Cambios climáticos

Los termómetros se han derretido en julio

Ola de calor acusada en Europa. El pasado mes varias ciudades del continente alcanzaron temperaturas históricas desde que se tienen registros meteorológicos

Los termómetros se han derretido en julio
Los termómetros se han derretido en juliolarazon

Ola de calor acusada en Europa. El pasado mes varias ciudades del continente alcanzaron temperaturas históricas desde que se tienen registros meteorológicos

Según los datos publicados ayer por la Organización Meteorológica Mundial y el Programa Copérnico para el estudio del Cambio Climático, el pasado mes de julio podría haber igualado, y quizá superado, todos los récords de temperatura desde que se tienen registros científicos. De hecho, se superan los registros obtenidos en julio de 2016 que, hasta ahora, detentaba el record de calor histórico. El dato es especialmente significativo porque julio de 2016 sufrió las consecuencias de uno de los fenómenos de El Niño más graves que se recuerdan. La perturbación en las corrientes de transmisión de los flujos de aire producida por El Niño es fuente habitual de aumento de temperaturas a escala global. Pero el récord supuestamente obtenido en 2019 no tiene que ver con alguna coyuntura física como la de El Niño.

El registro de temperaturas demuestra que nos encontramos en un periodo de cinco años (2014-2019) con otros tantos récords de temperatura anual. Y esa tendencia parece,además, global. Se confirma en las mediciones de Nueva Deli a Toronto, de París a Sidney, desde el Polo Norte hasta el Polo Sur. Europa ha sido uno de los continentes más afectados. En Francia y Alemania, sin ir más lejos, las altas temperaturas han provocado la suspensión de servicios públicos de transporte, el deterioro de algunas infraestructuras y la puesta en marcha de medidas de emergencia para combatir los estragos del calor. En Escandinavia e Islandia se ha detectado un inusual aumento de la velocidad de deshielo de las masas heladas superficiales. Según sentenció el Secretario General de la Organización Meteorológica Mundial Patteri Taalas, «julio de 2019 ha rescrito parte de la historia de la climatología, con docenas de nuevos récords de calor a escala global y local». Este aumento de las temperaturas ha coincidido con un deterioro especialmente grande de las condiciones de equilibrio en las masas heladas de Groenlandia, el Ártico y los glaciares europeos. A ello hay que sumar el registro de incendios forestales inéditos en zonas próximas al Ártico que han devastado bosques vírgenes durante siglos.

Los datos parecen confirmar la idea de que 2019 terminará siendo uno de los cinco años más cálidos desde que se tienen registros meteorológicos. Las altas temperaturas registradas en España durante el último mes no son las más altas de las que tenemos conocimiento. Pero en países como Bélgica, Luxemburgo, Holanda y el Reino Unido a partir del 25 de julio se sentaron sendos récords nacionales. En algunos de esos países se experimentaron por primera vez temperaturas superiores a los 40 grados. El 25 de julio París registró su pico máximo de temperatura en este mes jamás registrado: 42,6 grados. La impresionante ola de calor europea ha sido provocada por el trasporte masivo de aire cálido desde África atravesando España. El 27 de julio, los habitantes de Noruega vieron termómetros que alcanzaban los 20 grados en plena noche; algo que nunca antes había ocurrido desde que se tienen registros meteorológicos.

El efecto de las temperaturas sobre las capas de hielo del Norte de Europa es es evidente. Entre el 11 y el 20 de julio partes del manto helado de Groenlandia sufrieron un inesperado episodio de derretimiento. A 900 kilómetros del Polo Norte, se llegó a registrar una temperatura de 16 grados y a 3.300 metros de altitud en la base ártica de Summit Camp se registraron cero grados, la temperatura más alta padecida en ese lugar. Esta ola de calor en julio se suma a extremas temperaturas también sufridas en Europa en junio. En buena parte de Europa, el calor ha sido acompañado de niveles de precipitación inusualmente bajos. La próxima semana se esperan precipitaciones muy grandes en buena parte de Europa, pero la cantidad de agua no será suficiente para compensar la sequía de los dos últimos meses. Los datos parecen demostrar que Europa se ha convertido en una de las mayores víctimas del aumento de las temperaturas. La evolución de los termómetros en este agosto recién empezado servirá para demostrar si la tendencia se confirma.