Cónclave

Este es el castigo al que se enfrentan los cardenales si violan el voto de silencio del cónclave

Los cardenales y el personal del Vaticano pronunciaron un juramento de confidencialidad antes del inicio del cónclave

Cardenales asisten a una misa en el tercero de los nueve días de luto por el fallecido papa Francisco, en la Basílica de San Pedro del Vaticano
Cardenales asisten a una misa en el tercero de los nueve días de luto por el fallecido papa Francisco, en la Basílica de San Pedro del VaticanoASSOCIATED PRESSAgencia AP

El cónclave para elegir al sucesor del Papa Francisco comenzó el miércoles por la tarde y, desde entonces, se han observado dos fumatas negras, lo que indica que los 133 cardenales electores siguen deliberando a puerta cerrada sobre quién será el próximo líder de la Iglesia Católica.

Como lo establece la tradición, la Capilla Sixtina del Vaticano es el lugar que acoge este cónclave, un complejo proceso de elección caracterizado por numerosas reglas y, sobre todo, una estricta confidencialidad. Durante este periodo, los cardenales tienen terminantemente prohibido comunicarse con el exterior o revelar cualquier tipo de información relacionada con el desarrollo del debate, incluso una vez concluido, para lo que se han tomado medidas.

Antes del cierre definitivo de las puertas de la Capilla Sixtina, los cardenales y todo el personal implicado en el cónclave deben pronunciar un solemne juramento de confidencialidad: "Prometo y juro guardar el más absoluto secreto con cualquiera que no forme parte del colegio de los cardenales electores, y esto de manera perpetua, a menos que reciba una facultad especial otorgada expresamente por el nuevo pontífice electo o por sus sucesores, respecto a todo lo que concierne directa o indirectamente a las votaciones y escrutinios para la elección del Sumo Pontífice."

¿Qué pasa si no respetan el juramento?

No obstante, podría darse la eventualidad de que alguno de los cardenales o miembros del personal vaticano involucrados en la organización y desarrollo del proceso viole dicho voto y comparta información reservada con el exterior. En caso de que esto ocurra y se infrinja el juramento, las normas vaticanas estipulan que la persona será inmediatamente excomulgada, es decir, apartada de la comunidad católica y privada de recibir los sacramentos.

Esta prohibición está contemplada en el apartado 59 de la Constitución Apostólica, donde se puede leer: "Prohibimos en particular a los cardenales electores revelar a sus eventuales servidores o a cualquier otra persona noticias que directa o indirectamente se relacionan con las votaciones, así como lo que se ha tratado o decidido sobre la elección del Pontífice en las Congregaciones de cardenales, bien sea antes, bien durante el Cónclave."

Por su parte, las sanciones aplicables a los llamados "ayudantes del cónclave" están recogidas en el artículo 58, el cual estipula que "están obligados a evitar atentamente todo lo que de algún modo podría violar directa o indirectamente el secreto (...) bajo pena de excomunión latae sententiae, reservada a la Sede Apostólica".

Asimismo, la Constitución Apostólica contempla en el artículo 55 que, en caso de detectarse la presencia de "aparatos modernos" en el interior del cónclave que puedan poner en riesgo su confidencialidad: "Los culpables serán expulsados del Cónclave y serán castigados con penas graves a voluntad del futuro Pontífice." Si una persona no autorizada logra infiltrarse en el Cónclave, esta "será privada ipso facto de todo honor, grado, oficio y beneficio eclesiástico o, según la condición de la persona, será sometida a penas adecuadas", explican.