Kiev

Gestados en Kiev: apátridas antes de nacer

España ha empezado a inscribir a los bebés ya nacidos por subrogada. Pero no autorizará la filiación de los que están por nacer. LA RAZÓN habla con tres familias que salen ya de cuentas

La hija de Merche y su marido nacerá el 4 de abril. En dos semanas parten a Kiev (Ucrania)
La hija de Merche y su marido nacerá el 4 de abril. En dos semanas parten a Kiev (Ucrania)larazon

España ha empezado a inscribir a los bebés ya nacidos por subrogada. Pero no autorizará la filiación de los que están por nacer. LA RAZÓN habla con tres familias que salen ya de cuentas.

Merche, María y Rebeca no pueden tener hijos. Las tres consultaron si podían adoptar, pero obtuvieron una negativa por respuesta por haber tenido cáncer, por tener una enfermedad crónica o porque el lento proceso de adopción (al menos ocho años en China) impedía que pudieran ser madres antes de los 45. Fue entonces cuando vieron en la gestación subrogada su única opción para ser madres. Es a ellas y a sus maridos (así como a cientos de parejas que no sólo han comenzado el proceso, sino que las gestantes están ya embarazadas) a las que el Gobierno volvió ayer a dejar en la estacada. Pese a que la Embajada española en Ucrania empezó ayer a inscribir a los niños ya nacidos por gestación subrogada, también dejó claro un mensaje en su cuenta de Facebook: «Aunque todos los casos serán analizados de forma individualizada, en esta sección consular no se podrán autorizar ya nuevos expedientes de inscripción de niños nacidos mediante la técnica de gestación subrogada».

Un mensaje que pone en una situación más que delicada a decenas de familias que, en cuestión de días o de semanas, partirán con destino a Ucrania para estar presentes en el nacimiento de sus respectivos hijos. Es el caso de Rebeca. «El 9 de abril salimos de cuentas. Queremos ir unos días antes por si se adelanta el parto», nos cuenta por teléfono antes de entrar a trabajar en el turno de noche en un hospital. «Me he pasado toda la mañana llorando al ver el mensaje de la Embajada. Sólo queremos ser padres. Nos están dejando abandonados. Es una decisión que nos discrimina. ¿Por qué el niño que nació ayer es español y el que lo haga mañana no?». Teme a lo que se enfrenta. Más tiempo en Ucrania, más dinero... Y no sólo. Si el Gobierno no cambia esta medida, ni Rebeca ni su marido Ramón podrán disfrutar de su derecho de maternidad y de paternidad hasta que una vez en España, vía juicio, a su pequeño que aún no ha nacido se le dé la nacionalidad española, como explica Merche, portavoz de la Asociación de Afectados por la Embajada de España en Ucrania. «¿Cuándo nos van a dar este derecho? ¿Un año después, cuando consigamos la filiación vía un magistrado?», se pregunta Rebeca. «Para entonces –prosigue–, nuestro hijo tendrá un año y los cuidados los necesita sobre todo al principio».

María, nombre ficticio, se puso casi a temblar al leer el comunicado de la Embajada. Nos pide no dar su nombre real dado que aún hay gente de su entorno que no sabe que va a ser mamá. Ella y su marido salen de cuentas a mediados de marzo. Este mismo domingo parten de viaje con destino a Ucrania. «Queremos ir un poco antes por si adelanta el parto. No nos lo queremos perder», nos dice ilusionada. «Estoy llena de temores viendo lo que está sucediendo, pero hay que tratar de mantener la calma y confiar en el derecho porque hay sentencias del Tribunal Europeo de los Derechos Humanos que concluyen que los países han de reconocer la nacionalidad de los padres de todo hijo nacido por gestación subrogada. Y para más inri, el Tribunal Supremo ha firmado que dichas sentencias sí se integran en nuestro Derecho Constitucional».

Por todo ello, María no entiende que no les dejen poder disfrutar de algo tan bonito como es, por fin, ser padres tras un camino lleno de baches. «Estamos contentos, pero nada tranquilos. Es una pena». «Al Gobierno les diría que lo están haciendo mal. En España es ilegal llevar a cabo el proceso, pero en Ucrania es legal. Es muy grave lo que están haciendo, están atentando contra los derechos del menor». Opinión que también traslada Merche, que en dos semanas va junto a su marido a Ucrania. «Yo estoy tranquila porque la ley está de nuestro lado. Pero, como portavoz de la asociación, te aseguro que hay padres con ataques de ansiedad, llorando, sin dormir, pensando que algo malo va a pasar a sus hijos».

Hay que tratar de mantener la calma. «La decisión tomada por el Gobierno es similar a la de este verano. Y ya Ucrania dijo que no, que los niños por gestación subrogada de padres españoles son españoles, no ucranianos».

«En la plataforma somos unas 90 familias. Sólo en marzo nacerán 30 niños. No se pueden hacer así las cosas», afirma en respuesta al Gobierno. El resultado: decenas de familias que no saben cuánto tiempo tendrán que estar en Ucrania, si perderán sus trabajos, si el dinero ahorrado les llegará para cubrir todos los gastos y si podrán cuidar de sus hijos durante los primeros meses. Ya son padres, guste o no.