Estreno

Las claves para atrapar a la audiencia

Antena 3 emite hoy el episodio número 500 de «El secreto de Puente Viejo»

La Razón
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A la chita callando, «El secreto de Puente Viejo» se ha convertido en un seguro de vida para las tardes de Antena 3.

A la chita callando –sin pausa pero sin prisa– «El secreto de Puente Viejo» se ha convertido en un seguro de vida para las tardes de Antena 3. Hoy se emite el episodio 500 arropado por una audiencia fiel y en continuo crecimiento. Prueba de ello son los datos del pasado lunes, cuando logró un notable 18,8 por ciento de cuota de pantalla y 2.136.000 espectadores, un éxito que no se contemplaba cuando se inició la emisión de la serie hace dos años.

«Antena 3 nos propuso que ideáramos una serie diaria y, después de barajar varias posibilidades, pensamos que una ficción de época era la mejor opción», afirma el director de contenidos de Boomerang TV, Josep Cister.

Plus de riesgo

Las series de época tienen un plus de riesgo porque se invierte más en vestuario y decorados, pero, a juicio de Cister, era la decisión más coherente, «porque al ambientarla a principios del siglo XX los amores contrariados, las pasiones desatadas, la represión y la estigmatización que sufren algunos personajes se entiende mucho mejor que si la hubiésemos planteado en la actualidad».

Tampoco fue casual el título de la serie: «El secreto de Puente Viejo», ya que anticipa al espectador dos de los ejes fundamentales de la serie: un grupo de personajes que tienen algo que ocultar en un pequeño pueblo donde todos se conocen. «Nos apetecía situar la trama en un pueblo de montaña perdido, que el espectador no sabe nunca dónde está y cuyos habitantes viviesen con la tensión adicional, que se va retroalimentando entre unos y otros, porque saben que tienen aspectos de su vida que esconder», explica Cister.

Si en el arranque de la ficción Pepa (Megan Montaner), la partera, y Tristán (Álex Gadea) acaparaban –aun siendo una serie coral– la atención de los espectadores por su trágica historia de amor, ahora es el sacerdote Gonzalo (Jordi Coll) y María (Loreto Mauleón) los que tienen a la audiencia en vilo por un romance aparentemente condenado al fracaso. Pero no son las únicas tramas. Los guionistas tienen que manejar los hilos vitales de más de veinte personajes, un trabajo de una exigencia extrema. «Es una tarea hercúlea que los argumentos no se agoten», comenta Cister.

«El secreto de Puente Viejo» pasó con nota la prueba a la que se autosometió –por voluntad de la cadena y de los productores– el pasado verano: la muerte de su personaje emblema, Pepa, y hacer un salto en el tiempo para que la acción se desarrollase 16 años después. «Aunque nos daba mucho vértigo, también éramos conscientes, todos sentíamos que la serie lo necesitaba. La posibilidad de adelantar la época era la más acertada, porque nos permitía dar más entidad a personajes con un gran potencial que además los colocaríamos en otros escenarios emocionales», apunta Cister.

Dos años después, Cister admite que producir una serie diaria para la franja de tarde «es más complicado de lo que parece». Acostumbrados a trabajar con producciones con la mirada puesta en el «prime time», desconocían las acrobacias que hay que hacer para evitar el desgaste, «algo que afortunadamente no se ha producido». Eso sí, el ritmo de trabajo es endiablado. Los guionistas escriben cinco capítulos cada semana y se graba un capítulo al día en dos platós distintos. «Es una auténtica obra de ingeniería», concluye.