Advertencias
Las 3 cosas que debes evitar al llegar a un hotel: muy poca gente se da cuenta
Basta con ser consciente ya que hay detalles que pasan desapercibidos
Viajar siempre trae consigo ilusión por descubrir un nuevo destino, descansar en una cama distinta y disfrutar de las comodidades de un hotel.
Al abrir la puerta de la habitación, todo parece impecable, las sábanas están perfectamente estiradas, las toallas dobladas con precisión y los muebles brillan como si fueran nuevos.
Esa sensación de limpieza y orden transmite confianza, pero la realidad es que no todo lo que ves está tan desinfectado como imaginas.
En la industria hotelera, los tiempos de limpieza suelen ser muy ajustados. El personal tiene que preparar varias habitaciones en poco tiempo, lo que implica que no todos los objetos reciben la misma atención.
Lo más evidente, como la cama principal y el baño, suele estar en condiciones óptimas, pero hay ciertos detalles que quedan en segundo plano y que rara vez se higienizan con la frecuencia necesaria.
Lo curioso es que esos pequeños elementos decorativos o de uso cotidiano son precisamente los que más manipulan los huéspedes y, por lo tanto, los que más gérmenes pueden acumular.No se trata de obsesionarse ni de arruinar la experiencia, sino de tener en cuenta algunos hábitos sencillos que te permitirán viajar más seguro y cómodo
El plaid o pie de cama
Ese complemento que da un toque elegante a la cama suele ser uno de los más descuidados en la rutina de limpieza. A diferencia de las sábanas, que se cambian entre huéspedes, los plaids o pies de cama rara vez se lavan con tanta frecuencia.
Muchas veces solo se sacuden o se colocan de nuevo, lo que significa que pueden acumular polvo, bacterias, restos de maquillaje e incluso ácaros. La mayoría de los viajeros lo coloca sobre sí sin pensarlo dos veces, sin saber que puede ser el textil menos higiénico de la habitación.
Los cojines decorativos
Ocurre algo similar con los cojines decorativos que adornan camas o sofás. Son bonitos, aportan color y estilo, pero en la práctica se convierten en imanes de bacterias y alérgenos. Pasan por las manos de múltiples huéspedes, son usados como apoyo para mochilas, ropa o incluso zapatos, y rara vez entran en la lavandería.
Lo más recomendable es apartarlos al llegar o guardarlos en un rincón durante tu estancia. De este modo reduces el contacto innecesario y evitas posibles molestias.
Los vasos del baño
Los vasos que se encuentran en los baños del hotel suelen dar la impresión de estar recién lavados, pero en muchos establecimientos no se esterilizan de forma adecuada.
A veces se enjuagan rápidamente o se limpian con el mismo paño que se usa para otras superficies del baño. Esto implica un riesgo de contaminación cruzada y la posibilidad de encontrar residuos invisibles de huéspedes anteriores.
La solución es sencilla, utiliza vasos desechables si el hotel los ofrece, lleva uno propio o lava el que encuentres con agua caliente y jabón antes de usarlo.
Viajar más seguro, sin obsesionarse
Estos tres objetos no deberían impedirte disfrutar de tu viaje ni generarte ansiedad. Basta con ser consciente de que, aunque una habitación luzca impecable, hay detalles que pasan desapercibidos en las rutinas de limpieza.
La próxima vez que entres a un hotel, recuerda, no todo lo que brilla está completamente limpio. Y aunque la mayoría de los huéspedes no lo note, ahora tú ya sabes qué evitar para que tu viaje sea aún más placentero.