recursos para usar materiales que ya están producidos".

Esta emprendedora, que ha retirado más de un millón de kilos de plástico del Mediterráneo para transformarlos en materiales sostenibles, detecta "una brecha muy grande entre precios de materiales vírgenes, con todos los intereses que hay detrás, que es casi imposible poder competir con esos gigantes" frente a materiales reciclados.

Ante la cumbre, Rodríguez confía -dice a EFE- en "que se empiece a ver un cambio en el sistema que tenemos actualmente, de no solo penalizar a las empresas que hacen mal las cosas y contaminan, sino también para empezar a bonificar, a premiar a las que quieren hacerlo bien".

Pero a día de hoy, considera "realmente imposible" alcanzar objetivos como el que pretende la Unión Europea para 2030: lograr que todos los plásticos sean reciclables y que el 55 % sea reciclado.

"Siempre hay una brecha tan grande entre lo que quiere Europa y lo que llega a los negocios. Se debe conseguir que los materiales reciclados sean atractivos en un sector con muchos retos. Y cuando tocas el bolsillo, las empresas no compran la opción más sostenible".

El fracaso en Ginebra -de las conversaciones del Tratado del Plástico- fue un desenlace inesperado y Rodríguez se ha vuelto más escéptica frente a la cumbre de Bélem: "Yo antes era súper positiva pero veo que hay una fuerza tan importante que no somos capaces de controlar, que yo ya no sé lo que va a conseguir la COP".

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