Sevilla

El crimen del enfermo

La Razón
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Hay un montón de gente por ahí que no está bien de la cabeza. Parte de esa gente puede llegar a convertirse en una amenaza para los demás. Algunas de esas personas oyen voces o despegan de la realidad. Viven episodios psicóticos.

Normalmente avisan. Protagonizan ataques e intentos de hacer daño. Puede ser el caso, aunque todavía es pronto para saberlo, del joven de 34 años que presuntamente mató a puñaladas a su padre, su madre y su hermana el pasado jueves. Se cree que lo hizo el jueves con un cuchillo. Los cadáveres presentan varias heridas punzantes con insistencia en el cuello.

Soy de la personas que opinan que los locos matan poquísimo. Pero a veces pueden cometer crímenes horribles. Hay algún tipo de locura que convierte a las personas en bombas rodantes.

Este triple asesinato de Dos Hermanas (Sevilla) tiene toda la pinta de haber sido protagonizado por un enfermo mental, con antecedentes por agresión a sus familiares. Nos hemos acostumbrado a convivir con la gente que desvaría y no somos capaces de medir su peligrosidad.

En nuestro país, la salud mental no está correctamente valorada. Demasiado a menudo decimos como una broma: «Tú estás loco», pero es que el que de verdad lo está, necesita ayuda, medicación y custodia.

Hay pocos controles en la infancia o la juventud para llevar la cuenta del número de afectados por trastornos mentales y es un recuento imprescindible. Aquel brote de antipsiquiatría que puso a todos los enfermos a convivir en la sociedad produjo unos efectos no deseados que duran hasta hoy. En nuestro país hay como medio millón de enfermos mentales a cargo de sus familias.

Normalmente, mocetones o mujeronas imposibles de manejar a cargo de sus madres, unas señoras heroicas que día a día van quedándose sin fuerzas en una batalla que les supera. Y la consecuencia es que de vez en cuando hay víctimas con sangre.