Familia

Entrevista a Olvido Macías, autora del libro «Hogares compartidos»

«La acogida familiar es la forma más generosa de ser padres»

Entrevista Olvido Macias/Alberto R. Roldan
Entrevista Olvido Macias/Alberto R. Roldanlarazon

Olvido Macías cita al psicólogo estadounidense de origen ruso Urie Bronfenbrenner para explicar su interés tanto personal como profesional por el mundo de la infancia: “Todo niño necesita que alguien esté loco por él”.

Olvido Macías cita al psicólogo estadounidense de origen ruso Urie Bronfenbrenner para explicar su interés tanto personal como profesional por el mundo de la infancia: “Todo niño necesita que alguien esté loco por él”. Vamos, que le quiera y le cuide, que le pregunte cómo le fue en el cole y que lo convierta en su prioridad por encima de todo lo demás. Periodista comprometida y apasionada, Olvido Macías combina su trabajo en Onda Cero con su faceta de escritora. Después de su libro sobre la adopción (“Vidas unidas”), ahora nos acerca al difícil y hermoso mundo de la acogida familiar a través de 27 historias reales. Es el destino que aguarda a muchos de los hijos de mujeres maltratadas que son asesinadas. Hoy, Día Internacional contra la violencia de género, conviene recordar que solo en lo que va de año 23 menores han quedado huérfanos por esta lacra.

¿Cuál fue el caso que más le conmovió de los 27 que cuenta en su libro?

Es difícil hablar de un solo caso porque hay muchos que llegan al corazón. Sin embargo, nada tan conmovedor, tan tremendo como el caso de una bebé que fue encontrada en un contenedor de basura con principio de congelación. Conocer cómo esa niña fue recuperándose con el cariño y la dedicación de su familia de acogida es emocionante. Esa familia, acostumbrada a recibir niños, quedó marcada por esa pequeña que luego fue dada en adopción. Afortunadamente, ambas familias mantienen la relación e incluso la madre de acogida es la madrina de la niña. Cuánta generosidad y amor hay en esta historia y en esas dos familias.

¿Qué lleva a una familia a meterse en un lío tan colosal como el de la acogida?

Sin duda, visto desde fuera nos puede parecer un gran lío, pero no lo es. Estas familias de acogida saben lo que hacen, se forman con cursillos y tienen claro que antes o después lo normal es que se despidan de sus niños. Se dedican a acoger porque son muy generosos –la forma más generosa de ser padres– y porque saben que los niños necesitan un hogar. No importa que ya sean padres, siempre hay un lugar para uno más. Llenar ese vacío emocional del pequeño es su objetivo, hacer que se sientan únicos y queridos también.

¿Son gente de otra pasta?

Sí, y digo que tienen un gen especial que no todos poseemos, pero ellos lo niegan. Es verdad que todos podemos acoger, pero ellos aprenden a afrontar las llegadas y despedidas con una entereza que sorprende a pesar de que tienen que hacer su duelo, su luto. Quieren a esos niños, los crían y luego regresan con sus padres biológicos –algo difícil– o son dados en adopción. También ocurre muchas veces que se quedan con los padres acogedores de forma permanente hasta la mayoría de edad e, incluso, después. Sin embargo, hay que tener muy claro que la acogida no es la vía rápida para adoptar. Esta idea puede llevar a graves conflictos como los que conocemos en los medios de comunicación cuando la familia de origen y la de acogida se enfrentan por un niño.

¿España aprueba en acogida? ¿Las ayudas son suficientes?

No sé si España aprueba en acogida porque hay 38.000 niños tutelados por la Administración de los cuales, alrededor de 15.000 están en familias y 13. 500 podrían ser dados en acogida. No me cabe duda de que la actual ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Dolors Montserrat, y parte de su equipo están muy interesados en promover esta figura familiar por el bien de los niños. Sin embargo, la acogida depende de las Comunidades Autónomas y son ellas las que deciden. Además, las ayudas son diferentes en cada autonomía y en la mayoría escasas. La media puede ser de 300 euros al mes por niño y si hay más de uno, la cifra va bajando. En el caso de discapacidad la cuantía es mayor, pero es muy injusta sobre todo la situación de los abuelos que cuidan de sus nietos –acogida de familia extensa–. Por ejemplo en Galicia no reciben ayudas si su pensión supera los 600 euros y en otras se duplican hasta algo más de 2.000 euros al año como en Madrid.

¿Tenemos un buen sistema?

Tenemos una buena ley, muy completa que es la Ley de Infancia y Juventud 2015 que se está poniendo en marcha poco a poco y que contempla novedades como la adopción abierta o la coordinación de autonomías. La adopción abierta permite a un niño ser adoptado por la familia acogedora y mantener los vínculos con su familia biológica. Es complicado pero se está iniciando esta figura. La mayor coordinación de autonomías permite que si hay un niño para acoger, por ejemplo en Andalucía, pueda ser llevado a una familia de Cantabria si se da el caso.

¿Cree que muchas familias ven la acogida como un paso previo a la adopción?¿Cuáles son las diferencias?

Ya he comentado antes que no se puede ir a la acogida pensando que es la forma más rápida para adoptar. Son figuras diferentes. Cuando se adopta a un niño es tu hijo con todas las de la ley, lleva tus apellidos y así figura en el libro de familia y en todas las instancias legales. Sin embargo, un niño de acogida no es tu hijo y está tutelado por una comunidad autónoma. Lleva los apellidos de su familia de origen y tú eres el guardador pero tienes que contar con el permiso de la Administración para muchas cosas. Además, hay visitas periódicas de técnicos a las casas para ver la evolución del pequeño y, en general, pueden tener visitas con su familia biológica. Es aún más complicado el caso de niños como los rumanos cuyo país de origen no reconoce la potestad de España. Estos pequeños figuran como “sin patria” y tienen problemas para tener una cartilla médica, viajar con sus compañeros de colegio sobre todo al extranjero o federarse en algún deporte. Sin embargo, gracias al empeño de un grupo de padres y al sentir de una comunidad, en este caso, la de Madrid, se ha logrado regularizar la situación de nueve menores. Ahora debería cundir el ejemplo en otras partes de España.

¿Qué requisitos indispensables hay que tener para poder acoger?

Ser una pareja estable con medios suficientes y lograr el certificado de idoneidad de la comunidad en la que vivan. Este certificado se logra tras unas entrevistas con un psicólogo y un asistente social.

En su libro destaca la experiencia de familias de acogida de niños con necesidades especiales.

Sí, es la forma más difícil porque requiere más dedicación, más sacrificios. La mayoría de la gente se lo piensa más y estos niños, por desgracia, crecen en centros de menores. Son todavía pocos los valientes que acogen niños con discapacidades. Sin embargo, los padres que entrevisto en ese capítulo, están locos de contentos con sus niños, dicen que hablan con sus ojos y con su sonrisa. Una de estas familias tiene tres hijos biológicos, uno de acogida con discapacidad y cuenta que se van a comprar un coche más grande para hacer sitio a otro niño con necesidades especiales. Realmente es conmovedor.

¿Qué causa que un niño pase a la acogida familiar?

Generalmente son causas muy graves en familias desestructuradas por la droga, el alcohol, la delincuencia o los problemas mentales. La pobreza si hay cariño y entrega de los padres no debería ser motivo de alejar a los niños de ellos. La Asociación Estatal de Familias Acogedoras, ASEAF, pide en este sentido más apoyo a las familias biológicas, que se trabaje más con ellos para poder salir del problema que les dificulta cuidar de sus hijos.

¿Recibe la suficiente atención y gratitud esta forma tan generosa de ser padres?

No, la verdad. Sin embargo, la Ley de Infancia y Juventud reconoce por primera vez que las familias de acogida son las grandes aliadas de la Administración, pero queda mucho por hacer y, como ya he comentado en otro momento, requieren más ayudas de especialistas, más dedicación. La mayoría de las veces, todo sale de sus bolsillos y eso suma a los gastos familiares de forma considerable. Las ayudas económicas no son las adecuadas en general.

¿Suelen mantenerse los lazos entre los niños y sus familias de acogida con el paso del tiempo?

Depende de los casos. Si esos pequeños regresan con sus padres biológicos es raro que se mantenga. Si crecen en acogida permanente, viven en la casa como hijos y muchos, cuando llegan a la mayoría de edad, continúan con sus padres acogedores. Aunque puedan regresar con sus padres de origen debido a que viven situaciones complicadas no regresan con ellos. Si son dados en adopción suele mantenerse el vínculo, pero insisto, depende de los progenitores.

¿Cómo suele ser la relación entre los hijos biológicos y los de acogida?

Pues como la de cualquier hermano, unas veces bien y otras de trifulca. Es verdad que si se tiene hijos ya en la pareja, deben ser informados de que va a llegar al hogar un niño por un tiempo para ser uno más de la familia. Si los hijos son mayores y el que llega es un bebé toda la familia es un equipo. Es genial conocer que los chicos de estas familias que han vivido desde siempre la acogida se convierten en asistentes sociales, profesores, psicólogos, terapeutas todos relacionados con la infancia. Han tenido una escuela de valores única en sus hogares.