La sostenibilidad y los criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) son un núcleo de la estrategia empresarial, palanca de competitividad y resiliencia. Esta es la principal conclusión que se desprende del foro celebrado en La Razón, donde representantes de sectores tan dispares como la energía, la automoción, la tecnología, la distribución, la moda y la farmacia debatieron sobre los retos, avances y contradicciones de la integración de los criterios ESG.

El encuentro arrancó con la intervención de Carlos Novillo Píriz, consejero de Medio Ambiente, Agricultura e Interior de la Comunidad de Madrid, quien puso el foco en la presión que supone el crecimiento demográfico de la región y la consiguiente necesidad de repensar el modelo de sociedad y la gestión de los recursos naturales, como el agua como el recurso más crítico. «No podemos crear agua y hemos visto este año que su exceso también puede complicarnos la vida». La gestión de las lluvias históricas y el récord de agua embalsada han permitido, según el consejero, afrontar los próximos meses con cierta tranquilidad, aunque con la conciencia de que «hay que cuidar cada gota como si fuera la última». Novillo destacó la inversión de más de 2.000 millones de euros en obra hidráulica y la apuesta por la economía circular como ejes de la estrategia regional para garantizar la sostenibilidad a largo plazo.

La mesa redonda reunió a Nieves Cifuentes Valero (Naturgy), Víctor Enciso (Glovo), José María Galofré (Volvo Car España), Juan Carnicero (Pharmamar), Lucía López Carvajal (FMIT Group) y Samuel Soria (Parafina). Cada uno aportó la perspectiva de su sector, pero todos coincidieron en la necesidad de medir, transformar y comunicar el impacto real de la actividad empresarial.

Samuel Soria, CEO de Parafina, fue el primero en intervenir, reivindicando la ventaja de haber nacido con la sostenibilidad en el ADN de la empresa y defendió la importancia de acercar la sostenibilidad al público general, más allá de los tecnicismos y los logotipos verdes. «Falta que el público lo entienda, porque hoy en día la sostenibilidad sigue siendo algo muy técnico».

En una línea similar, Lucía López Carvajal (FMIT Group) subrayó el papel de la tecnología y la gestión del dato para avanzar en sostenibilidad. «Nos enfocamos en el análisis de datos, la predicción y la estimación para actuar con tiempo y saber posicionarnos», explicaba. López identificó la interoperabilidad y la trazabilidad como retos clave, especialmente en sectores como la automoción o el almacenamiento energético.

Juan Carnicero, director de Sostenibilidad de Pharmamar, ilustró cómo la sostenibilidad puede ser el motor del modelo de negocio, asegurando que para su empresa «todo comienza en el mar. Si no hay un respeto estricto a la biodiversidad marina, a los ecosistemas y a la fauna, no podríamos tener negocio». Carnicero defendió la integración de la economía circular y el uso de energías renovables en todos los procesos productivos, y puso ejemplos concretos de cómo la sostenibilidad puede ser rentable. Así, transportar las muestras marinas en barco en vez de avión supuso que las emisiones se reducían en un 98% y el coste económico en un 75%.

José María Galofré, CEO de Volvo Car España, reivindicó el legado de la marca en seguridad y sostenibilidad, y la importancia de la visión y misión empresarial. En su caso es «cuidar a las personas y a donde viven, no dañar», subrayaba, al tiempo que recordó decisiones pioneras como dejar de fabricar diésel antes que el mercado lo demandara. «Nos arriesgamos, pero tienes que ser pionero». Defendió que la sostenibilidad debe ser rentable, pero también ética. «Por encima de todo está tu visión de que la humanidad es más importante que tu propia empresa».

Víctor Enciso, de Glovo, explicó cómo la plataforma tecnológica ha integrado la sostenibilidad en todos los procesos, validando su estrategia con Science Based Targets y fijando el objetivo de descarbonizar en más de un 40% antes de 2030. Enciso identificó el reto de traducir los datos técnicos en información relevante para la cuenta de resultados. «El reto mayúsculo no solo es medirlo, sino cómo transformamos esta medición del dato en un retorno económico o en una valorización económica».

Nieves Cifuentes, responsable corporativa de Medio Ambiente de Naturgy, relató la profunda transformación de la compañía. «Hemos pasado de las tecnologías clásicas al impulso renovable. En 2017 estábamos en un 22% de generación renovable y hoy ya estamos en un 40%». Cifuentes defendió el biometano como palanca de descarbonización y competitividad, y explicó la importancia de los incentivos económicos para alinear a toda la organización. «Tenemos un 20% de la retribución variable ligada al cumplimiento del plan de sostenibilidad».

Medición y transparencia

La medición rigurosa y la transparencia fueron puntos recurrentes en el debate. «Hay que medir, poner objetivos y hacer seguimiento al más alto nivel», defendió Cifuentes. Por su parte, Carnicero añadió que «hay medidas de sostenibilidad que además reducen costes», y Enciso insistió en la necesidad de traducir el dato técnico en valor económico y reputacional. Galofré puso el ejemplo de la reducción del 52% de emisiones en toda la cadena de valor de Volvo, verificada por un tercero independiente.

La comunicación y la pedagogía hacia el consumidor y el proveedor aparecieron como retos compartidos. Soria reclamó herramientas para que el consumidor pueda elegir con criterio porque «en la moda está muy poco desarrollado». López, desde el ámbito del software, defendió la necesidad de plataformas que ofrezcan visibilidad y transparencia en la cadena de suministro, y advirtió contra la obsesión por los resultados inmediatos.

El impacto en la cadena de valor fue otro de los grandes temas. Carnicero explicó el sistema de puntuación y alertas para proveedores en Pharmamar mientras que Cifuentes detalló el acompañamiento a los proveedores, especialmente pymes, a través de formación y requisitos progresivos. Enciso, desde Glovo, subrayó el esfuerzo por acompañar a partners en la transición ecológica y la circularidad, especialmente en mercados donde la legislación es compleja de aterrizar.

El futuro que marcará la sostenibilidad

En cuanto a las tendencias de futuro, Enciso apostó por la biodiversidad y la integración de los ecosistemas urbanos en la estrategia empresarial, mientras que López insistió en la gestión de la huella de carbono y la trazabilidad, y Soria reclamó recuperar la dimensión social de la sostenibilidad. «Está muy bien cuidar el Amazonas, pero también necesitan las personas que viven allí otra vía de subsistir». Galofré abogó por «más ciencia y menos ideología», y por la relocalización de la producción para reducir emisiones logísticas. Cifuentes defendió la integración de descarbonización, naturaleza y sociedad, mientras que Carnicero y López destacaron el papel de la inteligencia artificial para acelerar procesos y reducir recursos.