Vaticano

El médico del Papa revela cómo fueron sus últimos momentos y qué deseo pidió antes de morir

Los últimos días del Pontífice estuvieron marcados por un sorprendente estado de ánimo positivo

El Papa Francisco, en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano
El Papa Francisco, en la Plaza de San Pedro, en el VaticanoAgencia AP

El Papa Francisco falleció el pasado lunes a las 7:35 de la mañana en su residencia de Santa Marta, cumpliendo así uno de sus deseos más íntimos: morir en casa, lejos de los fríos pasillos hospitalarios. Su partida, sin sufrimiento y rodeado de quienes le acompañaron hasta el final, fue narrada con emoción por el cirujano Sergio Alfieri, quien estuvo a su lado durante sus últimos instantes.

Alfieri, que había operado al Pontífice en dos ocasiones (2021 y 2023), fue alertado por el enfermero personal del Papa, Massimiliano Strappetti, en las primeras horas del lunes. A las 5:30, una llamada le hizo saber que la salud del Santo Padre se había deteriorado súbitamente. En apenas veinte minutos, el médico llegó a la residencia papal, donde encontró al Papa con los ojos abiertos, sin dificultad para respirar, pero completamente inconsciente. "No respondía a estímulos, ni siquiera al dolor. Estaba en coma. No había nada más que hacer", explicó.

A pesar de que la opción de trasladarlo al hospital fue evaluada, Alfieri descartó la idea, convencido de que el trayecto podría haber precipitado su muerte. "El Papa no quería máquinas ni tubos. Siempre dijo que deseaba morir en su hogar, no en una cama de hospital", confesó el cirujano.

Los últimos días del Pontífice habían estado marcados por un sorprendente estado de ánimo positivo. A pesar de sus múltiples dolencias y la movilidad reducida que lo acompañaba desde hacía años, Francisco mantuvo su agenda con determinación. Apenas 48 horas antes de fallecer, había solicitado organizar un encuentro con los setenta profesionales sanitarios que lo atendieron durante su estancia en el Hospital Gemelli. Según Alfieri, el Papa expresó su gratitud y afecto por ellos en lo que parecía ser una despedida encubierta.

El último gesto público del Pontífice se produjo el domingo de Pascua, cuando saludó desde el papamóvil a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro. Tras bendecir a los fieles y saludar a varios niños, pronunció unas palabras que ahora suenan a despedida: "Gracias por llevarme de nuevo a la plaza".

Una de sus últimas preocupaciones, según Alfieri, fue el destino de los embriones humanos abandonados en clínicas de fertilidad. "Son vidas", había insistido el Papa en múltiples ocasiones. Aunque no pudo concretar una política al respecto, dejó clara su voluntad de protegerlos. El propio cirujano se ha comprometido a continuar esa causa ante las autoridades italianas.

La noticia de su fallecimiento desató una oleada de emoción en el mundo católico. Casi 50.000 personas se han acercado a la Basílica de San Pedro para rendirle homenaje, mientras los preparativos para su funeral avanzan entre fuertes medidas de seguridad.

El Papa Francisco será enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor, en lugar de la tradicional tumba papal en San Pedro.