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Entrevista

Florentino Pérez Raya: "Las enfermeras no aspiramos a ejercer de médicos"

No piden nada que no les corresponda ya por ley y por competencia clínica. "No vamos a tolerar ataques a nuestra dignidad"

Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería David Jar

Cada vez que se habla de la prescripción enfermera arrecian las críticas de ciertos estamentos médicos. Esto es lo que ha ocurrido recientemente con el anteproyecto de ley de los medicamentos- y, antes, con el borrador del Estatuto Marco- que contempla la ampliación de esta competencia para los profesionales de Enfermería.El presidente del Colegio de Enfermería (CGE), Florentino Pérez Raya, tiene mucho que decir sobre esta cuestión. Y avisa: "No toleraremos se cuestione la legalidad, las competencias y la dignidad de las enfermeras".

¿Cuáles son las demandas de Enfermería en la reforma del Estatuto Marco?

El Estatuto Marco define, entre otras muchas cuestiones, la clasificación laboral de todas las profesiones sanitarias. Una de las grandes reivindicaciones históricas de la profesión enfermera es el reconocimiento de nuestra categoría profesional en igualdad con otras profesiones sanitarias con titulación de grado. En el último borrador del anteproyecto, en el artículo 6, se equipara a los grupos 6 (grado), 7 (máster o especialidad) y 8 (doctorados de todas las carreras) del Marco Español de Cualificación para la Educación Superior (MECES) con el grupo A1 del Estatuto Básico del Empleado Público. Desde la Consejo General de Enfermería consideramos que esta propuesta es lo que se ajusta a nuestra reivindicación: un mismo grupo para quienes cuentan con la misma formación académica. Actualmente esto no se cumple: los graduados de Enfermería son Grupo A2 y los graduados en otras disciplinas son A1. Esto es discriminatorio e injusto.

Pese a todo lo que se ha avanzado, sigue habiendo un cisma cada vez que se toca el tema de la prescripción enfermera y de la ampliación de competencias ¿Qué es lo que no se comprende aún de la profesión?

Es importante dejar claro que las enfermeras no aspiramos a ejercer de médicos, pero sí reivindicamos la necesidad de poder ejercer plenamente nuestras competencias. Ello incluye la capacidad de prescribir a los pacientes igual que hacen otros profesionales sanitarios, siempre dentro de nuestro ámbito de competencias. No es de recibo que una enfermera haga el seguimiento de un paciente crónico, cure una herida o atienda a una mujer embarazada y después tenga que derivar a ese paciente a otro profesional sólo para que firme la receta de lo que ella indica. Quien no comprenda esta situación, demuestra un profundo desconocimiento del funcionamiento de nuestro sistema sanitario y el papel esencial que desempeñan las enfermeras en él.

¿Qué propone el Anteproyecto de ley del medicamento en este sentido?

La nueva norma sólo viene a refrendar y facilitar una práctica que ya es habitual en nuestro sistema sanitario. Guste o no, las enfermeras prescriben de forma autónoma tanto medicamentos no sujetos a prescripción médica como productos sanitarios. Con seguridad, con eficacia, ahorrando costes al sistema, como así se ha demostrado en comunidades autónomas como Andalucía. Y todo ello, dentro del marco de sus competencias profesionales, como propone el Ministerio de Sanidad en el Anteproyecto.

Además, en el caso de los medicamentos sujetos a prescripción médica ya disponemos de diez guías por las que las enfermeras también pueden prescribir fármacos que requieren receta médica para diabetes, hipertensión, heridas, quemaduras, ostomías, anticoagulación oral, fiebre, deshabituación tabáquica y anestésicos locales.

Ha dicho que emprenderá acciones legales contra aquellas organizaciones médicas que afirman que la prescripción enfermera supone un "riesgo" para el paciente. ¿Qué hay detrás de estos ataques?

Sin duda estamos hablando de un corporativismo mal entendido y el afán de conservar cuotas de poder históricas en el sistema sanitario. Médicos y enfermeras somos un equipo, cada uno con sus competencias, y así debe seguir siendo. Cualquier organismo o estamento médico está en su derecho de defender su profesión, pero de ningún modo eso se puede traducir en generar un alarmismo injustificado y prefabricado entre la sociedad, poniendo en tela de juicio la profesionalidad y el buen hacer de las 345.000 enfermeras de nuestro país y que, día a día, se dejan la piel para cuidar a sus pacientes. Resulta indecente insinuar que las enfermeras, por simplemente hacer su trabajo, puedan comprometer o atentar contra la vida y la salud de las personas. Se trata de una acusación injusta, inmoral y contraria al propio juramento hipocrático, así como a los principios éticos que deben regir cualquier profesión sanitaria. Cuestionar de esta forma el trabajo de una profesión hermana no sólo carece de fundamento, sino que es, sencillamente, indigno.

¿Ha mantenido alguna conversación con los representantes de los médicos que han emitido estas opiniones?

Les hemos solicitado oficialmente que se retracten y que cesen en sus ataques y que no intenten confundir a la población, eso no beneficia al sistema sanitario ni a los pacientes. Resulta sorprendente que algo que fue consensuado y firmado en 2018 por organizaciones profesionales y sindicatos médicos, con Dolors Montserrat como ministra de Sanidad, ahora sea visto por algunos sectores prácticamente como un atentado a la salud pública. No es serio. Además, cabe recordar que la prescripción funciona con normalidad en algunos de los sistemas sanitarios más avanzados del mundo como Reino Unido, Suecia o Países Bajos.

También ha hablado de "acciones penales" contra alguna consejería de Sanidad que ha llevado más lejos estas críticas…

Las consejerías de Sanidad nos respetan y valoran como profesión clave dentro del sistema sanitario. Conocen la enorme aportación de las enfermeras/ y enfermeros, tanto en términos de calidad asistencial como de eficiencia. No vamos a tolerar que se cuestione lo que dicta la legislación vigente en materia de indicación de medicamentos por parte de las enfermeras, que se afirme que eso atenta contra la salud de las personas. Es vergonzoso. Siempre resulta indignante que se viertan opiniones insidiosas desde determinadas organizaciones médicas, pero cuando quien se plantea no aplicar la legislación vigente en una Administración Pública –aunque luego finalmente no lo hayan llevado a cabo– eso tiene otro nombre... Por ello, los servicios jurídicos del CGE están analizando la interposición de cuantas medidas judiciales sean precisas en defensa del prestigio de la profesión enfermera contra quienes están poniendo en tela de juicio su labor. Defenderemos el honor y la dignidad de nuestra profesión hasta las últimas consecuencias.

¿Puede haber un punto de consenso entre médicos y enfermería en el tema de la prescripción? Las guías enfermeras están para eso, ¿no?

Ese consenso ha existido siempre y sigue vigente. Las guías de prescripción enfermera, de las que se han validado 10 en este tiempo, se han acordado en el seno de la Comisión Permanente de Farmacia del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. Posteriormente, la dirección general de Salud Pública y Equidad en Salud del Ministerio de Sanidad las publica en el Boletín Oficial del Estado en forma de resolución. En el grupo de trabajo de la Comisión Permanente de Farmacia participan representantes de los Consejos Generales de Enfermeros y Médicos, además de representantes de otras profesiones como son los farmacéuticos, las Fuerzas Armadas, las mutuas del trabajo... Es decir: se aprueban por consenso.

¿Cómo cree que afecta al paciente esta dialéctica de ataques cruzados entre las distintas profesiones sanitarias?

Esas afirmaciones son un atentado a la verdad y pretenden infundir miedo y desconfianza en la población hacia las 345.000 enfermeras y enfermeros colegiados que hay en nuestro país. Están pretendiendo romper la confianza de la población en sus enfermeras, sembrando dudas sobre su capacidad y competencia, lo que puede generar un alarmismo injustificado entre la ciudadanía. Siempre hemos tendido la mano a los representantes de todas las profesiones sanitarias, todos trabajamos en equipo con un objetivo común. Estoy convencido de que todo volverá a la normalidad. Hace ya unas décadas, el colectivo médico actuó de forma similar por la creación de las consultas de Enfermería y hoy son parte del sistema sanitario y ningún ciudadano lo cuestionaría. Con la prescripción –oficialmente "indicación"– sucede lo mismo. Debemos mirar hacia el futuro y centrarnos en los desafíos reales del sistema sanitario, como el envejecimiento de la población y el aumento de las enfermedades crónicas.

Sobre las listas de espera ¿Qué margen de actuación tiene Enfermería para mejorar este problema clave del SNS?

El sistema sanitario requiere de un giro importante: orientarse hacia la cronicidad, hacer una buena planificación de los recursos humanos a largo plazo –recordemos que faltan 100.000 enfermeras sólo para rozar la media europea– y exprimir el potencial de todos sus profesionales. Pongo un ejemplo de esto, en España contamos con miles de enfermeras y enfermeros especialistas en Pediatría, Salud Mental, Trabajo o Geriatría, por citar algunas, pero una parte importante trabajan como enfermeras generalistas y son "comodines" en los turnos de un hospital. ¿No tiene más sentido que una enfermera geriátrica trabaje con personas mayores y una pediátrica con niños? La prescripción enfermera agilizará el sistema y ayudará a reducir algunos plazos, pero es preciso acometer reformas más profundas.