
Peligro
Una explosión nuclear a 400 kms de altura dejaría imoperativos el 20% de los satélites
La incomunicación crecería con la extensión de la radiactividad

Una explosión nuclear de 110 kilotones a 400 km de altitud pondría en peligro de inmediato aproximadamente el 20% de los satélites LEO (baaja órbita) debido a los efectos inmediatos de la radiación. Una mayor potencia expondría el mismo número de satélites a una radiación aún más intensa. El daño podría degradar gravemente servicios cruciales, como las comunicaciones, la teledetección y las capacidades de monitoreo meteorológico de las que depende la sociedad moderna. Una detonación a 30 km podría amenazar los sistemas terrestres al generar pulsos electromagnéticos, según datos del observatorio RAND que recoge HST.
Más allá de los daños inmediatos, existen riesgos de radiación prolongados. Las detonaciones de alta potencia podrían crear nubes de electrones atrapados que orbitarían la Tierra durante años, lo que podría inutilizar una gran parte de los satélites LEO. Esto genera una doble amenaza: destrucción inmediata, seguida de un entorno de radiación a largo plazo hostil tanto para los satélites supervivientes como para los de reemplazo. El impacto exacto depende de la concentración y distribución de estos electrones atrapados, pero el potencial de una perturbación sostenida es significativo, agrega.
El estudio advierte de que podría no ser factible reconstruir rápidamente las capacidades satelitales tras un ataque de este tipo, ya que la radiación atrapada podría persistir durante años. Esto crea un escenario en el que servicios espaciales críticos podrían verse comprometidos durante largos periodos, con profundas implicaciones para la seguridad nacional y la estabilidad económica.
Si bien, en teoría, los satélites pueden reforzarse contra algunos efectos de la radiación, el informe concluye que las entidades comerciales no pueden implementar en la práctica protecciones adecuadas contra las armas nucleares. Además, no existe un blindaje práctico para los satélites contra neutrones y rayos gamma. Esta realidad económica crea una vulnerabilidad estructural en la infraestructura satelital comercial que no puede abordarse fácilmente únicamente mediante las fuerzas del mercado. La situación es aún más preocupante si se considera que el reemplazo de los satélites dañados por electrones debe esperar hasta que los niveles de radiación se reduzcan naturalmente a niveles seguros.
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