Sociedad

La pena de muerte cae un 31% en 2018

La pena de muerte cae un 31% en 2018
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Pero pese a estos datos, la realidad es que en 2018 se dictaminaron 2.531 condenas a muerte nuevas en 54 países. Si bien se trata de un número menos de las registradas en 2017: 2.591. A 31 de diciembre de 2018, existen al menos 19.336 personas condenadas a muerte, según Amnistía Internacional

Pese a que la realidad sigue siendo escalofriante, cada vez se está más cerca el fin de la pena de muerte. A escala mundial, las ejecuciones se redujeron un 31% en 2018. Se trata de la cifra más baja de los últimos diez años, según Amnistía Internacional, que publicó ayer su informe global sobre la pena de muerte. En concreto, el pasado año se ejecutaron a 690 personas en 20 países, frente a las 993 contabilizadas en 2017. La mayoría se llevó a cabo en China, Irán, Arabia Saudí, Vietnam e Irak. El gigante asiático sigue siendo el mayor ejecutor mundial, aunque se desconoce la verdadera magnitud, ya que el país clasifica estos datos como secreto de Estado, pero «se presupone que realizan varios miles de ejecuciones al año», afirma a este periódico Carlos Escaño, responsable de la campaña en contra de la pena capital de Amnistía Internacional España.

«El drástico descenso de las ejecuciones demuestra que, incluso los países más insospechados, están empezando a cambiar sus prácticas y a darse cuenta de que la pena de muerte no es la solución», declaró esperanzado Kumi Naidoo, secretario general de la ONG.

Excluyendo a China, el 78% de las ejecuciones se produjo en cuatro países: Arabia Saudí, Irak, Irán y Vietnam. Así, mientras en Irak e Irán disminuyeron (de 125 a 52 y de 507 a 253, respectivamente), en Arabia Saudí crecieron, al pasar de 146 en 2017 a 149 el año pasado. Respecto a Vietnam, «es la primera vez que dan datos: 85 ejecuciones, de modo que no se puede concretar si aumentan o disminuyen», precisa Escaño.

Niñas a partir de nueve años

Ahora bien, pese al descenso de ejecuciones en Irán, en dicho país se quitó la vida a siete personas por delitos cometidos cuando eran menores de 18 años. «La Convención Internacional de los Derechos del Niño prohíbe la aplicación de la condena a menores de la pena capital. Pese a ello, además de los siete ejecutados por delitos que cometieron siendo menores de edad, hoy hay 85 menores condenados a muerte en Irán, y cuatro en Arabia Saudí», denuncia Escaño. Y es que según el Código Penal Islámico, es posible condenar a muerte a niños de más de 15 años y a niñas de más de 9 años, si son declarados culpables de asesinato o de otros delitos capitales.

En cambio, un ejemplo de buenas noticias es Pakistán, que ya no es uno de los cinco países que más ejecuciones realiza, al realizar 14 en 2018, frente a las 60 en 2017. Otro descenso destacable es Somalia, que las redujo a la mitad, al pasar de 24 en 2017 a 13 en 2018.

Desde Amnistía Internacional precisan que en 2018, 106 países tienen abolida la pena de muerte para todos los delitos, sin excepción, y que 142 países la han abolido en la ley o en la práctica. Pero pese a estos datos, la realidad es que en 2018 se dictaron 2.531 condenas a muerte nuevas en 54 países. Si bien se trata de un número menor de las registradas en 2017: 2.591. Pero, ¿a qué se deben estos descensos? A una mayor concienciación, a la suspensión temporal de las ejecuciones que en diciembre pasado aprobaron 121 estados y a la no aplicación de esta pena para ciertos delitos. «En Irán, por ejemplo, el descenso de ejecuciones enorme que se ha registrado, del 50%, es debido al cambio en la legislación del país. En ese estado la pena capital ya no se aplica a los delitos de drogas y eso ha contribuido a esa importante reducción de un país que era el segundo mayor verdugo del mundo», precisa Escaño.

Otro importante logro es el paso dado por Burkina Faso, «que ha abolido la pena de muerte en su nuevo Código Penal», destaca Escaño. Otros ejemplos de noticias positivas son Gambia y Malasia, que declararon moratorias oficiales de las ejecuciones. O Washington, que en octubre declaró inconstitucional la pena de muerte. «Es una noticia positiva, porque no hay que olvidar que EE UU es desde hace 10 años el único estado del continente americano que aplica la pena capital. Pero pese a que están en cifras bajas respecto al pasado, en los dos últimos años se ha registrado un repunte de ejecuciones en EE UU», afirma Escaño. De hecho, en 2018 se llevaron a cabo 25 ejecuciones; se dictaron 45 condenas de pena capital, y hoy hay 2.654 personas en el corredor.

Un repunte que no beneficia en absoluto a Pablo Ibar, máxime cuando «está en Florida, que es el segundo estado de EE UU, detrás de Texas, en condenas a muerte y en ejecuciones. Probablemente Florida será el penúltimo estado en abolirla, siendo Texas el último», afirma Andrés Krakenberger, portavoz de la familia de Pablo Ibar y de la Asociación Contra la Pena de Muerte, que recuerda que a Pablo «le quedan muchas apelaciones que realizar, aunque hay que esperar a la sentencia para saber exactamente qué camino apelatorio va a tener que seguir».

Aunque los datos del informe sean, en general, esperanzadores, no todo son buenas noticias. Así, Botsuana, Sudán, Tailandia y el territorio de Taiwán reanudaron en 2018 las ejecuciones. Además, éstas aumentaron no sólo en EE UU, sino también en Bielorrusia, Japón, Singapur y Sudán del Sur. De modo que aún queda un largo camino por recorrer para que las ejecuciones sean cosa del pasado. De hecho, hoy existen, al menos, 19.336 personas condenadas a muerte. Y eso en pleno siglo XXI.