Gerona

Los padres del niño fallecido en Gerona vuelven a ver a sus hijos

El forense, con una toalla en la cara, en el dúplex en el que se encontró el cadáver del pequeño
El forense, con una toalla en la cara, en el dúplex en el que se encontró el cadáver del pequeñolarazon

«Los menores se encuentran bien. Pero no entienden porqué si sus padres han sido puestos en libertad con cargos no pueden estar con ellos», explica a este periódico Christian Salvador, el abogado de la familia estadounidense. El delito que se les imputa sigue siendo el mismo: homicidio imprudente, después de que los Mossos encontraran el cadáver de su hijo pequeño en el dúplex en el que vive la familia.

«Hoy lunes los padres verán a sus hijos», asegura el letrado. Es la segunda vez que los ven desde que se hiciera cargo de ellos el centro de acogida Mas Garriga. «Cada día les pueden llamar. Pero no verlos. He pedido a la abogada de la Dirección General de Atención a la Infancia y Adolescencia de la Generalitat (DGAIA)y a la coordinadora de Gerona que las visitas sean diarias y que emitan el informe psicosocial lo antes posible». La respuesta que le dieron es que para que las visitas sean más frecuentes, primero tiene que estar hecho el informe. El problema es que «de media se tardan entre tres y seis meses, aunque me han asegurado que iban a tardar menos dada la excepcionalidad del caso».

Además, «esta semana a la familia se le va a notificar la resolución de desamparo preventivo de los menores, por lo que presentaremos una demanda al Juzgado de Familia, que también suele tardar unos seis meses. Es decir, que para que los hijos puedan volver con sus padres como mínimo tenemos que esperar a la resolución del juez». Dicho de otro modo, que tendrán que esperar seis meses, aunque se aceleren las visitas.

«La prioridad de los padres es recuperar a sus hijos», incide el abogado. Desde que están en libertad con cargos «que yo sepa no han salido de casa. Les dije que si se sentían agobiados llamaran a emergencias», añade.

El letrado recuerda que para Bruce y Schrell Hopkins el mundo se les ha venido encima porque «no sólo se han enterado de que su hijo pequeño está muerto, sino que está en duda» si son o no aptos para el cuidado de sus otros dos hijos, también menores de edad.

Como ya publicó este periódico, los padres pensaban que su hijo estaba dormido y que se iba a despertar. Algo que no juega muy a su favor, como tampoco el hecho de que tuvieran el visado caducado. En cualquier caso, a la espera de que los informes toxicológicos arrojen luz sobre la muerte del pequeño, lo único está claro es que no falleció de forma violenta. Los progenitores aseguran que al pequeño le dio un ataque de asma y que le trataron como en anteriores veces, dándole tanto los medicamentos tradicionales como homeopáticos que usaban, así como enchufándole una máquina. Pero sigue habiendo muchas dudas, como cuánto tiempo llevaba muerto. Y es que cuando los Mossos fueron por segunda vez al domicilio de los Hopkins, el pequeño podría llevar entre uno y tres meses muertos dado el estado en el que se encontraba el cadáver. La explicación que dan los padres para pensar que estaba dormido y se iba a despertar, según el letrado, es que el niño estaba en la cama con una toalla en la cara. Una explicación por la que los expertos consultados podría denotar que estaban en «shock» y que no aceptaban la muerte de su hijo.

Los progenitores aseguran que el 15 de noviembre fueron a cenar con sus tres hijos para celebrar el cumpleaños del padre, que cumple años ese mismo día, y el de su hija, el 15 de octubre, tal y como ya explicó su abogado. Pero, como ya publicó este periódico, en los dos restaurantes japoneses a los que pudieron ir no recuerdan que fueran a su establecimiento dado el tiempo transcurrido. De ser cierto, el pequeño llevaría muerto algo más de un mes. Otra duda respecto al olor es cómo no se dieron cuenta cuando, según reconoció su letrado, salieron de casa alguna vez durante todo este tiempo.