Salud

Cómo tratar el dolor crónico para que no afecte a la vida diaria

Un dolor no controlado de más de tres meses de duración tiene mucho riesgo de perpetuarse en el tiempo si no se interviene de manera alguna

El dolor crónico no aporta ningún beneficio para la supervivencia del afectado
El dolor crónico no aporta ningún beneficio para la supervivencia del afectadoLa RazónLa Razón

En una escala del uno al diez, ¿cuánto le duele? Esta pregunta la hemos escuchado en muchas ocasiones en series, películas o en la consulta del médico. Normalmente el grado de dolor es muy relativo, y siempre escuchamos o damos una respuesta que, por lo general, está por encima de lo que realmente duele. Esto es así porque cada persona tiene el umbral del dolor en un límite diferente. Hay quien aguanta el dolor en una escala alta y quien no lo soporta siendo leve o moderado. Todos sentimos dolor alguna vez a lo largo de nuestra vida. El dolor es una señal del sistema nervioso avisando de que algo no anda bien dentro del cuerpo o en la superficie. Puede ser agudo o sordo, constante o intermitente, pero siempre es una sensación desagradable, como un pinchazo, un hormigueo, un ardor o una molestia en una zona concreta del cuerpo. Según la duración del dolor se puede considerar agudo, si dura menos de un mes o crónico si supera los tres meses.

El dolor agudo suele estar localizado y responde al tratamiento con analgésicos o antiinflamatorios, sin embargo el dolor crónico, si no se trata a tiempo, puede desembocar en complicaciones graves para la salud como depresión, ansiedad o problemas a la hora de conciliar el sueño y por tanto, limitar la calidad de vida de quien lo sufre. Para tratar esta patología, las Unidades del Dolor de los centros hospitalarios ofrecen alternativas terapéuticas para los pacientes que sufren cualquier tipo de dolor en cualquier zona del organismo. “Un dolor no controlado de más de tres meses de duración ya se puede interpretar como crónico y tiene mucho riesgo de perpetuarse en el tiempo si no se interviene de manera alguna” explica el doctor Enrique Del Cojo, anestesiólogo del Hospital Quirónsalud Cáceres.

Las Unidades del Dolor están formadas por equipos multidisciplinares de médicos de diferentes especialidades, sobre todo anestesistas y enfermeros formados en el tratamiento del dolor. En algunas Unidades del Dolor, se incorporan al equipo psicólogos y psiquiatras para ayudar a los pacientes en el proceso que deben seguir para adaptarse al dolor crónico y así, mejorar su calidad de vida. A estas unidades puede acudir cualquier persona aquejada de un dolor, sea de las características que sea, desde un dolor de cabeza constante, una lumbalgia que no cesa, un dolor cervical provocado por un accidente de tráfico hasta un dolor persistente en alguna articulación. Sin embargo, “la patología más habitual es la originada por lesión de disco de la columna vertebral, que puede llegar a ocasionar lumbalgia y compresión en la raíz nerviosa, generando ciática” añade el doctor Del Cojo. Esta lesión de disco vertebral, puede llegar a ocasionar un dolor grave, sobre todo en pacientes jóvenes si no se trata a tiempo.

Según un estudio llevado a cabo por la publicación científica New Zealand Medical Journal, existen 9 puntos de dolor en el cuerpo que son más habituales en las consultas médicas. El primero es la lumbalgia, que afecta al 80 por ciento de las personas en algún momento de su vida y que en la mayoría de los casos no tiene una causa concreta, el dolor suele ser agudo y con el tiempo deja de molestar, sin embargo en un porcentaje menor de casos el dolor se hace crónico y llega a incapacitar al paciente. El segundo punto es el dolor que se localiza en la zona de la pelvis y el abdomen. En tercer lugar está el dolor en las articulaciones provocado, sobre todo en personas mayores, por enfermedades crónicas como la artrosis, la osteoporosis, el reuma o la artritis reumatoide. Suele ir acompañado de inflamación de la zona, sensibilidad, enrojecimiento, subida de la temperatura de la zona afectada y aumento del dolor al intentar mover la articulación.

En este ranking, ocupa el cuarto puesto el dolor de cuello. Las personas que trabajan delante de una pantalla tienden a coger malas posturas durante mucho tiempo lo que provoca contracturas musculares. Así como lesiones, accidentes y, con el paso del tiempo las vertebras cervicales se desgastan y comprimen el nervio de la zona provocando dolor. En quinto lugar tenemos el conocido dolor de cabeza, o cefalea, la mitad de la población mundial adulta, sufre algún tipo, de las 150 variantes que existen, de dolor de cabeza. El dolor muscular es el siguiente de la lista, está relacionado con una sobrecarga, tensión o rotura como consecuencia de algún movimiento brusco o ejercicio físico. El dolor muscular puede estar asociado en algunas ocasiones a enfermedades que afectan a todo el cuerpo como infecciones, lupus o fibromialgia.

El séptimo puesto de esta serie de puntos lo ocupa el pie que, por el uso de calzado inadecuado, de tener sobrepeso, por haber sufrido alguna lesión, por tener fascitis plantar o por deformidades como los juanetes o los callos, producen dolor en el arco, el empeine, la planta, los dedos y el talón. En penúltimo lugar está el dolor en la zona alta de la espalda que suele estar provocado por malas posturas y cierra esta lista el dolor de muñeca, el más habitual entre la población adulta a consecuencia del uso del teclado y el ratón del ordenador así como del teléfono móvil y otros dispositivos electrónicos.

Todas estas patologías tienen en común el deterioro de la calidad de vida del paciente que suele ser “hombre o mujer de mediana edad que tiene dolor por alguna causa, que no mejora con técnicas menores y que requiere mantener su actividad sin bajas prolongadas” añade el especialista. El tratamiento que se lleva a cabo en la Unidad del Dolor es de tipo paliativo y de tipo regenerativo, según cada caso, pero siempre enfocado a disminuir el dolor. Desde infiltraciones simples en músculos, articulaciones o nervios hasta radiofrecuencia o técnicas más complejas como nucleoplastias para disminuir el tamaño de una hernia discal, “sin olvidar la opción de la implantología medular, de ganglio o periférica que es de las técnicas más complejas en el tratamiento del dolor, que consiste en implantar un generador con unos electrodos que puede eliminar la sensación dolorosa o sustituirla por una sensación de hormigueo”, aclara el doctor Del Cojo.

No hay que olvidar que se puede reducir el riesgo de desarrollar un dolor crónico en el futuro si se realiza ejercicio físico con regularidad, se lleva una alimentación sana y, muy importante, unos buenos hábitos posturales a la hora de trabajar o estudiar delante de una pantalla.