
Obra social
Un programa que acompaña en la vuelta a la vida tras pasar por prisión
Impulsado por Fundación La Caixa, Reincorpora trabaja de forma integral por la reinserción de personas privadas de libertad como Enric, y crea un itinerario personalizado para cada una de ellas

Hoy Enric dice ser una persona feliz, pero hace unos meses su estado de ánimo era otro totalmente diferente. «Ha llegado mi momento, estoy bien», asegura este catalán de 31 años, para a continuación insistir en que en la actualidad se siente «lleno de vida».
«Me levanto cada mañana con una sonrisa y con ganas de cumplir con el día», afirma Enric, quien hacía tiempo que no experimentaba una sensación similar. En su memoria aún permanecen los recuerdos de los momentos difíciles vividos en el pasado.
Su salida del centro penitenciario fue, en primera instancia, un momento de máxima emoción para él, pero el miedo a no ser capaz de reinsertarse, de adaptarse de nuevo a la sociedad, no le abandonó en ningún momento.
Durante su estancia en prisión, Enric había oído hablar del programa Reincorpora, del que sus compañeros del centro penitenciario le dieron muy buenas referencias, por lo que no dudó en entrar en el mismo cuando una asistenta social se lo propuso.
Reincorpora es un programa impulsado por Fundación La Caixa, cuyo fin principal es la reinserción social de personas privadas de libertad, un objetivo que aborda de forma integral, poniendo el foco no solo en el aspecto laboral, sino en todas aquellas variables que pueden provocar exclusión.
Así pues, el programa, que en Cataluña se desarrolla de la mano del Centro de Iniciativas para la Reinserción del Departamento de Justicia, fundamenta su labor en el acompañamiento holístico de estas personas, desde los aspectos del ámbito sociolaboral hasta los emocionales, y en la personalización del mismo.
Es por ello que el propio beneficiario participa en el diseño de su itinerario, ya que, como indica Miquel Baldé, técnico de inserción del programa Reincorpora de la Fundación Magone Salesians Social de Mataró, «en esta fase, es muy importante observar y poder trabajar de forma conjunta con la persona para comenzar un recorrido lo más propio posible».
En este sentido, a la hora de diseñar el itinerario, se llevan a cabo entrevistas personales y se valora la historia vital del participante, a quien se le pide además que se autoevalúe. Su experiencia laboral, formativa o con la comunidad sirven también para conocer cómo se relaciona en sociedad, a qué dificultades tiene que hacer frente y cuáles son sus potencialidades.
En la misma línea, a la hora de asignar una formación o proyecto comunitario, se establece un diálogo permanente con la persona para tomar una decisión de forma consensuada y durante todo el proceso se tiene en cuenta el momento vital de cada uno, así como su autoestima, que frecuentemente está mermada.
Además, en el ámbito laboral, el itinerario incluye acompañamiento, formación, proyectos de servicio a la comunidad, orientación laboral, intermediación y seguimiento. Asimismo, se ofrece apoyo emocional a la persona para no perder la motivación, controlar los impulsos o no desfallecer.
Una inserción trabajada
Paralelamente, en el marco del programa, se lleva a cabo un trabajo constante con las empresas. En este sentido, se analiza el negocio y se detectan sus necesidades para a continuación poder plantear posibles perfiles.
En el caso de Eric, su constancia y responsabilidad fueron admirables y supo adaptarse a las circunstancias, aunque en ningún caso ocultó sus dificultades, lo que le permitió «evolucionar antes y mejor», indica Miquel, quien por lo tanto considera que el que Eric lograra su primer trabajo fue una recompensa al esfuerzo realizado.
Ahora, este joven de Pineda de Mar trabaja en una empresa de limpieza con un contrato fijo, lo que más allá de ser una garantía laboral contribuye a fortalecer su autonomía y confianza, le proporciona un propósito vital y le ha permitido acceder a un piso y alcanzar su autonomía.
Por ello, tras su experiencia personal a la salida del centro penitenciario, Eric invita a sus compañeros de prisión a «ser fuertes, que piensen en positivo y que tengan muchas ganas de trabajar», algo en lo que el programa Incorpora les va a ofrecer apoyo y acompañamiento.
En 2024, fueron 4.137 personas las que recibieron ese soporte por parte del proyecto impulsado por Fundación La Caixa, en el contexto del cual se lograron 2.117 contrataciones laborales.
En este proceso fue clave la colaboración de 1.229 empresas, agentes esenciales en la reinserción de estas personas, así como la de los 111 centros penitenciarios participantes en el programa.
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