Literatura

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Manuel: «La cocina es un oficio muy sacrificado»

Manuel, con el trofeo de campeón
Manuel, con el trofeo de campeónlarazon

El puzolense de 11 años se hizo con el trofeo de «MasterChef Junior 2».

La creatividad y la imaginación en la cocina son aún mejores cuando eres niño. Eso, y que además de ser rivales se puede ser amigos, es una de las cosas que la última edición de «MasterChef Junior» ha dejado claro a los espectadores. Su afición por los fogones nació cuando, de manera causal, empezó a ayudar a su madre a hacer tartas y galletas; quién le iba a decir a Manuel, de 11 años, que con ello germinaría un asombroso talento por la cocina que el pasado martes le coronó como ganador del programa.

La gran final

Tras vivir un duelo muy reñido en el que Manuel y Martina –la otra finalista– apostaron por un menú compuesto por sus mejores recetas para intentar ganar, fue, finalmente, el valenciano quien se llevó el gato al agua y conquistó el paladar de los jueces, que lo nombraron ganador de «MasterChef Junior 2». «Sabía que Martina iba a hacer un menú muy bueno, así que decidí complicarme un poco más», asegura Manuel mientras sonríe vestido con la chaquetilla de cocinero con su nombre bordado, prenda que le otorgaron para premiar su paso a la final. El menú del ganador estuvo compuesto por tres platos. El entrante: una sardina ahumada sobre una tosta con mermelada de tomate, queso y paté de oliva; el plato principal: all i pebre –plato valenciano con pescado, patata, ajo y pimentón–; y el postre: un canelón de calabaza relleno de chocolate blanco y avellana. «Mi paso por el programa ha hecho que me guste mucho más cocinar, pero me he dado cuenta de que es un trabajo muy sufrido y sacrificado. Me gustaría ser cocinero o arquitecto», dice el concursante.

Uno de los puntos fuertes de Manuel ha sido el cuidado que ha puesto a la hora de emplatar cada composición, y a pesar de que el contador del tiempo le pisaba los talones, nunca perdió los nervios y puso suma dedicación para conseguir un resultado elegante y bonito. Jordi Cruz, uno de los miembros del jurado, valoró esta actitud de una manera muy positiva: «Si le pones sentido a tu imaginación, tú puedes ser un crack», aseguró. Y es que Manuel, además de un chico con talento, ha sido buen compañero y demostrado una sensibilidad en la cocina mucho más alta que la que le corresponde a su edad. Como dijo Pepe Rodríguez –otro de los jueces del concurso– en el primer programa: «Hay un concursante que ha puesto en su plato un ingrediente que no estaba en la caja, el corazón», y parece que desde ese momento no dejó de hacerlo en cada gala. «Manuel siempre estaba ahí para ayudar al resto de aspirantes, y de eso, los jueces nos damos cuenta», comenta Samantha Vallejo-Nágera. El ganador, por su parte, asegura que se lleva 15 amigos: «Todas las tardes petamos el grupo de WhatsApp», comenta sobre la relación que mantiene con sus compañeros.

Con la vista en el futuro, Manuel confiesa que «mi próximo reto es que un arroz me salga muy bien, el día de la prueba con él lo pasé mal. Le tengo mucho respeto porque darle el punto exacto es complicado». Respecto a los 12.000 euros del premio, dijo que quiere emplearlos en «un buen curso culinario» y en ayudar a sus padres en la reforma de la cocina: «Estamos mirando muebles que peguen con los electrodomésticos que me han regalado los patrocinadores»; va a destinar parte del dinero a ello porque «en mi casa también quiero cocinar a gusto».