Psicología
Miriam Moreno, psicóloga: “Si aplicas estos hábitos en septiembre, lo vas a acabar agradeciendo en diciembre”
Septiembre, para muchos, marca el inicio de un nuevo curso vital, un momento en el que muchos sienten que comienza de verdad el año y que invita a introducir rutinas capaces de transformar nuestro bienestar
Septiembre siempre llega con aroma a comienzo. No solo para estudiantes que vuelven a las aulas o para trabajadores que regresan tras las vacaciones: el mes marca una especie de reinicio colectivo, un borrón y cuenta nueva en el que es más fácil comprometerse con cambios de hábitos que pueden transformar la manera en la que vivimos el resto del año.
En ese contexto, la psicóloga y creadora de contenido Miriam Moreno, conocida en redes como Miriam Misiblu, ha compartido una lista de hábitos sencillos que, si se aplican desde septiembre, pueden generar un efecto positivo y duradero que agradeceremos en diciembre. No se trata de metas imposibles ni de recetas mágicas, sino de pequeñas acciones cotidianas que, sumadas, marcan la diferencia.
11 hábitos que si empiezas en septiembre, agradecerás en diciembre
1. Mover el cuerpo cada día
El primer hábito tiene que ver con la actividad física, pero sin convertirla en una obligación rígida. No es necesario ir al gimnasio a diario: basta con encontrar maneras de mantenerse en movimiento. Subir escaleras, caminar en trayectos cortos en lugar de coger el coche o dar paseos conscientes son pequeñas decisiones que, acumuladas, generan un gran impacto. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda al menos 150 minutos de actividad moderada a la semana, algo más fácil de alcanzar con gestos como estos.
2. Introducir 'mindfulness' en la rutina
Aprender a estar presentes es otro de los pilares que destaca Miriam. No se trata de meditar una hora al día, sino de aprovechar momentos rutinarios, como lavarse los dientes o aplicarse crema, para prestar atención plena a las sensaciones. El mindfulness se entrena poco a poco y ayuda a reducir la ansiedad y mejorar la concentración, como han demostrado numerosos estudios publicados en revistas de psicología clínica.
3. Beber más agua
Un clásico que nunca sobra recordar: mantenerse hidratado. La deshidratación, incluso leve, puede provocar cansancio, dolores de cabeza y dificultad para concentrarse. Miriam confiesa que es un hábito que también le cuesta, pero insiste en su importancia. Llevar una botella reutilizable o marcar recordatorios en el móvil puede ser de ayuda para quienes suelen olvidarlo.
4. Atreverse con algo nuevo
Septiembre también es una buena oportunidad para probar actividades que generan respeto o cierta inseguridad, pero que despiertan curiosidad. Puede ser desde un curso de baile hasta una clase de escalada. El reto no solo amplía horizontes, sino que fortalece la autoconfianza y ayuda a superar bloqueos internos.
5. Tomar el sol con precaución
Diez minutos diarios de exposición solar, siempre con la protección adecuada, son suficientes para estimular la producción de vitamina D, fundamental para la salud ósea y el estado de ánimo. Miriam recuerda que, incluso en otoño, es recomendable buscar ese ratito de luz natural, protegiendo siempre cara, cuello y manos con crema solar.
6. Aprender a no sentirse culpable
En una sociedad obsesionada con la productividad, parar puede generar culpa. Miriam insiste en la importancia de aceptar que no todo el tiempo debe ser útil y que descansar también es necesario. Relajarse, aburrirse o simplemente no hacer nada ayuda a resetear la mente y recargar energía.
7. Redescubrir el aburrimiento
Ligado al punto anterior, la psicóloga recomienda permitirse momentos sin móvil ni estímulos. Ese “vacío” no es tiempo perdido: es una oportunidad para reconectar con uno mismo y con el entorno. Lejos de ser un obstáculo, el aburrimiento puede ser fuente de creatividad y de ideas nuevas.
8. Invertir en un hobby
Miriam defiende que dedicar tiempo a una afición apasionante es una de las mejores inversiones en bienestar. Puede ser pintar, leer, tocar un instrumento o practicar un deporte. Ella comparte el suyo, la escalada, que combina ejercicio físico y diversión, pero anima a cada persona a buscar aquello que le motive y le haga esperar con ilusión un momento del día.
9. Desconectar del móvil antes de dormir
Dejar el teléfono de lado entre una y dos horas antes de acostarse favorece la calidad del sueño. La luz azul de las pantallas altera los ritmos circadianos, retrasando la conciliación. Dormir mejor se traduce en más energía, mejor humor y mayor rendimiento diario.
10. No mirar el móvil nada más despertar
En línea con el punto anterior, Miriam propone retrasar el primer vistazo a las notificaciones de la mañana. Evitar empezar el día con estímulos digitales reduce el estrés y permite arrancar con calma, estableciendo un tono más saludable para el resto de la jornada.
11. Valorar lo cotidiano
El hábito que ella considera más valioso es aprender a estar presentes con las personas queridas. Disfrutar de los pequeños momentos con familia, amigos o incluso mascotas es esencial, porque tarde o temprano habrá instantes cotidianos que dejarán de repetirse. Reconocer su valor ahora es un ejercicio de gratitud y de conexión emocional.
Un septiembre para sembrar
Las propuestas de Miriam Misiblu son sencillas en apariencia, pero todas comparten un enfoque común: la coherencia entre lo pequeño y lo constante. No se trata de grandes cambios, sino de semillas que, cultivadas en septiembre, darán frutos en diciembre. Septiembre es un mes que supone una invitación a elegir conscientemente cómo queremos vivir los próximos meses. Esos hábitos que parecen mínimos hoy son los que nos regalarán bienestar, equilibrio y gratitud cuando termine el año.