
Santander
Menús anticrisis
Homenajes al paladar sin resentimientos económicos. Las familias buscan dietas asequibles a sus presupuestos. Reducir el despilfarro de alimentos, que en España es de ocho toneladas al año, resulta de vital importancia

Homenajes al paladar sin resentimientos económicos. Las familias buscan dietas asequibles a sus presupuestos.
Planificar el menú semanal, ceñirse a la lista de la compra sin caer en tentaciones, aprovechar las sobras o comprar a granel constituyen maniobras para lograr una adecuada alimentación en tiempos de crisis económica. La dieta debe ser suficiente y satisfactoria. Al mismo tiempo, tiene que adaptarse a las posibilidades de cada familia para convertirse en sostenible y asequible. Un ojo perspicaz en el supermercado representa la mejor arma de defensa para que la cartera no sufra estragos.
Pilar Cervera, nutricionista y miembro del Consejo Científico del Instituto Danone, acudió a los cursos estivales de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, donde expuso la posibilidad de elaborar menús saludables que atiendan a las dificultades que atraviesan algunos hogares. Consumir alimentos más baratos tiene un riesgo aparejado, ya que ingerir una mayor cantidad de féculas y harinas que de frutas y pescados significa una amenaza para la salud. Pese a la coyuntura económica, "actualmente no siempre elegimos mejor lo que comemos", aseguró Cervera. "Los productos vegetales deben predominar en la dieta, aunque el aporte proteico de los de origen animal es fundamental. No obstante, con la ingesta de legumbres, cereales y proteínas de origen vegetal se adquiere un valor biológico similar al que proporcionan las proteínas animales, y encima a menor coste", añadió.
Los momentos de crisis conllevan trances, pero también oportunidades. Según José Ricardo Cabo, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Valencia, "existen alimentos muy baratos con una cantidad de calorías elevada, lo que supone un riesgo. Preparar la comida de manera tradicional resulta económico y bueno para la salud. Hay que volver a ello". Planear la cesta de la compra es la mejor medida que se puede tomar de cara al ahorro. Además, Cervera insistió en la importancia de racionalizar las decisiones. "Se deben cocinar las raciones que se vayan a comer para minimizar desperdicios. Si los hubiera, tienen que aprovecharse", destacó.
El comportamiento de los comercios y ciudadanos está cambiando. Batallan, con ahínco y sin cesar, por las gangas más atractivas. Fuentes de Mercadona revelan que "es indiscutible que el consumidor se ha movido, ha tomado decisiones y realiza un gran esfuerzo para adaptarse al actual ciclo económico. Las empresas debemos ser ágiles y darles respuestas. El comprador ha pasado a la acción y ha logrado que el negocio no gire alrededor del más y más, sino del mejor producto, con la máxima calidad y al menor precio". Desde el inicio de la crisis, el presupuesto para cada compra se calcula ya no en euros, sino en céntimos. "Esto lleva a un consumo más responsable y a focalizar tus innovaciones en lo que necesita el cliente. Nunca ha sido más importante dirigir la innovación hacia las preferencias de las personas, por lo que tenemos que observarlas y escucharlas atentamente. Para que el lanzamiento de un producto sea un auténtico éxito debemos implicar a proveedores y trabajadores", sostienen las mismas fuentes de la compañía española de distribución.
Anualmente, en el mundo se despilfarran 1300 millones de toneladas de comida. En España se desperdician 170 kilos por persona y año –ocho toneladas en total-. Los cómplices de la barbarie son numerosos y variados. Sólo con los sobrantes que provienen de los hogares, restaurantes y supermercados de Estados Unidos y Europa podrían cubrirse cuatro veces las necesidades de alimentación del resto del mundo. La nutricionista detalló que el mayor desperdicio de alimentos, el 58 por ciento del total, se produce en los hogares, el 16 por ciento en los supermercados y el 12 por ciento en los restaurantes. El resto se reparte entre las instituciones, los comercios y los mercados.
El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha elaborado la estrategia "Más alimento, menos desperdicio", que pretende tanto limitar las pérdidas y el derroche como reducir las presiones ambientales. "Para ello, promoverá el comercio de proximidad y fomentará el establecimiento de redes entre productores y consumidores, además de contemplar subvenciones y ayudas para proyectos innovadores dirigidos a la reducción de alimentos desechados", reveló Cervera. Finalmente, y con el objetivo de conseguir la optimización de recursos, la nutricionista defendió la importancia que tiene distinguir entre fecha de caducidad y consumo preferente.
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