Cargando...

Estudio

Las mujeres que no se hacen ninguna mamografía tienen más riesgo de morir de cáncer de mama

El riesgo de desarrollar un tumor en etapa III fue aproximadamente 1,5 veces mayor, y para la etapa IV, hasta 3,6 veces mayor

Imagen de archivo de una mamografía. Xunta

En España, el programa de cribado del cáncer de mama en la Sanidad pública se enfoca en mujeres de 50 a 69 años, con revisiones cada dos años. La primera mamografía suele hacerse de forma generalizada a los 50 años, aunque en algunas comunidades autónomas como Cataluña se ha adelantado a los 45 años. Si la persona tiene factores de riesgo, como antecedentes familiares de cáncer de mama, o si hay sospechas clínicas, se suele indicar la primera mamografía antes de los 40.

Los cribados poblacionales de cáncer de mama se relacionan con casos de menor gravedad porque permiten la detección precoz de la enfermedad, lo que significa que los tumores se identifican en etapas más tempranas y, por lo tanto, son más pequeños y tienen una menor afectación ganglionar o metástasis. Esta detección temprana facilita tratamientos menos agresivos y mejora significativamente el pronóstico, reduciendo la mortalidad asociada a la enfermedad.

De hecho, según un informe de Economist Impact y Daiichi Sankyo publicado este miércoles, las mujeres con cáncer de mama viven ahora "más tiempo que nunca" gracias a los nuevos fármacos y a la detección precoz, con más de 5,5 millones de supervivientes en Europa. Sin embargo, siguen enfrentándose a retos que, en opinión de los expertos, tienen que ver con el acceso a la atención sanitaria, influido por factores geográficos, socioeconómicos, étnicos y relacionados con la edad.

En este sentido, un nuevo estudio del Instituto Karolinska (Suecia) publicado en la revista científica BMJ, ha evidenciado que las mujeres que rechazan hacerse su primera mamografía tienen un mayor riesgo de ser diagnosticadas con cáncer de mama avanzado y morir a causa de la enfermedad.

Los investigadores responsables del estudio querían investigar las consecuencias a largo plazo de que una proporción significativa (325) de las mujeres suecas decida no acudir a su primera revisión, pese a que su sistema sanitarios ofrece el cribado poblacional desde 1990,

El estudio se basa en datos del programa sueco de cribado mamográfico y de los registros sanitarios nacionales, y abarca a casi 433.000 mujeres en Estocolmo entre 1991 y 2020, con un seguimiento de hasta 25 años. Los resultados muestran que el 32% de las mujeres invitadas a su primera revisión rechazaron la invitación. Estas mujeres también fueron menos propensas a participar en futuras revisiones, lo que a menudo condujo a un diagnóstico tardío y a un peor pronóstico. "Omitir la primera mamografía es un fuerte indicador de quién está en riesgo de detección tardía y mayor mortalidad. Nuestros resultados muestran que omitir la primera mamografía no es solo una decisión puntual, sino que a menudo marca el inicio de un patrón a largo plazo de no asistir a las revisiones", asegura la primera autora del estudio, Ziyan Ma, estudiante de doctorado del Departamento de Epidemiología Médica y Bioestadística del Instituto Karolinska, según recoge Ep.

Un riesgo enre 1,5 y 3,6 veces mayor

Cuando las mujeres que se saltaron su primera prueba de detección fueron diagnosticadas posteriormente con cáncer de mama, la enfermedad se detectó con mayor frecuencia en una etapa más avanzada. El riesgo de desarrollar cáncer en etapa III fue aproximadamente 1,5 veces mayor, y para la etapa IV, el riesgo fue hasta 3,6 veces mayor en comparación con las que participaron en la primera mamografía. Durante un período de seguimiento de 25 años, casi el 1% de las que no participaron murieron de cáncer de mama, en comparación con el 0,7 por ciento entre las participantes, una diferencia que corresponde a un riesgo 40% mayor de morir por la enfermedad. Sin embargo, la proporción total de mujeres que desarrollaron cáncer de mama fue casi la misma en ambos grupos, aproximadamente el 7,7%. Según los investigadores, esto muestra que el aumento de la mortalidad se debe principalmente a la detección tardía en lugar de a un mayor número de casos de la enfermedad.

"Los antecedentes familiares son un factor de riesgo bien conocido e inmodificable para el cáncer de mama. Nuestro estudio demuestra que no realizarse la primera prueba de detección conlleva un riesgo de mortalidad similar; sin embargo, a diferencia de los antecedentes familiares, este es un comportamiento que podemos modificar", señala la última autora del estudio, Kamila Czene, profesora del Departamento de Epidemiología Médica y Bioestadística del Instituto Karolinska.